Esta noche un rugido ensordecedor recibió a los ricos patrones al salir de sus limusinas, y mientras eran escoltados por nerviosos guardias de seguridad hasta la famosa casa de subastas de arte Sothebys en el lado superior de Manhattan. Cuarenta y tres protectores de arte - trabajadores que protegen y transportan las pinturas y esculturas que cada una vale millones de dólares - han sido inhabilitados por esta compañía desde julio. Sothebys quien tuvo ganancias por $ 774 millones el año pasado y paga a sus gerentes 70.000 dólares al día, está exigiendo a sus trabajadores concesiones contractuales, que incluye la sustitución de trabajadores de tiempo completo por temporales, la reducción de pensiones y la eliminación de la antigüedad laboral.
Los trabajadores no han cedido. Esta noche fue la primera subasta de la temporada, con la venta de pinturas de arte impresionista y moderno. Cerca de 150 trabajadores y simpatizantes cercados por vallas de metal protestaron en ambos lados de la entrada, desplegando gigantescas ratas inflables. Éramos un grupo multirracial de transportistas de varias secciones sindicales. Tocamos silbatos y le gritamos a los ricos coleccionistas y comerciantes, “!Asquerosos! ¡Rompe sindicatos!”, “Somos el 99%” y “Sinvergüenzas” mientras que se escurrían en el vestíbulo de Sothebys.
Verdaderamente, ninguno de los prósperos coleccionistas parecía avergonzado en absoluto, sólo sintieron muestras de desprecio de parte de los trabajadores intentando interferir en su noche de derroche. Esta noche, un adinerado coleccionista pagó $ 40.4 millones por un paisaje de Gustav Klimt ¡más dinero del que todos los protectores juntos ganarán en su vida! Sothebys recibe una comisión fuerte por cada obra vendida.
Durante horas, los trabajadores se mantuvieron silbando y cantando, mientras que al menos 50 guardias de seguridad y un número igual de matones de la Policía de Nueva York impidió que el edificio fuera invadido por los trabajadores para detener la subasta. Cinco trabajadores lograron entrar y se sentaron frente a las escalinatas negándose a moverse hasta que fueron arrastrados y arrestados. Algunos estudiantes universitarios vinieron de Ocupar Wall Street para apoyar a los trabajadores que forman parte del 99% para insultar al 1% (o más exactamente, la décima parte del uno por ciento) que cruzó la línea de piquete. Un verdadero artista pudo haber capturado estas imágenes de lucha de clases en un lienzo.
Mientras que enronquecía de entonar consignas y mi enojo creció al ver pasar a los hijos de Puta ricos que la policía escoltó para entrar en Sothebys, se me ocurrió que algún día no va a haber necesidad de casas de subasta de arte, ya que las pinturas de Van Gogh y Picasso (que probablemente hubieran estado en la línea de piquete) deben ser disfrutadas por todos, no pegadas en la pared en una mansión privada y lujosa. También estoy deseando que llegue el día en el que construyamos un museo para mantener los artefactos del capitalismo - un registro de maquiladoras, explotación, desigualdad, racismo, sexismo y guerras imperialistas de su época. Nuestros nietos a caminarán por los pasillos del pasado capitalista y se preguntarán cómo los seres humanos pudieron haber vivido de esta manera, con tanta injusticia y miseria. Sin embargo, la última habitación en el museo será el Salón enorme de la revolución que mostrará la forma en que el capitalismo fue barrido de la faz de la tierra, y Sothebys y sus clientes ricos lanzados al basurero de la historia.
Trabajador enojado
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- 18 Noviembre 2011 122 visitas