El debate dentro de la administración de Obama sobre que cantidad de USA tropas enviar a Afganistán refleja un conflicto inter-imperialista dentro de otro mas grave. El primero involucra la lucha entre los EE.UU. y Rusia sobre las vastas reservas energéticas de su vecino Turkmenistan. El otro es nada menos que la pelea canina global por la supremacía capitalista entre los EE.UU., Europa, Rusia y China, con las emergentes potencias nucleares Pakistán, India e Irán como actores secundarios.
Mientras tanto, Pakistán con su armamento nuclear, el escondite de bin Laden y el potencial para desestabilizar la India, es una amenaza mas grande a la supremacía de los EE.UU. de la que existe en Afganistán.
Como la ultima edición de DESAFIO señaló, la invasión original de los EE.UU. a Afganistán, y toda "oleada" de tropas desde entonces, tiene como meta asegurar la ruta para el oleoducto Turkmenistan-Afganistán-Pakistán-India(TAPI). Pero preguntas acerca de la viabilidad de terminar el proyecto a corto plazo debido a temores de que los fundamentalistas islámicos se apoderen de un Pakistán inestable ha causado una división táctica dentro del ala dominante de los USA capitalistas. Una facción apuesta que con el envío de hasta 45 mil USA tropas mas, que pide el General Stanley McChrystal, se puede garantizar TAPI. El estratega en energéticos Gal Luft es director ejecutivo del Instituto para el Análisis de Seguridad Global, un centro de teórico de alto nivel. Sus asesores “pesados” incluyen diversos almirantes y generales y belicistas como Ken Pollack. En el 2002, Pollack – trabajando para el Consejo de Relaciones Extranjeras dirigido por los Rockefeller – escribió un libro titulado, “La Amenazante Tormenta: El Caso Para Invadir Irak”. Luft recientemente instó a que:
“La administración de Obama debiera de activamente promover…el oleoducto Turkmenistan-Afganistán-Pakistán-India (TAPI)…ya que a la vez que le proveería al empobrecido gobierno afgano una constante entrada de ingresos en cuotas de transito…TAPI le permitiría a Turkmenistan vender su gas natural a la India, enriqueciendo a dos USA aliados (Afganistán y Pakistán) en vez de vender ese mismo gas a Europa, enriqueciendo a un enemigo de los EE.UU. (Irán). International Analyst Network, 25/9/09)
Empezado a finales de los 1990 por la administración de Clinton y Unocal (ahora Chevron) TAPI es financiado por el Banco de Desarrollo Asiático, dominado por los EE.UU.
PRIMERA “OLEADA” DE OBAMA: APUESTA EQUIVOCADA A LA SUPUESTA DEBILIDAD RUSA
Pero una tarea desconcertadora que encaran los USA gobernantes es arrancar, de la creciente alianza anti-USA dirigida por Moscu, a la otrora republica Soviética Turkmenistan, la única proveedora de gas natural para TAPI. Hasta recientemente, dos terceras partes de las exportaciones turkmenas de gas han sido para Rusia. China e Irán toman la mayoría del resto. Rusia e Irán, ricas en gas natural, no necesitan el gas turkmeno para su propio uso domestico pero lo usan para aumentar su poderío como agentes corredores regionales y globales de energía.
Están tratando de imitar el negocio mafioso que los EE.UU. tuvieron durante las décadas de 1950 y 1960, cuando, mas que autosuficiente en petróleo, uso su poderío militar para blandir las fuentes de sauditas, iraníes, iraquíes y kuwaitíes como arma imperialista (con la ayuda de sus socios menores ingleses).
En abril 2009, con el precio del gas en picada, Rusia demostró su control físico sobre los energéticos turkmenos cerrándole la válvula al principal oleoducto exportador del país, haciéndolo explotar. Obama y su pandilla equivocadamente interpretaron esta acción como una ruptura permanente entre Turkmenistan y Rusia y buscaron explotarla con una “oleada” de 21 mil tropas para respaldar el oleoducto TAPI. Pero Rusia todavía tiene la ventaja.
Sometiéndose completamente, el presidente turkmeno Berdymukhamedov servilmente dijo, “Negociaciones…Rusia nos ha permitido resolver unos problemas técnicos relacionados con el funcionamiento del oleoducto Asia Central-Centro (gaseoducto controlado por Gazprom que va hacia Rusia). El boletín informativo Upstream Online añadió, “Turkmenistan necesita ponerse de acuerdo con Rusia para evitar presiones de escasez de ingresos de exportación”.
A CORTO PLAZO: PAKISTAN MEJOR TEATRO PARA LAS METAS DE LARGO PLAZO DE LOS USA BELICISTAS
Para oponerse al campo que dice “someter a Afganistán ahora”, otro sector de los USA imperialistas han ungido como la “voz de la razón” a un portavoz – Rory Stewart, el nuevo jefe del Centro Carr en la Facultad de Gobierno JFK de Harvard. Stewart fue el gobernador en el 2004 de la provincia iraquí ocupada por USA-Inglaterra. Con estas credenciales atestiguó ante el congreso el 16 de septiembre.
Pretendiendo ser anti-guerra, Stewart dijo que el sistema tribal afgano esencialmente hace que el país no pueda ser ganado pero su posición estratégica merece la presencia de fuerzas especiales asesinas: “La mejor política para Afganistán seria reducir la cantidad de tropas extranjeras del actual nivel de 90 mil a mucho menos – tal vez 20 mil”.
Pero entonces Stewart reveló su, y el de sus amos en la clase dominante, verdadero objetivo: “Obama bin Laden está en Pakistán, no Afganistán. Opta por estar allí precisamente porque Pakistán puede ser mas asertivo en su soberanía estatal que Afganistán y restringe las USA operaciones”.
Mas tarde en una entrevista Stewart presentó su ahora famosa analogía felina, “Es como entrar en un cuarto con un gato airado y un tigre grande…El gato airado es Afganistán y el tigre grande es Pakistán. Pakistán tiene bombas nucleares. Pakistán tiene a bin Laden. Pakistán puede desestabilizar a la India”.
Cualquier curso que Obama y sus amos en la clase dominante tomen, será un desastre para nuestra clase. Conquistar territorio afgano para el oleoducto asesinará a decenas de miles de trabajadores afganos y USA soldados proletarios. Expandiendo la semi-secreta guerra de los EE.UU., en un Pakistán mucho más poblado asesinará muchos más y ayudará a montar el escenario para la 3ª Guerra Mundial.
La clase trabajadora no tiene ningún interés en este debate entre los gobernantes – pero tiene que organizarse en contra de sus consecuencias. No podemos por el momento parar las guerras de los gobernantes. Pero construyendo un partido de la clase trabajadora con una perspectiva comunista, eventualmente podremos aplastar el sistema de ganancias de los multi-millonarios y sus interminables carnicerías masivas.
