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Estado de nuestra clase en Haití

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16 Enero 2025 12 visitas

La violencia y el caos entre pandillas han aumentado desde el asesinato de Jovenel Moïse en 2021, quien junto con los gobernantes haitianos, respaldó y unió a la federación G9 de pandillas existentes para reprimir la ira de la clase trabajadora y las manifestaciones contra su gobierno. (Al Jazeera, 13/3/24) La violencia de pandillas generalmente afecta las áreas donde se ubican las industrias y los lugares donde las actividades informales son las principales fuentes de ingresos para las masas en Haití, por ejemplo, la parte baja de la ciudad, el mercado Croix des Bossales , el aeropuerto Carrefour y la Route de l’aéroport , Cité Soleil, Bas Delmas, Croix-des-Bouquets, por nombrar solo algunos lugares. Es en estos lugares donde la clase trabajadora iba todos los días a chache Lavi (literalmente, buscarse la vida). Aquí los trabajadores se ganan la vida a duras penas y sobreviven a diario. Por eso, cada vez que una calle se paraliza, la vida ya no es posible para la mayoría. Las fábricas de la zona franca de Sonapi han cerrado. Los trabajos ocasionales en las calles (gasolineras, talleres de reparación de vehículos, pequeños comercios, reparación y venta de aparatos electrónicos y electrodomésticos, etc.) que eran la fuente de ingresos para millones de haitianos han desaparecido. Muchas instituciones que proporcionaban servicios y empleos, como los hospitales, fueron incendiadas. La tasa de desempleo actual es difícil de calcular, pero la mayoría de las familias dependen ahora únicamente de las transferencias de dinero de la diáspora.

Solo en 2023, se enviaron 3.800 millones de dólares en remesas (Haitian Times, 7/1), y en 2024, sin duda, la cifra será… incluso mayor. Los trabajadores de Haití están al borde de la inanición. La tasa de inflación anual es del 46 por ciento (trade.gov). En la capital, la presencia de pandillas hace casi imposible ir al mercado; en el país en general, apenas hay productos en los estantes, incluidos los medicamentos necesarios. Los puertos están bloqueados y las carreteras son inaccesibles para el transporte. Los trabajadores han dependido durante mucho tiempo de productos importados más baratos (98 por ciento), especialmente alimentos (50 por ciento) de la República Dominicana, que desalientan la producción agrícola local (Dominican Today, 13/9/22).

Actualmente, la acción política de masas es difícil, ya que la supervivencia cotidiana es el objetivo principal de muchos. Sin embargo, el Partido Laboral Progresista aquí, tratando de ser fiel a la práctica comunista, continúa con la construcción de conciencia ideológica. Nuestros camaradas y amigos estudian las ideas y la historia comunistas para prepararnos para debatir los acontecimientos en foros de discusión política. Organizamos actividades políticamente significativas -autoayuda revolucionaria- para construir y mantener la confianza de las masas. El 1 de enero, por ejemplo, el PLP trabajó con nuestra base para preparar y distribuir la tradicional sopa de calabaza en cuatro barrios de una ciudad de provincia, como lo hemos estado haciendo durante más de ocho años. Muchas familias de la clase trabajadora ya no pueden preparar la sopa como antes: la calabaza ( joumou ) es rara y cara, al igual que otros ingredientes y la carne.