Cientos de miles de trabajadores en Pakistán han estado involucrados en huelgas y protestas masivas. Se han tomado las calles, cerrando fábricas y oficinas, bloqueando caminos y quemando vehículos. Su ira es contra un gobierno corrupto y contra la clase dominante de Pakistán quienes, como todos los capitalistas, quieren que la clase trabajadora pague por su crisis económica, cortando salarios, despidiendo empleados y atacando el nivel de vida. La clase trabajadora esta luchado, sin inmutarse por los ataques brutales, arrestos y hasta asesinatos de líderes por parte de la policía:
A principios de este mes, más de 100,000 trabajadores de la costura en Faisalabad, tercera ciudad de Pakistán, cerraron 20,000 telares y se tomaron la ciudad. Hombres, mujeres y niños, armados de piedras, lucharon contra la policía quienes portaban fusiles y pistolas. Estos trabajadores son el 38% de los trabajadores industriales y producen la mitad de las exportaciones;
Hace unas semanas, diez mil trabajadores de la Karachi Electric Supply Co. Se tomaron las instalaciones forzando a los patrones a reinstaurar 4,500 trabajadores despedidos;
Trabajadores en huelga de International Airlines de Pakistán pararon el tráfico aéreo al tomarse los aeropuertos de Karachi, Islamabad, Lahore y Peshawar, inhabilitando vehículos de servicio, bloqueando vuelos y parando a los pasajeros que se presentaban para viajar; estaban protestando por los despidos y la propuesta venta de rutas de la aerolínea Turkish;
Trabajadores del ferrocarril organizaron manifestaciones en Lahore contra los recortes de 20,000 empleos, desafiando a los matones enviados por el Partido People’s Party (que gobierna a Pakistán) para intimidarlos;
Trabajadores postales, de telecomunicaciones, electricidad, agua potable, acereras y de las oficinas de impuestos federales están luchando en contra de los despidos y la privatización;
Trabajadores de barcos en Beluchistán y jóvenes doctores desde Beluchistán a Punjab están movilizándose por mejores condiciones de trabajo y salarios.
Siguiendo el Liderato de 50,000 Trabajadores Textiles Militantes
Estas luchas se dan después de las acciones de 50,000 trabajadores textiles que se fueron a la huelga en el 2008, cerrando las fábricas por cuatro días. Cuatro líderes fueron arrestados y encarcelados bajo las leyes anti-terroristas. El poder judicial, siguiendo el mandato de la clase dominante, declara la huelga de los trabajadores como ilegal, rechaza la fianza para los trabajadores arrestados e ignora las violaciones a las leyes laborales, al mismo tiempo que impone leyes de salario mínimo y rechaza remedios legales para aquellos que pierden sus empleos.
Los trabajadores quienes en su mayoría ganan $61 al mes (menos del salario mínimo) no tienen acceso a pensiones, y trabajan en condiciones infrahumanas viviendo en la absoluta pobreza. Miles de trabajadores que marcharon en solidaridad con ellos fueron atacados, nueve heridos seriamente. Sin embargo, la fortaleza de las protestas forzó a los dueños – entre los más ricos de Pakistán – a aceptar las demandas de los huelguistas de que se les pagara el aumento ya anteriormente negociado.
Este año, el índice de crecimiento de Pakistán es de solamente 2%, con un inmenso déficit comercial y una creciente deuda presupuestaria. Siguiendo los mandatos del Fondo Monetario Internacional, el gobierno ha cortado todos los subsidios, incrementado el precio de los alimentos – hasta en un 200 a 300% en los últimos dos años – electricidad, gas y demás servicios. En el 2010 la inflación subió más que en ningún otro año en la historia de Pakistán, afectando a todas las familias trabajadoras y creando condiciones intolerables para los más pobres.
Las clases están agudamente marcadas en Pakistán. Ya que las fábricas, negocios y tierra es propiedad de políticos y oficiales del ejército (quienes también controlan los servicios públicos para su propio beneficio), los enfrentamientos entre trabajadores y patrones pone a la clase trabajadora en directo enfrentamiento contra el poder estatal. Pero mientras la resistencia de los trabajadores aumenta, la división en la clase dominante se agudiza.
El partido de oposición (cuyos líderes son grandes terratenientes y dueños de fábricas) está maniobrando el descontento masivo distanciándose del odiado People’s Party y el gobierno del presidente Asif Ali Zardari y su ejército. Esta lucha por el poder está detrás de la reciente violencia política y étnica en Karachi, puerto principal, centro financiero más importante y la ciudad más grande de Pakistán. Tan solo en julio 300 personas fueron asesinadas, durante los disturbios instigados por matones armados y pagados por los partidos políticos para esparcir odio y miedo.
Claramente los trabajadores y campesinos no han sido engañados por ningún partido. Victorias como la de los 10,000 trabajadores de la Karachi Electric Supply Company han fortalecido a la clase trabajadora y envalentonado a los trabajadores para tomar más acciones militantes.
Las Reformas No Sirven; Los Trabajadores Necesitan el Comunismo Para Destruir la Súper Explotación Racista
Los trabajadores necesitamos ver más allá de las reformas. Todo lo que con tanto esfuerzo ganamos es fácilmente revertido cuando los patrones controlan los medios de producción y el aparato estatal. Los patrones textiles en Pakistán ya están planeando mover las fábricas a Bangladesh en donde los trabajadores – a pesar de las acciones militantes del año pasado que les doblaron el salario mínimo – aun reciben la mitad del sueldo de los trabajadores pakistanís. Los bajos costos laborales significan contratos lucrativos para gigantes internacionales como JCPenney, Wal-Mart, H&M, Kohl’s, Marks & Spencer y Carrefour, que ya manufacturan en Bangladesh.
Estas fábricas emplean un descarado racismo explotando estos trabajadores (no-blancos) sur asiáticos, así como lo hacen en EEUU, Gran Bretaña, Francia y Alemania, donde hacen súper ganancias a costa de trabajadores negros, latinos e inmigrantes, con salarios muy bajos, mal servicio de salud, encarcelamientos masivos y amenazas de deportaciones. Mientras tanto, Obama, al servicio de los patrones estadounidenses, bombardea Pakistán, asesinando a cientos de civiles y gastando miles de millones substraído de los impuestos pagados por los trabajadores para armar el ejército pakistaní que impone la pobreza de los trabajadores ahí.
Los trabajadores necesitamos unirnos internacionalmente, a través de todas las fronteras, y apoyar a los trabajadores en la lucha de Pakistán, y desenmascarar a los explotadores multi-nacionales de los países imperialistas. Construir un PLP en Pakistán para destruir el sistema de ganancias capitalista y crear una sociedad comunista dirigida por trabajadores, la cual eliminará a los patrones y sus ganancias junto al racismo y las guerras que ellos crean, es el camino revolucionario a seguir.
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Protestas, Olas de Huelgas Golpean Pakistán, Afectando la Tajada de los Jefes
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- 22 Septiembre 2011 127 visitas