Como DESAFIO informó en marzo, los chóferes del MUNI (Transporte Público de pasajeros de SF) rechazaron un paquete de “concesiones” recomendada por su dirigencia sindical TWU Local 250A. Con ello se puso un candado al plan del Corporativo de SF que intenta resolver el déficit en el transporte mediante la reducción de costes laborales. Recientemente, el alcalde Newsom dijo: “Es urgente que TWU de un paso adelante y se una a todos los sindicatos ratificando los $ 14 millones en concesiones laborales que sus dirigentes acordaron .... Así ...se revertirá inmediatamente cerca de tres cuartas partes de los $ 28,8 millones en cortes del servicio. “(San Francisco Chronicle, 5 \ 21)

Además, los supervisores de SF están tratando de movilizar a los votantes en contra de los conductores con dos enmiendas constitucionales que reducirán su salario y sus prestaciones. El San Francisco Chronicle publicó en su editorial (5 \ 19 \): “... los conductores no han tenido que mover un dedo cuando se trata de aliviar las cargas financieras de MUNI ... con sus tasas de pago encerrados en la carta de la ciudad, el sindicato puede seguir el pulgar en la nariz funcionarios de la ciudad y jinetes. “Un comité conjunto de trabajadores de la ciudad pertenecientes al consejo laboral de SF ha seguido la iniciativa del alcalde. Entregaron concesiones por parte de todos los trabajadores de la ciudad, pero la policía, bomberos y enfermeras. El presidente del consejo declaró que su “trabajo principal para los próximos meses será lograr que los operadores de MUNI realicen concesiones a la Ciudad” Esta presión para dar concesiones dirección ha hecho mella en algunos trabajadores. Por ejemplo, un operador dijo: “Todo el mundo está sufriendo también nosotros tenemos que renunciar a algo. Si damos un poco, nos dejarán en paz.”

La posición estratégica de los chóferes les da capacidad para ponerle un alto a la ciudad y su frenética y bien planeada campaña en los medios de comunicación en contra de los chóferes.

Las ideas están cambiando

Los conductores están furiosos. Uno de ellos dijo: “ Mi padre estaría revolcándose en su tumba si viera lo que está pasando” Otro dijo: “Muchos de nosotros eramos el orgullo de nuestras comunidades, ahora somos los villanos” Viejas expectativas están desapareciendo. Otros expresan una nueva urgencia y cierto temor: “Antes, sólo venía a trabajar y regresaba a casa con mi familia sin pensar en el trabajo. Dejé todo en manos de los dirigentes sindicales, yo no puede hacerlo así por más tiempo.”

 La apariencia no es siempre la realidad

Desde 1967, la Constitución de la Ciudad parecía proteger a los conductores. Los salarios y beneficios se establecen “en la media entre el más bajo y el más alto de los distritos de tránsito en todo el país” tranquilizando tanto a dirigentes sindicales como a sindicalistas puesto que “De manera automática, obtienen sus aumentos, sin presionar con huelga y sin temor a demandas. Este sistema, denominado “garantía “es lo que los políticos de la ciudad desean eliminar quitar en MUNI “.

Miembros del PLP han señalado, que ninguna ley, ninguna constitución de la ciudad puede protegernos de los crecientes ataques de la clase capitalista. Están reduciendo las percepciones de todos los trabajadores en este país para pagar las guerras por el petróleo en competencia con otros capitalistas de todo el mundo. La productividad se ha duplicado. Esta carta de la ciudad no protege a las familias de las deudas crecientes, de las ejecuciones hipotecarias, de la reducción del poder adquisitivo, del deterioro de las escuelas, o del encarecimiento de la cobertura médica. Debido al racismo institucional, estos golpes afectan mayormente a negros, latinos y asiáticos. Muchos trabajadores minoritarios nacidos en EUA o inmigrantes, buscan trabajos en el transporte, porque parece estable y como un medio de ascendencia social.

La constitución local puede parecer que nos da un descanso para no luchar, pero los poderes fácticos de la ciudad lo romperán, encontrarán un resquicio “legal” para cambiarlo cuando su necesidad de mayores ganancias se lo exijan. Esta es la realidad del capitalismo para la clase obrera.

Enfrentando esta situación cambiante y los ataques viciosos de los patrones, los conductores organizaron acciones de resistencia que la dirigencia sindical sabotea. Miembros del PLP están en esta lucha de clases al mismo tiempo que conduce una lucha ideológica con los chóferes de donde han salidos preguntas conductores como:

¿Por qué los dirigentes sindicales sabotean nuestra luchar? ¿Puede la constitución de la ciudad o el gobierno ayudarnos? ¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Pueden los trabajadores dirigir la solidaridad? ¿Aceptar concesiones o votar NO y prepararnos para luchar? ¿Podemos hacer huelga? ¿Vamos a ganar o perder? ¿Podemos realmente destruir el capitalismo? ¿El comunismo es una alternativa viable? (Más en la próxima edición)