CHICAGO, 14 de julio — Los partidarios de Trayvon Martin se reunieron poco a poco en lo que parecía un principio como un cruce solitario. Equipos de noticias y fotógrafos fueron los primeros en llegar, pero poco a poco pero sin pausa los estudiantes y los trabajadores comenzaron a llegar. Los miembros del Partido Laboral Progresista empezaron a hablar con la gente y distribuimos 250 DESAFIOS y 700 PL folletos.
Todos fueron bien recibidos, y se realizaron 17 contactos.
Mientras la multitud creció uno podía sentir la incredulidad sobre el veredicto, el enojo por otra injusticia. Las reformas, la no violencia y la oración eran parte del mensaje destinado de esta demostración.
Sin embargo, con cada paso de la marcha nuestro mensaje resonó en todo: para luchar y ver que el sistema actual nos está matando - que el racismo y la policía son herramientas para los empresarios para aprovechar al máximo sus beneficios.
El mensaje era tan fuerte que los coches que circulen por ella hacían soanr el claxon en apoyo y en el ritmo de los cantos para hacernos saber que nuestro mensaje venía a través.
Cuando la marcha se acercaba a su destino, los miembros y amigos del PLP siguieron distribuyendo DESAFIOS y volantes, poniendo de relieve las luchas fundamentales de todo nacionalismo, el racismo y la no violencia.
Los organizadores de la marcha eran estudiantes universitarios que estaban indignados y emocionalmente afectados por el veredicto. En consecuencia, los 300 manifestantes escucharon los oradores respondieron a la pregunta, “¿Qué podemos hacer desde aquí?” Con un llamado a la no violencia y la oración y para firmar una petición NAACP.
Tuvimos una pancarta que decía: “Es hora de que la revolución comunista.” Eso es de nuestra clase única alternativa a los policías racistas, los tribunales y las leyes racistas.