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Multimillonarios Dominan las Escuelas, pero: La Verdadera Educación Viene de la Lucha de Clases contra el Capitalismo

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23 Junio 2011 153 visitas

Como la crisis económica y las guerras en el extranjero se profundizan, la clase gobernante estadounidense se ha aproximado más al control directo de las escuelas nacionalmente. En Nueva York, el alcalde multimillonario Mike Bloomberg dirige el sistema escolar municipal con un modelo corporativo, con abogados y empresarios en los puestos de liderato más altos mientras que los maestros y personal escolar son reajustados. El alcalde de Chicago Rahm Emanuel designó una junta escolar nueva llena de líderes corporativos como el presidente de la junta David Vitale, el antiguo vicepresidente y director de JPMorgan Chase, y Penny Pritzker de la dinastía de los hoteles Hyatt. John Veasy, el superintendente de las escuelas de Los Ángeles, trabajó por la Fundación de Bill y Melinda Gates y completó un entrenamiento ejecutivo fundado por el multimillonario filántropo Eli Broad.
A pesar de la retórica al contrario, estos multimillonarios y millonarios no tienen ninguna intención de crear políticas que beneficien a los estudiantes. Los niños que asisten a las escuelas públicas urbanas son desproporcionadamente negros, Latinos, y de bajos recursos, los hijos de los mismos trabajadores que estos patrones explotan. La segregación de vecindarios y educación en los EE.UU. convierte a los estudiantes negros y latinos pobres las víctimas más probables de las escuelas cerradas, planes de estudio vacíos de preparación para los exámenes estandarizados, y los maestros inexpertos.
En este país todavía racista (no “pos-racial”), hijos de los trabajadores más explotados, incluyendo los desempleados, son los que probablemente asistan escuelas donde la obediencia rígida es exigida y el aprendizaje de memorización mecánica es la norma. Las habilidades del análisis crítico que todos estudiantes necesitan es lo último que los gobernantes quieren que la mayoría de ellos aprendan. Las condiciones degradadas de estas escuelas y de un sistema económico que prospera usando trabajadores de bajo salarios/no salario―empuja a casi la mitad de sus estudiantes de las escuelas antes de graduarse. El sistema sólo necesita unos cuantos estudiantes de la clase obrera que sean bien educados, para usarlos como líderes reformistas para las masas de trabajadores quienes se dejan atrás por el sistema escolar.
Miembros de la clase gobernante están directamente proveyendo fondos para “reformas” educativas a través de las fundaciones Broad y Gates, junto con la Fundación de la Familia Walton y grupos como Demócratas para la Reforma Educativa y Educadores para la Excelencia. El nuevo consejero delegado de las escuelas de Chicago es Jean-Claude Brizard, quien dejó su trabajo como el superintendente de las escuelas de Rochester (NY) con un voto de no-confianza del 95% de los maestros y una falta de apoyo semejante de los padres y miembros de la comunidad. Brizard es un graduado de la Academia de Superintendentes Broad, descrita por James Horn, del blog Schools Matter, como “la escuela de entrenamiento corporativa de Eli Broad…para superintendentes potenciales quienes…[aprenden] entregar sus sistemas a la Cámara de Comercio.”
Este control corporativo más intenso se trata de hacer dinero al corto plazo y además salvar el capitalismo en un plazo más largo. El uso continuo de nuevos maestros pagados menos le ahorra dinero a los sistemas públicos educativos, mientras que los ataques contra los sindicatos magisteriales y fondos de pensiones están reduciendo salarios y prestaciones para todos los trabajadores escolares. Pero fundamentalmente, la nacionalización de la educación preparará a los trabajadores para el fascismo creciente y la guerra al definir las ideas enseñadas a la juventud. Estándares Estatales Fundamentales Comunes y los exámenes que los acompañan (desarrollados actualmente) avanzarán el control centralizado y el contenido de la educación. La clase gobernante espera desarrollar una fuerza educativa que deje de pensar independientemente, ni para ellos mismos ni sus estudiantes, al vincular la antigüedad, pago, y la seguridad de empleo a las evaluaciones magisteriales y las notas de los estudiantes en los exámenes. La meta final es una clase trabajadora entrenada a ser leal al imperialismo estadounidense y dispuesto a luchar en sus guerras para defenderlo.
Todos los sindicatos, incluyendo la Asociación Educativa Nacional (NEA) y la Federación Estadounidense de Maestros (AFT), trabajan en la estructura de un sistema capitalista que intenta destruir a sus miembros. El liderato de la AEN recientemente se comprometió a apoyar al Presidente Barack Obama a pesar de que éste haya puesto en práctica Race to the Top, una política que forza las reformas parecidas a las corporativas en las escuelas públicas. En su convención más reciente, la AFT honró a Bill Gates, el abanderado de más estudiantes en cada clase la clave para los despidos masivos de maestros en las escuelas urbanas.
Ambos  sindicatos nacionales tienen muchos miembros y líderes locales quienes están luchando en contra de los ataques contra las escuelas, como la campaña “anti multi-millonarios” del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés). Sin embargo, los sindicatos están limitados a los confines del sistema capitalista. Negocian pactos colectivos y cabildean por leyes que establecen los términos de la explotación obrera. La CTU llega a acuerdos con los politiqueros cuando debería de estar organizando sus miembros a luchar. La legislación reciente acordada por los líderes del CTU hace más difícil la huelga y socava las protecciones de antigüedad de los maestros. En realidad, la clase obrera nunca puede ganar en la arena legislativa; cualquier “victoria” son de corto plazo y siempre pueden ser arrebatadas o ignoradas por la clase que gobierna.
El valor verdadero de la lucha de clases no se encuentra entre las migajas reformistas que los obreros puedan o no puedan ganar, pero en la experiencia de luchar en contra de los patrones una experiencia que muy pocos trabajadores tienen hoy en día. (En el 2010, hubo solamente once grandes huelgas en los EE.UU., esto no se puede comparar con las más de cuatro mil huelgas en 1937.) Los comunistas fomentan no seguir las reglas, y luchar donde quiera que podamos. Las madres en la escuela Whittier en Chicago hicieron esto el otoño pasado, cuando se apoderaron de un edificio y exigieron una biblioteca. En Brooklyn, los estudiantes, maestros, y padres recientemente se unieron para exigir que el Departamento de Educación racista abandonaran su plan de insertar una escuela elite en el recinto de John Jay, donde los estudiantes negros y Latinos se enfrentan a registraciones tipo carcelarias y fondos no adecuados. Actualmente, maestros en la Preparatoria Clara Barton en Brooklyn están batallando una investigación inventada contra un maestro del PLP.
Pero las  luchas beligerantes no son suficientes; necesitan ser vinculadas con una perspectiva comunista revolucionaria y una lucha al largo plazo contra la ideología capitalista. Debemos entender como las ideas como el individualismo, racismo, nacionalismo, y la unidad de todas las clases están integradas al currículo escolar. Para evitar que nuestros estudiantes maten o mueran por el capitalismo, los maestros comunistas deben desenmascarar las mentiras de los gobernantes. Debemos aprender y enseñar las habilidades del análisis científico, la historia verdadera de las luchas obreras, y la unidad multi-racial, internacional necesaria para la revolución. Este es el papel de la educación comunista, y la meta del PLP construir un ejército de trabajadores y estudiantes para destruir el sistema de ganancias, de una vez por todas.