PARIS, 6 de junio — Mientras los lideres sindicales han programado una marcha masiva para el 24 de junio — la confederación F. O. está llamando a una huelga general el 15 de junio — estos falsos lideres sindicales y sus aliados políticos todavía no tienen una estrategia real para luchar contra los planes del gobierno de Sarkozy de eliminar 50 billones de euros del presupuesto del 2013; aumentar la edad de jubilación; y hacer que el trabajador trabaje más tiempo por su pensión de jubilación. Otra vez presentan la misma estrategia perdedora del año pasado de organizar una serie de huelgas simbólicas de 24 horas y marchas. Esto sigue a las acciones del 23 de marzo (800,000 marcharon en 180 ciudades); 350,000 el primero de mayo, y quizás un millón el 27 de mayo, en ninguna de las cuales se movilizó a la clase trabajadora para lanzar una huelga general indefinida de millones. Mientras tanto, el desempleo esta llegando a casi 4, 000,000 (incluyendo a los de medio tiempo que no encuentran trabajo a tiempo completo), 14% de la fuerza laboral de 28 millones.
La confederación sindical reveló su debilidad interna ya que todavía deben reunirse el 14 de junio para “decidir” si van a llamar a una huelga de 24 horas el 24 de junio, como parte de su demanda de “dialogo” con el gobierno y por “una nueva política”.
Esta claro que estos falsos lideres sindicales y los diversos partidos políticos (Socialistas, Izquierdistas, “Comunistas” y el Nuevo Partido Anti-Capitalista) no ven alternativas al capitalismo y sólo quieren organizar suficiente resistencia que limite el daño y proteja sus puestos burocráticos. Como lo predijo DESAFIO el 18 de junio, 2009, “Solo el liderazgo comunista, dedicado, no a negociar con el gobierno para que “mejore” el capitalismo, pero al derrocamiento del gobierno y del sistema capitalista, ofrece una manera de avanzar a la clase trabajadora aquí”. Esto ya se avizora porque este año parece una mala repetición del año pasado. Solo organizando para darle un golpe certero — la revolución comunista — es que se va a forjar una resistencia efectiva a las “reformas” del gobierno de Sarkozy.