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FRANCIA: SE ACERCA LA FINAL DE GOLPE DE INMIGRANTES INDOCUMENTADOS CONTRA EL RACISMO

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24 Junio 2010 156 visitas

PARIS,  18 de Junio — La huelga de 8 meses por más de 6,000 trabajadores indocumentados terminó hoy, ganando algunas de sus metas.  Felicitamos a estos trabajadores por su lucha tan militante y anti-racista contra el gobierno francés.  El hecho de ser indocumentados y hacer huelga es una gran victoria en si.  Esto le muestra a la clase trabajadora internacional que los trabajadores inmigrantes en el mundo pueden y quieren luchar y deberán ser apoyados por todos los trabajadores.  Un factor crucial y esencial para la construcción de esta huelga fue forjar la unidad multirracial, especialmente entre trabajadores de ascendencia africana y china, lo cual les dio a estos trabajadores el espíritu de lucha necesario para la ocupación “ilegal” de las áreas de trabajo, y más recientemente, la Plaza de la Bastilla. 

El PLP consistentemente ha denotado que mientras los patrones puedan dividir a los trabajadores definiendo algunos como “ilegales” por haber cruzado las fronteras creadas por los capitalistas – y permitiendo que los patrones los exploten aun más y los usen contra los trabajadores nativos – debilita a toda la clase trabajadora.  Es por eso que el PLP dice que los trabajadores deben “Destruir todas las Fronteras” – lo cual solo se podrá lograr a través de una revolución comunista que elimine a todos los patrones y todas sus fronteras.

Aunque los huelguistas forzaron al gobierno a adoptar condiciones uniformes para su “legalización”, la existencia continua de “condiciones” aun separa a estos inmigrantes de los ciudadanos nativos de Francia.  Así como muchos logros de los trabajadores en sus luchas reformistas bajo el capitalismo, esta es solo un acuerdo.  Sin embargo, con el liderato comunista este acuerdo puede ser el trampolín que nos lleve a una lucha mas extensa, una lucha que destruya todas las fronteras capitalistas.

Los huelguistas – en su mayoría inmigrantes de África, pero también de China – han forzado al gobierno a admitir que las 250 prefecturas de Francia abusan de su poder arbitrariamente.  Estos “prefectos” son agentes directos del gobierno nacional a nivel local y tienen mucho poder policial, el cual utilizan a favor de los patrones que los parieron.  Trabajadores indocumentados podrían ser “legalizados” solamente si terminaban la huelga “de común acuerdo” con sus patrones y si sus patrones estaban de común acuerdo con sus prefectos.  Es por eso que los huelguistas lucharon por condiciones uniformes para la “legalización”.  El acuerdo les provee una aplicación uniforme de:

• “Legalización”  de todos los trabajadores indocumentados que puedan demostrar que han estado trabajando en los últimos 12 de 18 meses, y seis de los últimos 12 meses, contando todos los empleos;

• “Legalización” de todos los trabajadores temporales indocumentados que puedan demostrar que trabajaron 310 horas en la misma agencia temporal, además de la promesa de la agencia de emplearlos durante 12 de los próximos 18 meses;

     • “Legalización”  de todos los proveedores de salud, en su mayoría mujeres, bajo un permiso de residencia temporal mientras buscan “una promesa de empleo”;

     • Reconocimiento de todos los días de huelga como días trabajados;

     • Reconocimiento de los 30 diferentes oficios bajo los cuales están empleados los huelguistas en donde no hay suficientes trabajadores nacionales; y,

     • Un permiso temporal de tres meses para todos los huelguistas.

Es obvio que dentro de estos cambios los patrones mantienen el control y limitan estas reformas y tienen el poder de revertirlas ya que son dueños del poder del aparato estatal.  Los trabajadores aun tienen que “probar” su record de trabajo, lo cual depende de las “promesas” de las agencias que los emplean y tendrán que presentar pruebas de sus 5 años de residencia en Francia, entre otras condiciones. 

Los huelguistas se opusieron a la combinación de prueba de residencia y empleo.  Las condiciones para la “legalización” de trabajadores de Argelia y Túnez, quienes están bajo leyes especiales y de trabajadores indocumentados en la economía clandestina, tampoco están claras. 

Aunque algunas provisiones permiten que los trabajadores den un paso más hacia la “legalización”,  aun están muy lejos de estar en un plano equitativo con los trabajadores ciudadanos.  Y la aplicación de esté acuerdo será “monitoreado” en reuniones cada tres meses de representantes de los sindicatos y los Ministerios de Inmigración y Laborales.  La lucha sobre esto aun continúa. 

Una vez que el acuerdo terminó con la huelga, 1,000 huelguistas terminaron su ocupación de tres semanas en la Plaza de la Bastilla, con consignas de “¡Trabajaremos aquí, viviremos aquí, nos quedaremos aquí!”  Xiaoqiu Zheng, un sastre de 52 años, explico: “En China, yo conocía muy pocos africanos.  Aquí [la Plaza de la Bastilla], nosotros hemos estado juntos.  Nos hemos convertido en hermanos y hermanas”.

Claro que la idea de que ciertos trabajadores son “ilegales” es una treta patronal.  La etiqueta de “ilegal” hace posible la súper explotación de inmigrantes.  Los patrones quieren que su racismo y nacionalismo divida a la clase trabajadora en grupos antagónicos.  Solamente cuando el internacionalismo obrero destruya al poder estatal patronal a través de una revolución comunista las categorías de “legal e ilegal” serán destruidas.