Frutvale Station documenta los últimos días de Oscar Grant III, un trabajador negro de 23 años del área de la Bahía, quien fue asesinado por un policía del departamento de BART en Oakland en el 2009.
La película muestra como Oscar, después de haber estado preso, trata de recuperar su vida y ayudar a su familia.  La película es muy buena mostrando las duras decisiones que enfrenta Oscar en el estado capitalista en donde los trabajadores experimentan desempleo y racismo.  Oscar perdió su empleo y su jefe no le dio una segunda oportunidad.  Entonces tiene que decidir si vender drogas o no para pagar la renta, finalmente decide no hacerlo pues no quiere ir nuevamente a la cárcel.  
A través del lente de la cámara, ilustrando la dura realidad bajo el capitalismo y las relaciones familiares, vemos el amor que Oscar profesa a su hija de 4 años cuando la ayuda a prepararse para ir a la escuela.  Sophina Mesa (pareja de Oscar) lucha como la única empleada en la familia, y Oscar trata de ayudar a su hermana a pagar su renta.  Estas son las simples y humanas características de un joven y familia que aspiran tener lo suficiente para fin llegar al fin de mes.  
Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos de la familia para crear un mejor futuro, no lo logran.  El momento crucial llega cuando Oscar, que viaja en tren para celebrar el Año Nuevo, es confrontado por una persona con quien tuvo enfrentamientos en la cárcel, y termina peleando con él.  La policía racista llega a la escena e inmediatamente señalan al único joven afro-americano que está en la plataforma.   En la plataforma, Oscar y el oficial racista de BART se enfrascan en un desacuerdo verbal y el policía trata de esposarlo.  Mientras Oscar está en el suelo, otro policía saca una pistola y le dispara en la espalda.  
La película muestra esto como un incidente en una cadena de eventos “desafortunados”, pero la realidad de este sistema es que hombres latinos y negros son desproporcionadamente encarcelados, desempleados y asesinados por la policía.   Sus opciones son limitadas porque es así como el capitalismo trata de mantener a la clase trabajadora impotente y oprimida.   Este sistema culpa al individuo por no tratar lo suficiente y la película no ilustra que esto es un problema sistémico deliberado del capitalismo que continua dejando a jóvenes trabajadores negros con oportunidades y opciones coartadas.  Oscar vivio en el sistema que usa el racismo y los perfiles raciales para robarles por completo de su potencial.  Muchas leyes,  como la de parar y catear, perpetúan este sistema.   
Esta película también menciona que el “castigo” al policía asesino fue de 2 años en la cárcel – y que termino sirviendo solamente 11 meses.  Sin embargo, la película no muestra las protestas de la clase trabajadora que fueron lideradas por la familia de Oscar como respuesta a esta sentencia.   La clase trabajadora no puede negociar con un sistema racista que usa a sus oficiales de policía para oprimir y asesinarlos.  La película no muestra a los policías como armas de la clase dominante usa para intimidar físicamente y controlar a individuos de la clase trabajadora.  La película ilustra que el asesino es un oficial “inexperto”, que no sabía como “manejar” una confrontación con un detenido.   Es más, la policía y su violencia y racismo es aprobada por la clase dominante para intimidar a la clase trabajadora y que no se organicen ni luchen.  
La tragedia de Oscar resuena ahora con el juicio a Zimmerman y su absolución porque irrumpieron foros, protestas y casi rebeliones en todo el país después de ambos incidentes.   Mientras se escribe esto, las cortes de New York han rehusado acusar nuevamente al policía que asesino a Ramarley Graham en el Bronx.  Estos son incidentes separados pero una serie de ataque de policías y cortes fascistas contra la clase trabajadora joven de color.  La única forma de luchar contra estos ataques racistas de la policía el sistema judicial es destruyendo al capitalismo.