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Editorial ... Un año de guerra en Ucrania: ¡Las trabajadoras deben apuntar sus armas en dirección opuesta!

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16 Marzo 2023 193 visitas

Hace un año, el efervescente conflicto entre Rusia y el régimen apoyado por EE.UU. en Ucrania se convirtió en una guerra inter imperialista.  En ese momento, el DESAFÍO escribió; “Es imposible saber qué pasará finalmente en esta guerra, pero sabemos que las guerras pequeñas pueden llevar a guerras más grandes, particularmente en épocas volátiles”. Mientras las tensiones entre los poderes imperialistas mayores aumentan, con sus economías en crisis y la tercera guerra mundial en el horizonte, esa predicción es más factible hoy. 

El Partido Laboral Progresista (PLP) por mucho tiempo ha advertido que el sistema de ganancias capitalista crea competencia imperialista brutal y perenne, batallas libradas con la sangre de los trabajadores.  Al mismo tiempo, violentos cambios al viejo orden mundial crean una apertura para la revolución comunista, así como ocurrió durante la primera y segunda guerras mundiales.

La guerra en Ucrania ha masacrado cientos de miles de trabajadores, y desplazado a 14 millones (PBS, 22/11/22). Muchos millones sufren de la hambruna creada por la interrupción de suministros de trigo, con África sufriendo la peor parte (Reuters, 9/3).

Como en todas las guerras imperialistas, los trabajadores no tenemos nada que ver con este conflicto.  No tenemos por qué luchar y morir por los gobernantes capitalistas que lucran de nuestra miseria.  Para la clase trabajadora internacional, la victoria llegará sólo cuando volteemos las armas, aplastemos a todos los patrones, y construyamos un mundo comunista que llene todas las necesidades de los trabajadores.  

Alianzas Tambaleantes

 A pesar de las demandas de EE.UU., de que sus aliados se alineen, parece que ya no gobierna el jefe mayor.  De India a Pakistán, Turquía, Sudáfrica, y Brasil, los poderes capitalistas regionales se resisten al llamado occidental de aislar y terminar el comercio crítico con Rusia. 

 India, abiertamente ha desafiado los llamados de EE.UU. de reducir su importación petrolera rusa.  Cuando el ministro del exterior ruso habló en la Conferencia Internacional en India y ataco a EE.UU. y la OTAN por sus guerras en Irak y Afganistán, fue aplaudido calurosamente (Guardian, 4/3).  China y Turquía han aumentado sus importaciones de petróleo ruso, haciendo que las sanciones sean inútiles.  Es más, China ha surgido como el socio comercial más importante de Rusia.  Los patrones estadounidenses ahora temen que China pueda mover la balanza en Ucrania abasteciendo a Rusia con armas más avanzadas (BBC, 4/2).

Mientras la prensa estadounidense hace que parezca que Ucrania ha contrarrestado a Rusia militarmente, Rusia en realidad se ha tomado por lo menos 116,000 kilómetros cuadrados de Ucrania, el equivalente a Bulgaria (CNN, 30/9/22).  Conforme la guerra continúa, EE.UU. justificadamente teme que hasta sus amigos más cercanos no quieran continuar.  En Berlín, la capital del aliado más importante de los patrones estadounidense, más de 10,000 marcharon en contra de que se envié más armas a Ucrania para marcar el aniversario de la guerra. Wolfgang Ischinger, un antiguo diplomático hizo un llamado por el comienzo “inmediato” de “un proceso de paz en Ucrania” (RT.com. 13/3).

Los patrones estadounidenses temen, con justa razón, que la creciente China está utilizando el conflicto en Ucrania para, poco a poco, ir destruyendo el viejo orden mundial que EE.UU. ha dominado desde 1945.  La última iniciativa de China fue negociar el restablecimiento de los lazos diplomáticos entre Irán y Arabia Saudita, los poderes más importantes en el rico en petróleo Oriente  Medio, un acuerdo que dejó fuera a EE.UU. (NYT, 11/3).

Los gobernantes estadounidenses están siendo más debilitados por la división e inestabilidad de sus propias filas.  El capital financiero, ala principal de los patrones, representados por demócratas como Joe Biden y Alexandria Ocasio-Cortez, están comprometidos en la protección de las ganancias de ExxonMobil, JPMorgan Chase, y otras compañías multinacionales poderosas – a cualquier costo -. Mientras que la facción en competencia dirigida por la familia Koch, Rupert Murdoch, y un creciente contingente de “America First” del partido republicano, está presionando para suspender toda la ayuda a Ucrania.  Una de las ventajas de Rusia es que sus patrones están mas unidos.  Al igual que China, que comenzó antes que EE.UU. a moverse hacia un completo fascismo.

Prensa estadounidense hambrientos de guerra
 A diferencia de la mínima cobertura mediática estadounidense a las recientes guerras en Yemen o África, donde miles de niños negros y de color han sido asesinados, la guerra en Ucrania tiene sus víctimas rubias y de ojos azules que se plasman en todos los encabezados.  Esta cobertura racista también es diseñada para preparar a los trabajadores estadounidenses a sacrificarse en la próxima guerra mundial.  

La prensa patronal justifica su enfoque total en Ucrania diciendo que la invasión rusa fue un ataque no provocado contra la soberanía de un país independiente.  Nunca mencionan los ocho “grupos de batalla” de la OTAN ya estacionados en Europa del Este (OTAN.int 22/12), o que EE.UU. ayudó a desencadenar la invasión al sugerir que Ucrania podría ser considerada para la inclusión en la OTAN, una antigua “línea roja” que Rusia no permitiría que se cruzara (Reuters, 21/12). O que EE.UU. ha invadido 84 de los 193 países reconocidos por las Naciones Unidas. ¡Cuánta soberanía!

La prensa está obsesionada con Ucrania, no porque representa una “democracia” soberana que se enfrenta a la tiranía, sino porque los patrones estadounidenses necesitan dividir a la clase trabajadora internacional mientras se acercan a la guerra y el fascismo.  Ellos saben que su más grande amenaza es un ejército de trabajadores organizados y militantes que luche para aplastar al capitalismo.

¡Luchemos contra los imperialistas guerreristas!
Mientras Rusia y China continúan fortaleciendo su alianza, un general estadounidense recientemente predijo que EE.UU. estaría en guerra con China para 2025 (Time.com, 31/1). Xi Jinping, líder de China, recientemente abordó lo que él llamó una campaña de EE.UU. para “cercar y reprimir”.  Su nuevo ministro del exterior dijo que China no tenía otra opción sino la de luchar contra las sanciones estadounidenses (NYT, 9/3). 

El actual periodo contiene un gran peligro, pero también una inmensa oportunidad para la clase trabajadora.  La guerra en Ucrania demuestra nuevamente que dondequiera que los trabajadores son atacados, perjudica a nuestros hermanos y hermanas de clase internacionalmente.  Sean masacres de soldados en tierra, suministros de alimentos interrumpidos, salud, o devastación económica, es nuestra clase la que tiene mucho más que perder bajo el capitalismo.  

Solo con una revolución comunista podemos convertir la guerra mundial imperialista en una guerra de clases contra los parásitos capitalistas que anteponen sus ganancias a la vida humana.  Solo entonces podremos construir un mundo donde las guerras, racismo, y sexismo sean eliminados para siempre.  ¡Solo el comunismo acabará con nuestras cadenas de una vez por todas!