Ediciones recientes de Desafío han contenido artículos de lucha contra los asesinos racistas policíacos en Anaheim y Nueva York. Se ha producido una situación similar aquí en las minas de carbón de Pennsylvania occidental.
En junio, tres policías en Johnstown dispararon 18 rondas contra un coche lleno de hombres negros desarmados, matando al conductor e hiriendo a otro. A los policías racistas se les dio licencia administrativa pagada y policías estatales fueron elegidos para llevar a cabo la investigación – igual que enviar a los zorros a cuidar el gallinero.
Después de dos meses, los policías estatales dieron su informe al fiscal del distrito del condado de Cambria quien trabaja con los policías acusados ganando $ 160.000 al año. El fiscal dijo que los policías justificaron el tiroteo, “trataron de proteger a sus compañeros oficiales”, y se negó a revelar los nombres de los policías.
A continuación, la NAACP en Johnstown convocó a una reunión pública, con el fin de fomentar la cooperación entre la policía y la comunidad, invitaron al fiscal y a representantes del departamento de policía. Acudieron cerca de 150 personas de la comunidad, incluyendo varios lectores de DESAFIO. La multitud dejó en claro que no estaban allí para discutir la cooperación con la policía sino para discutir el asesinato racista del conductor negro. El fiscal fue asediado con preguntas de la gente, y poniéndose a la defensiva contestó que la “la reunión no era para eso.”
Se hizo un llamado a una marcha de protesta en las calles de Johnstown, para terminarla en la estación policíaca. Esta marcha comunitaria fue combativa y multirracial.
Hasta el momento, continua el encubrimiento de la policía y el fiscal, pero la gente ha demostrado que no olvidará el asesinato racista de este hombre negro.
Por supuesto, lo que se necesita es liderato comunista para elevar la conciencia de la gente a entender que los policías están ahí para proteger y servir a los ricos. Sólo una revolución comunista puede poner fin a este tipo de asalto fascista contra la clase trabajadora. No obstante, al igual que las luchas en Anaheim y Nueva York, ésta lucha es justa y merece el apoyo de los comunistas y trabajadores de todo el mundo.
Carbón Rojo