La competencia por el máximo de ganancias es la ley del capitalismo. Los capitalistas luchan por aventajar a sus rivales en el lucro ya sea dentro de un país o entre países. En última instancia, la lucha entre las clases antagónicas – los trabajadores y los patrones – es el factor determinante de los eventos mundiales. Sin embargo, actualmente – como el DESAFIO lo ha subrayado – debido a la debilidad de la lucha de clases de los trabajadores, y especialmente dada la ausencia de una masiva clase trabajadora liderada por comunistas, la rivalidad inter-imperialista ha dominado la política mundial.
Los capitalistas, inevitablemente, resuelven sus diferencias con la guerra, lo que ha ocurrido a nivel mundial en dos ocasiones, entre 1914 y 1945. Lo que los lleva a la guerra es la competencia en el plano económico, por mercados, materias primas, y fuerza laboral barata. Las guerras financieras conducen inexorablemente a las guerras armadas.
Mucho de esto se ve reflejado en las guerras que en nombre de los imperios se pelean en el Medio Oriente y el Sudeste de Asia, así como en las invasiones directas de los patrones de EEUU (en Irak y Afganistán), en parte por mantener el control energético y viaductos. Además de esto, sin embargo, esta rivalidad está intensificando otra guerra económica, específicamente en la industria automotriz mundial.
Desde los 1980 hasta el 2011, la automotriz francesa Peugeot vendía 455,000 autos al año en Irán, cubriendo un tercio del mercado automotriz del país, ensamblándolos todos en Irán con piezas que Peugeot enviaba de Versoul, Francia. Pero el 3 de junio, nueve días antes de las elecciones Iraníes, Barak Obama firmó una orden ejecutiva autorizando al Ministerio de Hacienda de EEUU a sancionar cualquier compañía que proveyera o hubiese proveído “bienes y servicios” al “sector automotriz de Irán”. Esto afecta directamente a Peugeot.
Sin embargo, el decreto de Obama es muy cuidadoso de no prohibir la entrega a Irán de autos completamente ensamblados, abriendo así el mercado a General Motors y otras automotrices de EEUU a través de sus subsidiarias extranjeras. Desde Junio, las automotrices han estado anticipando la apertura de este mercado Iraní, estimado en 1,500, 000 autos al año.
Mientras tanto, la automotriz Coreana Daewoo se prepara para ser la estrella de la feria automotriz en Teherán este mes. ¿Adivinen quien cuenta con 47 por ciento de las acciones en Daewoo? Nada más y nada menos que GM. Después que Obama ayudó a que GM saliera de la bancarrota, ahora está ayudando a GM en su guerra por el lucro contra sus rivales.
¿Pero cómo encuadra este esfuerzo de GM para vender autos en Irán con el continuo pleito de EEUU e Irán en relación a las ambiciones nucleares de este último, que aparentemente llevan a la confrontación militar? Tal guerra con seguridad arruinaría la capacidad de GM de entrar al mercado automotriz Iraní. Una posible resolución a esta contradicción podría aparecer como resultado de la nueva perspectiva que está tomando la clase patronal de EEUU sobre qué hacer con Irán.
El 4 de noviembre, el New York Times – vocero principal del ala financiera más importante de la clase patronal de EEUU – publicó tres artículos que parecen cuestionar la idea que la guerra con Irán es inevitable y podrían estar apoyando los esfuerzos de las automotrices de EEUU por ganarse una buena porción del mercado automotriz Iraní.
Un editorial – “El Congreso puede ayudar con Irán” – argumenta que la situación se aproximaba a “un acercamiento amplio” entre Irán y Occidente y por lo tanto no era el momento para que el Congreso le imponga sanciones más estrictas a Irán porque “podría sabotear la mejor oportunidad que se ha dado en años para alcanzar una resolución pacífica” en un acuerdo sobre reactores nucleares.
El segundo artículo apareció en la sección de opiniones titulado, “Hablemos con Irán, eso funciona”, escrita por Ryan Crocker, ex embajador de EEUU en Irak y Afganistán, y decano del Colegio de Gobierno Bush de la Universidad Texas A&M. Este asegura que, “las conversaciones con Irán han tenido éxito antes y pueden tener éxito otra vez”. De allí resalta la cooperación de las dos clases dominantes inmediatamente después del 11 de Septiembre cuando Irán contribuyo información “sumamente valiosa” que “mostraba las fuerzas y posiciones de las tropas del Talibán justo antes de que EEUU iniciara acciones militares”, una invasión del cual Irán fue “un fuerte defensor”. El embajador Crocker dice, “forjamos acuerdos sobre una serie de temas de seguridad” con Irán, pero la cooperación terminó cuando Bush dio su discurso “El Eje Diabólico” en el 2002, condenando a Irán, Irak y Corea del Norte.
El tercer articulo – titulado “El Alto Mando Iraní y EEUU Responden a Críticas sobre Conversaciones” – detalla las actuales conversaciones sobre el tema nuclear con Irán en Ginebra. El líder supremo de Irán, Ayatolá Jomeini, aunque pesimista sobre el acuerdo, sin embargo, “trato de acallar a los de línea dura en su país expresando su apoyo al equipo negociador” cuando la iniciativa diplomática estuvo bajo el ataque de “los clérigos conservadores y los comandantes militares”.
Sin embargo, Francia ahora ha demorado un acuerdo en un atentado de liderar países del Medio Oriente opuestos a Iran – Israel, Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos. Francia ha firmado contratos lucrativos con estos dos últimos, incluyendo entrega de misiles de tierra a airea los sauditos y aeroplano a Qatar. (Su posición ha sido apoyada por los derechistas John McCain al igual que el Wall Street Journal de E.U. quienes proclaman “Vive la France.”)
Entonces patrones franceses pueden estar dispuestos a sacrificar algunas de las Ganancias de Peugeot en Iran por un intercambio de volverse el proveedor de armas principal en el Medio oriente.
Nada de esto quiere decir que habrá un acuerdo y que no habrá una confrontación militar de EEUU con Irán, pero parecería indicar que parte de la clase patronal de EEUU se inclina hacia la forja de un acuerdo. Esto ciertamente coincidiría con las acciones de Obama para ayudar a GM y otras automotrices para que se lucren con una cosecha en el potencial mercado automotriz de Irán donde se venden 1,500, 000 autos al año.
Con las negociaciones sobre las ambiciones nucleares de Irán de fondo, la lucha por el mercado automotriz se vuelve otro factor en la relación entre estos dos capitalistas en pugna. Por supuesto, la explotación de los trabajadores automotrices es lo que produce los autos que permiten que estos patrones compitan en esta guerra automotriz. Sólo la lucha de clases entre los trabajadores y estos patrones es lo que nos puede llevar a la revolución que va a acabar con todos los explotadores.
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Patrones Luchan por parte del Mercado Automovilístico de Irán
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- 14 Noviembre 2013 104 visitas