París, 31 de octubre — Dos millones de trabajadores y jóvenes tomaron las calles para llevar a cabo manifestaciones masivas a nivel nacional — 170.000 marcharon en la capital — para protestar en contra de la reforma de las pensiones impuestas por la clase gobernante y el aumento de desempleo causada por la crisis económica patronal. Un movimiento de las pensiones que empezó en la primavera y que a pasos gigantes se ha ampliado para luchar por empleos acompañado de la ira de los obreros por la enorme disparidad económica entre los gobernantes y la clase trabajadora.
Un gran número de personas continúan incorporándose a estas manifestaciones en contra de las reformas pensiónales, los bajos salarios y la complicidad del presidente Sarkozy con los ricos. El enfoque de la “reforma” se deriva del hecho de que afecta a un gran número de personas. “El problema salarial está opacado por el problema de los empleos el cual oscurece el problema de la jubilación,” explicó Antoine, un trabajador desempleado de aproximadamente 40 años. “Esto resulta de la mala distribución de la riqueza.” Y todo es esencial para el aumento de las ganancias del capitalismo. Solamente la revolución comunista que destruirá este sistema y lo reemplazará por uno que sea dirigido por y para la clase obrera podrá terminar con estas epidemias.
Inicialmente Sarkozy y los líderes sindicalistas vendeobreros pensaban que algunas huelgas de un día y manifestaciones permitirían que el enojo de los obreros se debilitaría y luego la reforma de las pensiones se aprobaría sin ningún problema. Pero esto fue un mal cálculo ya que los obreros se adelantaron a los líderes sindicales, organizaron huelgas prolongadas, con encuestas reportando el apoyo del 65% a 71% de la población a su favor. Al llegar a este punto se les hizo muy difícil a los vendeobreros abandonar la lucha y controlarla.
Mientras que no ha llegado al nivel de una huelga general similar al levantamiento de 1968, este movimiento dirigido por obreros se amplió para lograr lo siguiente:
• Paralizaron el 50% de la industria debido a la falta de materias primas y combustible;
• Una huelga de 33 días en la que participaron los obreros portuarios y petroleros, apoyados por otros trabajadores, paralizando 40% de la producción de refinamiento de petróleo, parando 99 barcos, incluyendo 20 tanques de petróleo crudo y otros 15 tanques petroleros, estacionados en los puertos de Marsella y El Havre, costándoles a las empresas petroleras aproximadamente 300 millones de euros ($420 millones):
• Bloquearon carreteras principales que están en camino hacia las instalaciones industriales y ocuparon los peajes, permitiendo que los conductores pasaran gratuitamente.
• Los obreros de las cafeterías universitarias proveyeron comida gratuita a los estudiantes;
• Se unieron a los trabajadores sanitarios en huelga para echar basura al frente de las casas de los ejecutivos más importantes;
• Causaron la cancelación de la mitad de los vuelos en el Aeropuerto de Orly el 28 de octubre;
• Cien jóvenes lucharon en contra de un ataque de gases lacrimógenos policiales después de la manifestación en la ciudad de Saint-Nazaire donde se manufacturan barcos;
• Los sindicatos estudiantiles paralizaron seis universidades;
• Los trabajadores de saneamiento bloquearon las estaciones de camiones en Nantes y otras ciudades, creando una gran acumulación de basura en toda el área.
Los trabajadores son muy conscientes de la tremenda disparidad de la riqueza y culpan a los ricos — y a Sarkozy a quien consideran como un representante de los ricos — de la crisis económica y del resultado final que amenaza sus empleos y los logros obtenidos después de la II Guerra Mundial. Los trabajadores de la refinería de petróleo que estaban en huelga le dijeron a un PLePeista en las instalaciones de la empresa Total en la costa Atlántica que sus abuelos lucharon por muchos de los logros salariales, vacacionales y pensiónales y que si no luchaban para retenerlos sería una traición a sus antepasados.
La lucha en contra del gobierno y la perspectiva de los trabajadores de la lucha de clases, en cierto aspecto, refleja una conciencia política la cual los líderes reformistas sindicales no previeron cuando trataron de limitar las huelgas a un día solamente. Muchos trabajadores creen que los oficiales sindicales han traicionando al movimiento. El sentimiento de los trabajadores automotrices, ferroviarios, y camioneros fue expresado por alguien que dijo que los líderes sindicalistas “han estado haciendo eso por 40 años. Se exhortó a la gente que se vayan a la huelga, ondeen banderas rojas y luego negocien con los patrones. Pero a nadie le importa los burócratas sindicalistas. Al menos estamos luchando y eso es lo único que importa. No habrá una revolución pero [es una] oportunidad de demostrarles lo que pensamos.”
El reformismo de los mal llamados sindicalistas fue marcado cuando se incluyó una declaración de prensa demandando el “respeto por la propiedad privada” que sugería una condena a la juventud militante que estaba peleando contra la policía.
La unidad obrera de todas las edades, se reflejó en el apoyo a los huelguistas, mostrado por parte de la juventud, que no solamente cerraron centenares de escuelas secundarias, sino que también se unieron a las manifestaciones en solidaridad a los trabajadores. Los obreros en huelga señalaron orgullosamente los logros obtenidos. Ambos, jóvenes y viejos, pensaron que luchando en contra del aumento de la edad para la jubilación propuesta por Sarkozy, estarían luchando por el incremento de empleos para jóvenes que buscan trabajos por primera vez.
Sin embargo, una debilidad en la lucha se reflejó en los vínculos débiles del movimiento con los 400.000 trabajadores indocumentados, pero posiblemente aún más importantemente, es que los millones de trabajadores inmigrantes documentados nacidos en Francia de procedencia árabe o africana se enfrentan a la discriminación racista todos los días. Ellos son una fuerza potente que podría fortalecer inmensamente a la lucha obrera en general.
Los obreros en los muelles, las refinerías, y los ferrocarriles ha votado para suspender las huelgas. Pero mientras tanto los obreros de seis sindicatos de Air France han convocado a una huelga, el 4 de noviembre y otra manifestación masiva el 6 de noviembre, a pesar de la aprobación de la reforma de las pensiones y la supuesta firma de Sarkozy.
Asumiendo la promulgación de esta ley, y el supuesto debilitamiento de la lucha, reflejaría aun el fracaso de este movimiento masivo, para derrotar el ataque burgués en contra de las pensiones de los obreros. Por otra parte el movimiento ha agudizado la lucha de clases y la consciencia de clase de millones de trabajadores quienes están listos para luchar contra los patrones y su gobierno y han reconocido el estrecho vínculo entre ambos.
La conciencia y furia de la clase obrera en Francia hace evidente la necesidad del liderato comunista revolucionario. La ausencia de liderato es muy evidente. El Partido “Comunista” Francés, el cual ha tenido una gran influencia sobre el sindicato principal, el CGT, hace mucho abandonó los principios comunistas y activamente guía la militancia obrera hacia las elecciones.
Ciertamente existen terrenos fértiles en el que se puede avanzar la consciencia comunista revolucionaria. Esto podría resultar en el reconocimiento de los obreros de la necesidad de destruir completamente el sistema de ganancias, a los patrones y sus lacayos gubernamentales; y no solo mantener las reformas que la clase gobernante nos quita inevitablemente como un intento por bregar con la crisis del capitalismo.
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SARKOZY, LÍDERES VENIDOS TRATAN DE PARAR MOVIMIENTO DE BASE
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- 04 Noviembre 2010 141 visitas