SAN FRANCISCO, CA, 22 de Octubre — Hoy, 2,400 conductores de tren y otros trabajadores del Transporte Publico Rápido del Área de la Bahía (BART, siglas en ingles), miembros del Sindicato  de Transporte Publico (ATU, siglas en inglés) local 1555 y el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, siglas en inglés) local 1021, regresaron a trabajar; acabando con una huelga de cuatro días.  La segunda vez que hacían huelga desde el 30 de junio, cuando el gobernador Jerry Brown ordeno un periodo de 60 días para calmar los ánimos.  El enfoque de la huelga era: salarios, seguridad laboral, derecho de antigüedad y mantener las reglas de empleo.  Líderes sindicales ordenaron a los huelguistas regresar al trabajo antes que supieran lo que el nuevo contrato les ofrecía.  
En vez de negociar un nuevo contrato y evitar la huelga, los patrones usaron lo de “calmar los ánimos” para frenar la militancia de los trabajadores y entrenar esquiroles.  El primer día de huelga, dos trabajadores que cruzaron la línea de piquete  para inspeccionar los rieles fueron arrollados por un tren manejado por un gerente.  ¡Dos trabajadores fueron asesinados! Los huelguistas estaban furiosos y querían usar el incidente para extender la huelga y hacer pancartas  como “RIP Dos Trabajadores Asesinados por Ganancias Patronales,” y “¡Grace Crunican de GM, Asesina a Dos Trabajadores!” Los trabajadores sintieron lastima por los trabajadores asesinados, aun si habían sido esquiroles.
Temiendo que la huelga llegara a otras estaciones de autobuses y trenes, el liderato del ATU cancelo las líneas de piquete por dos días.  Rehusaron hacer huelga en AC Transit, una local hermana trabajando con contrato expirado  y que sirve la misma área.  El tercer día ya tenían su acuerdo.  
La crisis económica del 2008 y la arremetida para privatizar el transporte público causo la intensificación de  los ataques a todos los trabajadores del transporte público.  Estos son ataques racistas, ya que son más fuertes en ciudades grandes donde los salarios y beneficios son mejores y la fuerza laboral y usuarios son mayormente negros y latinos y mujeres.  Los banqueros y promotores de bienes raíces obtienen grandes ganancias del transporte público y aun así quieren que también paguemos devolviendo lo ganado en las luchas y aumentando las tarifas.
En la última década, decenas de miles de trabajadores del transporte público han sufrido recortes de salarios, pensiones, salud, y condiciones laborales.  Miles más han perdido sus empleos.  En el 2010, nuevos empleados de Washington, D.C. METRO perdieron seguro médico y de retiro.  En el 2008, a los trabajadores de BART se les congelaron los salarios por cinco años. Trabajadores de la Autoridad del Transporte Público de Chicago fueron forzados a contribuir sustancialmente más al sistema de pensiones.  
En San Francisco, una enmienda municipal recorto salarios y beneficios y acabo con 40 años de reglas de trabajo vital. En Alameda County, un árbitro “imparcial” impuso recortes de salarios y beneficios en el contrato del 2010.  En la Ciudad de Nueva York, trabajadores del transporte público trabajan sin contrato o aumento de sueldo por cuatro años mientras que el liderato de ATU abandona a choferes de transporte escolar y usuarios en huelga el invierno pasado.  
Los trabajadores de BART están al frente de la lucha y no están solos.  Miembros de ATU en la Bay Área, Chicago, NY y Washington, D.C. han distribuido un volante nacional, pidiendo a todos los locales apoyar y propagar la huelga.  Esta misma semana choferes en Detroit y NYC, tuvieron acciones laborales.  Recientemente  choferes escolares hicieron huelga en Boston, y el invierno pasado una muy militante huelga de transporte escolar fue aplastada por los contratistas municipales y el liderato del ATU que abandono a los trabajadores y usuarios.
El ingrediente que falta es un centro alternativo de liderato para que los trabajadores puedan contrarrestar el mal liderato de los líderes sindicales casados con el sistema de ganancias que solo ofrece guerras, pobreza y terror racista.  Su trabajo es mantenernos atados a las leyes patronales.  Necesitamos liderato antirracista y anticapitalista, con una óptica revolucionaria comunista y la meta de llevar a la clase trabajadora al poder a través de la revolución comunista.  La lucha de clases debe ser una escuela para el comunismo.