El 11 de marzo un terremoto masivo de 9.0 grados de magnitud azoto el Noreste de Japón en la costa este de Honshu, la isla más grande del país, la cual, combinada con olas de 33 pies de alto del tsunami creado por el terremoto ha dado como resultado 2,800 muertos, hasta ahora, y creado cientos de incendios. Pueblos enteros, puertos y escuelas han desaparecido. Algunos de estos eran sitios de evacuación para los residentes en estas costas.
El tsunami golpeo con especial dureza las prefecturas de Miyagi e Iwate, destruyendo todo a su paso, y dejando una ola de muerte que podría exceder los 10,000. La magnitud del terremoto dio paso a otros terremotos de menor intensidad, uno de 6.0 grados el 15 de marzo el cual golpeo a Shizuoka, extendiéndose por toda la región este de Kantou.
Además, el terremoto descompuso los mecanismos de enfriamiento de la planta nuclear más vieja de Japón, forzando la evacuación de miles en las áreas aledañas y causando un pavor que la prensa promueve a cada minuto.
Aunque hubo algunas críticas sobre el sistema de alerta, el cual dio poco tiempo a los residentes para evacuar, casi todos los medios de comunicación en EU y otros lugares han alabado la preparación de Japón para estos desastres así como la rapidez de rescate, evacuación y esfuerzos de recuperación. Japón es la tercera economía más grande del mundo, y ha tomado pasos significativos para salvaguardar su vulnerabilidad contra estos desastres por medio de la fortificación en infraestructura y entrenamiento, desde el kínder, en cómo reaccionar a los terremotos y otros desastres. Trabajadores en todas las áreas tienen prácticas semanales.
Trabajadores Más Vulnerables, Son los Quienes Más Sufren
Sin embargo, la protección y preparación contra estos desastres es más evidente en centros capitalistas como Tokio o Sendai (La ciudad más grande de la región noreste, la cual sufrió grandes daños), las regiones más aledañas no estaban tan preparadas y en donde la mayoría de los daños y muertes ocurrieron. Esto es porque la mayoría de los residentes de estas áreas – como la pequeña ciudad de Saíto en la prefectura de Miyagi, que fue completamente exterminada – son familias de extracción obrera: obreros/as de fábricas, campesinos/as, pescadores/as, y ancianos quienes son los más vulnerables en esta clase de eventos catastróficos. Además, decenas de miles de empleos desaparecerán, intensificando la explotación de la clase trabajadora.
Este hecho conecta la pérdida de vidas al terremoto ocurrido en Haití, o al tsunami del 2004 que asesino a cientos de miles de residentes en las regiones costeras de Indonesia, Malasia, Sri Lanka, entre otras, y quienes ahora viven sin protección de estos desastres.
Sin pasar por alto la responsabilidad y culpabilidad del gobierno nacional en estas catástrofes, su responsabilidad esta intrínsecamente ligada al fracaso del capitalismo en cuanto a un plan para el bienestar social globalmente, el cual en este caso tiene varios niveles.
Primero, aunque la pérdida de vidas en Japón es horrible, es mínima comparada al terremoto en Haití, donde el número de muertos excede los 200,000, o al tsunami del 2004, con más de 300,000 muertes. Es por eso que, bajo el capitalismo, algunas poblaciones “valen” más que otras, dependiendo en la jerarquía de ganancias: como la tercera economía más grande en el mundo, Japón tiene especial interés en protegerse y a sus trabajadores de dichos eventos, aunque mínimamente, mientras que en lugares “no rentables” como Haití, Sri Lanka, o el barrio 9 de Nueva Orleans, no hay lugar para esta clase de planificación.
Esto también demuestra la intrínseca dimensión racista de planificación capitalista: por ser un país capitalista “desarrollado”, menos racismo es dirigido a Japón, lo cual se ha visto en la cobertura de los hechos por CNN y otros medios de comunicación. Además, casi toda la discusión en el NHK (Nipón Housou Koukai), el sistema de comunicación más grande de Japón, y en las noticias internacionales la amenaza de un desastre nuclear está al frente.
NHK ha estado transmitiendo los niveles de radiación que podrían filtrarse, con un énfasis de responsabilidad sobre la administración del Primer Ministro Naoto Kan y a la planta eléctrica de Tokio (TEPCO) dueña de la planta Fukushima. La ultima ha sido citada numerosamente por violaciones y anticuada en términos de maquinaria y equipo de control de fusión.
Ganancias Corporativas vs. Planificación Comunista
La fusión del reactor nuclear muestra que los intereses corporativos son la prioridad bajo el capitalismo (TEPCO es una de las corporaciones más rentables, según el índice de mercado bursátil Nikkei), también muestra como la planificación y operación de estas instalaciones es pésima. Bajo el comunismo estos eventos serian minimizados o desaparecerían, ya que los trabajadores tendrían conciencia social y critica de como operar apropiadamente las plantas nucleares, para el beneficio del bienestar social, y no para hacer el máximo de ganancias.
Finalmente, el desastre ya se presenta desde la óptica de la rivalidad inter-imperialista. Obama reacciono a la crisis prometiendo “apoyo” a Japón, incluyendo importantes paquetes de ayuda que probablemente llevaran a la re-evaluación de las relaciones políticas y económicas entre EU y Japón. Los gobernantes de EU quieren usar a Japón como amortiguador contra la ascensión China. Lo cual significa un aumento en las tensiones pre-existentes entre Japón y China por el control de campos de gas subdesarrollados en el mar del sur de China, así como el poder de explotar las islas ricas en minerales que han incendiado disputas recientes, provocando el surgimiento de protestas pro-nacionalistas en ambos países.
Además, con los crecientes problemas en la economía de Japón debido a la actual crisis, se ha discutido sobre el modelo de “capitalismo del desastre” el cual permitiría que corporaciones multi-nacionales privatizaran las áreas de desastres para reconstruir de acuerdo a la cantidad de ganancias obtenidas, esto ya está ocurriendo en Nueva Orleans, Argentina, y otros lugares.
Capitalismo, Reformistas Liberales, Falsos ‘Comunistas’ No Son la Salvación
El capitalismo SIMEPRE trabaja para el perjuicio de los trabajadores en el mundo. Trabajadores en Japón, quienes han sido engañados por el anti-comunismo, necesitan ver que el capitalismo no los salvara de estos desastres, ni tampoco las falsas esperanzas de los partidos reformistas como el Partido Demócrata del Japón, o falsos izquierdistas como el Partido Comunista Japonés, los cuales son más críticos de la reciente catástrofe.
TODOS los trabajadores necesitamos reconocer que el sistema basado en la ganancia no podrá proveer las necesidades para reconstruir el mundo, es más, ha sido la causa sistémica de toda la devastación y los efectos posteriores a los desastres ambientales. Nosotros debemos unirnos para construir el internacionalismo y la solidaridad del comunismo, creando una comunidad global de trabajadores que puedan dirigir el mundo ¡sin patrones capitalistas!