Por el aniversario de la invasión británica-estadounidense a Europa del Este el 6 de junio de 1944 (D-Day), somos saturados por una lluvia de mentiras que nos dicen que EEUU gano la Segunda Guerra Mundial. El papel decisivo del Ejecito Rojo soviético y la clase trabajadora son deliberadamente minimizados o ignorados para evitar reconocer el hecho que fue la Unión Soviética, bajo liderato comunista, dirigidas por Joseph Stalin – no EEUU – quienes derrotaron los ejércitos de Hitler.
Como escribió Benjamin Shwarz, editor nacional del Atlantic Monthly, en el New York Times, “historiadores militares siempre han sabido la caída de los nazis ocurrió en el Frente oriental, en donde ocurrieron el 80% de las bajas militares alemanas en la guerra…El conflicto de cuatro años entre Wehrmacht y el Ejército Rojo sigue siendo el combate más grande y posiblemente el más feroz,…indiscutiblemente el capítulo más importante en la historia militar moderna.”
Durante la guerra, más del 70% de las tropas fascistas activas en Europa estaban combatiendo al Ejército Rojo. Los británicos combatían cuatro divisiones alemanas en el Norte de África. Cuando los aliados desembarcaron en Francia en las playas de Normandía, ellos se enfrentaron a tres divisiones alemanas. La razón fue que más de 100 divisiones de toda Europa tuvieron que ser enviadas rápidamente al Este, donde el Ejército Rojo avanzaba 40 millas por día hacia el oeste, aplastando las fuerzas fascistas. Más de un millón de tropas nazis fueron destruidas por las unidades partisanas soviéticas, más de lo que las fuerzas británicas y estadounidenses tuvieron que destruir durante toda la guerra.
Más de 25 millones de trabajadores y soldados soviéticos murieron combatiendo los ejércitos de Hitler. EEUU perdió un total de 400,000, en Europa y el Pacifico.
En el invierno de 1941, cuando los Nazis se acercaban a Moscú, a 25 millas del Kremlin, toda la población se levantó en su defensa. Los hombres se unieron a la milicia al frente. Las mujeres y los jóvenes cavaban hoyos anti-tanques en el congelante frio. Después las fuerzas soviéticas contra-atacaron, haciendo retroceder al enemigo a más de 100 millas de la ciudad. Esta fue la primera derrota a larga escala que sufrieron los nazis. Fue el principio de su aniquilación, seis meses después de haber invadido. El editor militar del New York Times, Hanson Baldwin, junto con un montón de “expertos” occidentales, predijeron que los soviéticos serian derrotados en seis semanas.
El momento decisivo ocurrió en la batalla de Stalingrado, en el invierno de 1942-43, el cual casi todos los historiadores capitalistas llaman el momento decisivo de la Segunda Guerra Mundial. Los defensores soviéticos batallaron casa por casa. Mujeres y hombres que voluntariamente hacían tanques para la batalla mientras que las bombas caían alrededor de ellos. Si alguna vez es necesario un ejemplo de espíritu comunista, es Stalingrado. Los soviéticos rodearon y destruyeron tres ejércitos fascistas, causando 1.5 millones de bajas. Después de Stalingrado, la batalla siguió hacia el único lugar que tenía que seguir, al oeste.
Desde 1941 hasta la primavera de 1944, la estrategia británica-estadounidense era de esperar hasta que los nazis y soviéticos estuvieran fatigados de luchar entre ellos y entrar a la guerra para obtener victorias rápidas. Habían retrasado la apertura de un segundo frente en Francia por dos años, hasta mediados de 1944, cuando fue aparente que si no lo hacían los soviéticos liberarían toda Europa del yugo nazi. El segundo frente fue abierto para frenar el avance comunista más allá de Berlín.
En “A War To Be Won” (Harvard, 2009) los historiadores Williamson Murray y Allan Millett, le llamaron al brillante uso de circunvalación soviético y lo que designaron como “batalla profunda” – avances extremadamente trascendental detrás de las líneas enemigas – constituyo el despliegue más innovador y devastador del “arte operacional” en la Segunda Guerra Mundial. El Coronel David Glantz, del U.S. War Collage, se sorprendió que más de la mitad de la historia de las operaciones de guerra soviética, que involucran a cientos de miles de soldados del Ejército Rojo simplemente están “desaparecidos de la historia,” sea por descuido o por encubrimiento.
Por eso cuando el mentiroso en jefe, Obama, se paró en Normandía para alabar los “vencedores” estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial – después de prometer otros mil millones de dólares a los aliados europeos por las próximas guerras – los trabajadores del mundo deben saludar a los verdaderos héroes quienes derrotaron a los ejércitos nazis, el comunista Ejército Rojo y la clase trabajadora de la Unión Soviética.
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Los Soviéticos, no Los Aliados, Aplastaron a los Nazis
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- 20 Junio 2014 94 visitas