Nuevamente se evidenció la caída en espiral del imperialismo estadounidense en la reunión del grupo de los 20 (G20) en Nueva Delhi, India.  Los patrones europeos, junto a los patrones latinoamericanos, asiáticos y africanos, rehusaron apoyar el pronunciamiento que culpa a Rusia por la guerra en Ucrania (Político, 14/9).   Mientras tanto los jefes de estado de Rusia y China desairaron la cumbre enviando oficiales menores en reemplazo.  Están muy ocupados reclutando regímenes capitalistas, hostiles al clima, pero ricos en petróleo, a su alianza BRICS (siglas en inglés), que es una creciente amenaza al dominio estadounidense.  

El G20, fundado en 1999 al comienzo de la crisis económica en Asia, es un grupo de las economías capitalistas más poderosas.  Se dedica a estabilizar el sistema de ganancias global para la clase capitalista.  Pero, estaba destinado a fallar desde un principio, pues todo sistema que busca el mayor lucro al más corto plazo es intrínsecamente inestable.  En un periodo de creciente rivalidad inter-imperialista y proximidad a la guerra mundial, coaliciones “multilaterales” como el G20 no sirven para resolver las crisis internacionales, ya sea por COVID o clima o guerras delegadas en Ucrania.  Los trabajadores en todos lados debemos rechazar a todos los imperialistas.  ¡El único lado que nuestra clase puede tomar es el lado comunista!

El retroceso del G20 sobre Rusia es un golpe para EE.UU.
Al abordar la guerra delegada EE.UU.-Rusia en Ucrania, los líderes mundiales terminaron haciendo un llamado a la “integridad territorial” y “paz y estabilidad” – un gran retroceso del G20 del año pasado el cual “deploraba” la “agresión” rusa contra Ucrania.  Los patrones ucranianos rechazaron la resolución.

La realidad es que los patrones estadounidenses ya no tienen la ventaja de usar al G20 para atacar a Rusia (Le Monde, 10/9).  Mientras la contraofensiva militar de Ucrania se alarga, los patrones rusos evaden las sanciones traficando el petróleo en los mercados internacionales del Mar del Norte.  Anteponiendo las ganancias petroleras a los intereses de los trabajadores, usan tanqueros que no son para aguas heladas, en aguas heladas, aumentando el riesgo de un desastre ambiental (FR, 15/9).

Imperialistas compiten por influir
Tratando de consolidar la confianza de los líderes mundiales en EE.UU., Narendra Modi, primer ministro de India fue requerido para presentar el acuerdo ferroviario y portuario que conectaría India con el Medio Oriente y de allí a Europa.  Este corredor económico de Medio Oriente – Europa es un desafío directo a la Franja y Ruta (BRI, siglas en inglés) de los patrones chinos (Economic Times, 12/9).

La clase dominante china, jugando con su fortaleza como la segunda economía más grande, creó el BRI para presentar una alternativa a capitalistas emergentes a las deudas occidentales.  Provee inversión directa en caminos, puertos, hospitales, industrias, y otros sectores.  Los patrones de los estados deudores, llevados por su propia necesidad de ganancias, están más interesados en asegurar los préstamos de capital chinos que completar proyectos de infraestructura (The Print, 27/1).  Con más de diez años, invirtiendo $240 mil millones y en 22 países, el BRI ha montado estas economías con enormes deudas y aún no ha construido muchos “caminos” o “puentes”.

Guerra y refugiados climáticos
Conforme el G20 pregonaba la inclusión de la Unión Africana como socio pleno, miles de trabajadores son asesinados por inundaciones masivas en Libia.  En América Latina, África subsahariana y Asia sur oriental, podrían obtener 143 millones más de migrantes climáticos para el 2050 (Brookings, 25/7/19).  Corporaciones capitalistas confabuladas con naciones del G20 son responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero, a pesar de un verano lleno de desastres climáticos globales, el G20 asesinó una resolución por un abandono gradual de combustibles fósiles (MSN, 11/9).

William Ruto, presidente de Kenia, acuso a los tres emisores más grandes: China, EE.UU. y la Unión Europea.  “Quienes producen toda la basura” dijo Ruto, “rehúsan pagar la cuenta” (PBS, 5/9).  Pero, el presidente francés Emmanuel Macron contesto golpeándolo con esto; “esta creciente mentalidad” que “el cambio climático es solo la responsabilidad de occidente” (TIME,10/9).  Seguro que el capitalismo no tiene soluciones al calentamiento global ya que sus grandes emisores son adictos al lucro a corto plazo de sus combustibles fósiles.

Negros, latinos y mujeres indígenas, hombres y niños sienten más la devastación del cambio climático.  Los trabajadores no podemos esperar o sobrevivir con las promesas patronales.  La salvación para nuestra clase nunca vendrá de los gobernantes capitalistas, sino de la lucha militante y la revolución comunista.

Cooperación comunista es la única alternativa
Para enfrentar el cambio climático, el desplazamiento forzado, y todos los problemas que son creados por la acumulación y competencia capitalista, el Partido Laboral Progresista deberá aprovechar la única herramienta que puede resolver los problemas existentes por siglos y generados por el sistema de ganancias: La genialidad colectiva de la clase trabajadora. Una vez que la clase trabajadora haya tomado el poder estatal, lo primero en la agenda será la abolición de la moneda, la base material de la producción de mercancía y la desigualdad racista y sexista.

Cumbres globales comunistas serán “últimos primeros” asegurando que las regiones del mundo con abundantes tiendas alimenticias y bienes manufacturados los redistribuyan a los trabajadores que no tienen.  Tendremos un sin número de doctores, enfermeras, ingenieros, y maestros de todo el mundo al servicio – sin pago – para ayudar a empoderar a los trabajadores en cada rincón del mundo, y para extender el potencial humano para todas las edades, desde la infancia hasta la ancianidad.  Nuestras reuniones, conferencias, y discusiones hoy, son semillas para estas cumbres futuras por nuestra clase. ¡Únetenos!