Muchas mujeres creen que el feminismo – es un combate militante de mujeres con aliados entre ellos algunos hombres por los derechos de las mujeres, es la manera de derrotar el sexismo, la discriminación contra las mujeres ambos por hombres individuales o la sociedad en si.
Movimientos feministas han, de hecho, luchado por reformas en el trabajo para que mujeres obreras les pagaran más y encararan menos discriminación y acoso en el trabajo basado en su sexo.
Sin embargo, aunque estos logros son importantes, la mayoría de mujeres de la clase obrera, especialmente mujeres negras y latinas, que son oprimidas triplemente por su sexo, clase y raza, no se han beneficiado mucho de estos logros. Por ejemplo, en el 2001, los cheques de pago promedios de mujeres reflejaban solo 78 centavos por cada $1.00 ganado por hombres.  
Para las  mujeres de color, la diferencia es más grande. En comparación del dólar de hombre, mujeres afroamericanas ganan solo 69 centavos y mujeres latinas, solo 59 centavos.
El feminismo no puede derrotar el sexismo. Como nacionalismo, ha sido usado por la clase gobernantes para evitar que los obreros, hombres y mujeres, se unan en contra de su enemigo común – el capitalismo. Como nacionalistas negros quienes ven supremacía blanca como el obstáculo principal a la liberación, feministas, creen que el patriarcado el la causa principal de la opresión de mujeres. Esto es por que en parte, del hecho de que la mayoría de violencia perpetrada contra las mujeres en esta sociedad es por hombres. Noventa a noventa y cinco porciento de todos los ataques sexuales y casos serios de violencia domestica en EEUU son cometidos por hombres. Los hombres representan noventa porciento de las personas en las cárceles por violaciones. Los hombres también son victimas de violencia cometida por otros hombres.
A los capitalistas les gustaría que creyéramos que este comportamiento agresivo es una reflexión de la naturaleza de los hombres. En lo contrario, la violencia masculina representa el papel que la masculinidad juega en la sociedad definida por la cultura capitalista – diciéndoles de ser fuertes, no vulnerables y de acertar su poder y ganarse el respeto por medio de la violencia. Los capitalistas usan esto para mantener a los hombres de la clase obrera combatiendo sus hermanos y hermanas para mantener la ilusión del privilegio y poder masculino, mientras que los gobernantes mantienen el poder verdadero  de toda la clase obrera.
Federick Engels argumento en su trabajo clásico El Origen de la Familia, Propiedad Privada y el Estado que le desigualdad sexual como la conocemos hoy no existía antes del adviento de propiedad privada. En sociedades de pre-clases, aunque había una división del trabajo, el trabajo que las mujeres hacían era igualmente valioso. A veces, incluso los trabajos eran intercambiables  entre hombre y mujeres, como lo eran en tribus Sénecas en Estados Unidos. El trabajo era complementario, no jerárquico.   
Al contrario, en la sociedad de clase, lo que fuera que fuese designado como trabajo de mujeres era denigrado y no valorado. “El trabajo de mujeres” ya no se veía como un tipo de trabajo especial, pero en vez, como un tipo de trabajo de grado (Charlette Perkins, La Casa, Su Trabajo e Influencia). Como resultado, los capitalistas pueden pagarle los salarios mas bajos mientras cosechan grandes ganancias. Mantienen su poder adoctrinando los obreros con ideología sexista por medio de los medios, religión, escuelas y otras formas. Propagan el mito que el sexismo es un rasgo humano innato, cuando en realidad, es un comportamiento aprendido.
Los gobernantes usan política de identidad, como el nacionalismo y feminismo para su ventaja. Enfatiza las diferencias entre nosotros, anima división, y nos mantiene a los obreros de organizarnos alrededor de nuestras similaridades para derrocar nuestro opresor. Este es el caso con el feminismo, mientras las mujeres trabajan en liberarse de las garras de la opresión feminista, mientras ven otras formas de opresión como algo separado de su misma y excluyendo la lucha de clase de su diagnosis.  
Aunque hay otras feministas quienes si consideran la clase en su análisis, como la comentadora/autora Bell Hooks, el análisis es débil, en que no habla de erradicar el sistema de clases, pero en vez aseguran que las mujeres, independientemente de clase, tienen vidas mejores, que las consideran posibles por medio de reformas.
“En toda esta nación feministas individuales con poder de clase quienes apoyan una visión revolucionaria de cambio social comparten recursos  y usamos nuestro poder para ayudar a reformas que mejoraran las vidas de mujeres independiente de su clase.” (El Feminismo es para Todos por Bell Hooks).
En otras palabras, aquellos que llegan a la cima de la “escalera de éxito” deberían compartir con aquellos que están en base. Pero como Assata Shakur dice en su autobiografía “Cada vez que hablas de la escalera, estas hablando de una cima y una base, una clase alta y una clase baja, una clase rica y una clase pobre.”
El feminismo no quiere remover esta escalera; solo hacer un espacio para que las mujeres la suban. El comunismo a cambio busca destruirla.  
Y DESTRUIREMOS todos los aspectos del sexismo que se muestran a nivel sistémico al igual que su apariencia en nuestras relaciones personales. Sin embargo, para nosotros cancelar el sexismo completamente y enteramente de nuestras vidas y nuestra sociedad, primero debemos liderar con la contradicción principal del capitalismo, que es que los obreros no pueden ser pagados plenamente por el valor de su labor.
El sistema de clases es un obstáculo enorme en el camino guiándonos a una sociedad verdaderamente igualitaria. Bajo el capitalismo, la lucha en contra del sexismo esta ligada a clase. Cuando clases ya no sean un obstáculo, seremos capaces de cancelar el sexismo completamente en cada forma que se manifesté. Por ahora, nuestro acercamiento al sexismo debe ser ligado a la lucha de clase, mientras también luchamos con nosotros mismo y nuestros camaradas para eliminar las creencias y practicas sexista a nivel individual.