BROOKLYN, NY, 21 de Octubre —  Hoy, “¡Justicia para Kyam livingston, asesinada en una celda de Brooklyn!” resonó por la fría, airosa y oscura calle afuera del 120 Schemerhorn st.  Este es el juzgado en donde se encuentra Central Booking que apoya al Brooklyn House of Detention.  El plantón atrajo a más de 120 personas que gritaban consignas multirraciales, jóvenes, hombres y mujeres.  Aunque la calle estaba oscura y fría, el fuego de las palabras quemaba las paredes de Central Booking.
Un número de policías estaba frente a las amplias puertas del juzgado, las consignas continuaban y varios oradores hablaron sobre Kyam Livingston, quien había pedido atención médica por siete horas desde su celda.  No recibió la atención y murió ahí en una banca, solo se encontraban los detenidos para ayudarla y consolarla.  Eso es lo que le dio a las palabras de su madre tanta fortaleza.
Con la urna de las cenizas de Kyam, su madre, entre sollozos angustiosos, conto la historia de cómo las suplicas de su hija por ayuda habían sido desdeñadas por sus carceleros.   El hijo de Kyam también hablo sobre su creciente entendimiento del sistema que pudo tan cruelmente hacerle eso a su madre.  Un joven fue maestro de ceremonias mientras que dos personas dirigían las consignas entre los discursos.  
La primera audiencia sobre este caso ocurrió en la corte federal temprano ese día.  La ciudad descaradamente reusó presentar los videos de vigilancia de la celda la noche en que Kyam murió, o los nombres de los policías de turno en el juzgado.  Pero si cuestionaron a la familia de Kyam sobre ella, como si ella fuera la ofensora.  La arrogancia y descaro del sistema es cada vez más aparente.  
Es así como el hijo de Kyam aprendió más sobre como la clase trabajadora es oficialmente oprimida.  Según las reglas oficiales, Kyam debió haber sido atendida inmediatamente.  Pero lo que recibió ella y sus compañeros de celda fue un “cierra la p… boca o perderemos tu papeleo.”  
La madre de Kyam no pudo contener su tristeza.  Camino hacia la puerta, entre la policía, y entro al juzgado desde donde todos por fuera la podíamos ver.  Abrazo fuertemente la urna con las cenizas de su hija. Después volvió a salir entre los agentes de seguridad que rápidamente se quitaron del camino.  Se acercó al micrófono y hablo sobre sacar a su hija de la cárcel.  “Ahora estas libre.” Dijo su madre.  Casi todos teníamos lágrimas en los ojos.  
Una maestra que trabajo con el Comité de Justicia para Shantel Davis hablo, entrelazando la responsabilidad sistémica para ambas muertes.   Después otro orador le dijo al grupo que “el elefante está en el cuarto, es el racismo,”  y ese racismo debe ser combatido constantemente.  Dirigió la consigna: “¡Racismo significa lucha!” el cual todos corearon.  Desafió a los guardias de seguridad parados en los peldaños del edificio a que pensaran sobre lo ocurrido y sobre cómo la gente es tratada adentro.  Otras consignas y oradores demandaban que se presentaran los videos, los nombres de los policías en turno y una investigación de las condiciones dentro de la cárcel.
El Comité de Justicia para Kyam Livingston continuara activo y haciendo manifestaciones todos los 21 de cada mes, el día del aniversario de su muerte.   El crecimiento del comité y aquellos involucrados son una buena señal de que la gente no acepta las trilladas respuestas que el capitalismo nos da por las tragedias que causa.  La venta del DESAFIO durante la manifestación fue otra buena señal.  La lucha podrá ser larga, pero la meta es nuestro futuro.