Mientras que las convenciones cirqueras de Romney y Obama avanzan, la reciente masacre en Suráfrica,  muestra el absoluto antagonismo del sistema electoral hacia la clase trabajadora.  El 16 de agosto, policías negros y blancos del “libremente elegido” partido de gobierno, ANC (Congreso Nacional Africano) asesino a 34 mineros en huelga en la mina de platino Marikana. “En la mayoría de los casos, las balas atravesaron el pecho, lo que esto sugiere es que fueron baleados por la espalda cuando trataban de huir” Independent, London, (30/8/12). Lo que es peor, el procurador del régimen del ANC, culpo de la masacre a los 270 sobrevivientes, aun cuando fue la policía quien disparo.
Los trabajadores murieron porque los políticos que mandan a la policía sirven a los capitalistas. Ningún político puede participar en la política sin apoyo financiero o la prensa de alguna de las facciones patronales. La primera “elección democrática” de Suráfrica en 1994 acabo con el apartheid (la opresión y separación legalizada de la gente negra) pero trajo consigo la explotación con una nueva cara.  
El ala patronal abiertamente racista, pro-apartheid, de ascendencia holandesa, perdieron su antigua autoridad suprema en las urnas. El líder del ANC, Nelson Mandela obtuvo la presidencia con una gran mayoría de los primeros votantes negros y el respaldo de la ultra rica familia Oppenheimer, quienes eran dueños de la mayoría de las minas de oro, diamantes, y platino. Ellos se habían opuesto al apartheid y promovido los sindicatos negros para obtener paz e inversión extranjera. El clan liberal Oppenheimer tenia estrechos lazos con los bancos de EEUU e Inglaterra, hasta una de sus compañías se llamaba Anglo-American.
“Mandela y Harry [patriarca de la familia] Oppenheimer se hicieron grandes amigos antes de la presidencia de Mandela y se unirían mas: Después de la elección de Mandela, Oppenheimer frecuentemente lo invitaba a su lujosa hacienda. Mandela solía llevar representantes de De Beers [una compañía de diamantes de Oppenheimer] en sus viajes al extranjero” (New Republic, 18/12/07).  Bajo Mandela y sus sucesores, el aparato estatal de Suráfrica (incluyendo la policía) se integraron pero ahora recibían órdenes de los barones de las minas quienes eran parte del ala liberal de africanos que eran apoyados por EEUU e Inglaterra.  
Fue esta alianza diabólica, de políticos y corporaciones, inseparable del sistema de ganancias, que jalo el gatillo en Marikana. Los trabajadores en la mina, propiedad de Lonmin, con base británica, se habían unido a un sindicato que no estaba aliado a la ANC. Demandaban, además de aumento de sueldo, la nacionalización de la industria. Pero, a principios del año pasado, “Cynthia Carroll, Jefe Ejecutivo de Anglo American dijo que la nacionalización de los activos mineros en Suráfrica, que son las reservas minerales mas grandes del mundo, seria, ‘el camino a la ruina’” (Bloomberg News, 8/2/11).
La Anglo fundada por Oppenheimer demando que el presidente actual Jacob Zuma investigara.  Zuma dirige el ANC, y ha gozado consistentemente de una falsa legitimidad de 60 o más porciento de las mayorías en las urnas. ¿Que creen que paso? En menos de un año, “un estudio comisionado por el gobernante ANC hizo una recomendación contra la política, diciendo que la nacionalización serian un ‘desastre económico”’ (Bloomberg, 7/2/12). Los matones armados de un gobierno “electo legalmente” asesinaron a 34 mineros ¡no sea que las ganancias de los patrones sufran ruina y desastre!
En EEUU, las facciones de capitalistas carniceros por las cuales Obama y Romney se afanan, hacen que los patrones de Suráfrica parezcan mansos ratoncitos. Las grandes petroleras de los imperialistas de Wall Street quienes dirigen a Obama necesitan controlar las rutas de petróleo y gas del Medio Oriente y se preparan para un posible enfrentamiento con China por las mismas. Un ataque aéreo que beneficia a la Exxon Mobil y a JP Morgan tiene las mismas consecuencias que los muertos en Marikana. La aventura de Obama en Libia contra la influencia china y rusa acabo con mil veces más vidas de la clase trabajadora.
Es difícil predecir a cuales guerreristas capitalistas le servirá Romney si triunfa. Su política exterior oficial lo pone en el campo de la “Misma Tercera Guerra Mundial con China” al igual que Obama. Pero, si prevalece el fanático multimillonario pro-Israel, Sheldon Adelson, quien es el principal financiador de la campana de Romney, con la nada despreciable cantidad de $100 millones; y Romney se convierte en presidente, un ataque de EEUU o Israel (o ambos juntos) contra Irán puede acelerarse.
Para los trabajadores, de EEUU a Suráfrica y en todo el mundo, votar es pero que inútil. Legitima el asesinato de nuestras hermanas y hermanos por los capitalistas. Y nosotros le ponemos el sello se aprobación. La única ruta para un cambio efectivo esta en luchar para destruir el sistema de ganancias y remplazarlo con el verdadero gobierno de la clase trabajadora. Eso solo lo podemos lograr cuando miembros del Partido Laboral Progresista ganen a trabajadores y jóvenes en las fábricas, escuelas, ejército y todas las organizaciones de masas dirigidas por los capitalistas a unirse al PLP y crear un partido de masas capaz de aplastar el estado patronal con la revolución comunista.