STATEN ISLAND, NY, 13 de Noviembre —“¡Donde vivamos nadie es ilegal pues la gente nunca puede ser ilegal!” Estas palabras resonaron por todo Staten Island, lugar que ha visto la fea cara del racismo capitalista.  En respuesta a más de 17 ataques violentos contra inmigrantes en el área en el último año, una multitud multi-generacional y multi-racial de feligreses y activistas pacifistas se reunieron.  En la marcha, la visión del PLP para un futuro estuvo claramente presente: una sociedad en donde las etiquetas racistas que el sistema capitalista nos ha asignado deben ser eliminadas.  Todas las categorías: “negro o blanco”, “ciudadano o inmigrante”, “legal o ilegal”, “empleado o desempleado”, desaparecerán en una sociedad en donde las fronteras serán abolidas, el racismo será proscrito y todos contribuirán a la sociedad de alguna manera. 
En el primer plantón una trabajadora colombiana hablo de la prensa racista que presenta a colombianos como vende drogas y criminales.  Ella dijo lo que muchos trabajadores saben: que los inmigrantes buscan trabajo, un lugar donde vivir y paz.  Su postura era de una figura de fortaleza – no se doblegaba ante los problemas que enfrenta.   La siguiente oradora fue la hija de un mexicano quien había sido severamente golpeado en un ataque racista.  Se paro con su hijo en brazos para hablar contra la brutalidad que su padre sufrió y para agradecer a todos los presentes por su lucha.  Dijo que lo único que ellos querían era trabajar para vivir.
La marcha empezó y conforme marchábamos veíamos las muestras de cómo el capitalismo decepciona a los trabajadores del mundo: Una estación de autobuses que podría emplear a cientos más de trabajadores del transporte; un área de estacionamiento para autobuses escolares que necesita choferes y ayudantes de chofer que ayude a los estudiantes a sentirse cómodos cuando son transportados a la escuela; una compañía de ambulancias que podría entrenar y usar mas técnicos de emergencia para ayudar trabajadores enfermos.  Pero a los capitalistas y su gobierno solo  les interesan sus ganancias, y por eso hacen recortes en todas estas áreas. 
Las señales hacien una reverencia conforme la gente marchaba por las calles gritando las consignas: “Asiáticos, latinos, negros, rojos, blancos, trabajadores del mundo uníos”,  “¿Que Queremos?, ¡Trabajo! ¿Cuándo? ¡Ahora!”, “El racismo significa – ¡Lucha!”.  Aunque esta nos es un área densamente poblada la gente salió a mirar la marcha.  Algunos nos sonreían, otros saludaban, y otros se nos unieron.  Los trabajadores se paraban en sus tiendas tomando la literatura – felices que alguien este luchando. 
Casi al final de la marcha entre un proyecto y una escuela primaria, nuestro mensaje se vio muy claro.  Había demandas para más educación y un fin a la discriminación racista.  La comunidad religiosa y los trabajadores desempleados que marcharon y hablaron nos mostraron que el tema de separación es claramente un plan inspirado por los patrones.
Cuando termino la marcha un joven de noveno grado cuyos padres son inmigrantes haitianos, quien ha tenido que sobrellevar las terribles condiciones que han estado ocurriendo en Haití desde el terremoto, hablo con emoción de que necesitamos educarnos, necesitamos empleos y necesitamos acabar con el odio racista.  Estas opresiones nos afectan a todos no importa de que color seamos.  Durante todo el día distribuimos el DESAFIO a los trabajadores de Staten Island.  Los trabajadores habrían el periódico para leer sobre Nuestra Lucha, trabajadores que podrán dedicar sus vidas a destruir el capitalismo y etiquetas que ellos imponen a los trabajadores.