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Plan de Gobernantes: Convertir Rebeldes en Soldados

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15 Mayo 2015 89 visitas

La policía es un arma esencial para la opresión capitalista, un instrumento cortante para aterrorizar a los trabajadores e impedir la lucha contra el racismo y desigualdad.  Pero la historia de la lucha de clases muestra que las atrocidades policiacas también muestran la vulnerabilidad de los patrones.   Ellos desencadenan la rebelión antirracista.  Nos acercan a la revolución que aplastara este brutal sistema de una vez por todas.  
El último ejemplo de esta contradicción apareció cuando los jóvenes de la clase trabajadora en Baltimore se rebelaron contra la explotación capitalista y el asesinato racista de Freddie Gray.  Tratando de apagar el fuego, Marilyn Mosby, procuradora estatal de Baltimore puso cargos criminales contra seis policías involucrados en el linchamiento. (Tres de ellos son negros.)
Mientras tanto, Hillary Clinton, candidata principal a la presidencia, del partido demócrata, en el 2016, promete reformar la “justicia” en Estados Unidos, especialmente el sistema carcelario que encierra una mayor proporción de hombres negros que Sud África durante la cúspide del apartheid.   
No nos dejemos engañar: Estos cargos y promesas no acabaran con el azote del terror policial.  Todos los políticos sirven a una facción u otra de capitalistas; todos dependen de la policía para imponer la segregación racista que divide a nuestra clase.  Ellos necesitan a la policía para atacar huelguistas y proteger corporaciones que amaga los salarios al pagar a trabajadores negros sueldos súper bajos.  Además, el terror policial y la línea directa escuela - a – prisión, en barrios pobres bajan los salarios aún más.  Estas políticas racistas crean un ejército de jóvenes desempleados desesperados y forzados a trabajar por salarios de pobreza.
Cuando políticos liberales como Mosby y Clinton tratan de mitigar la ira de los trabajadores, reflejan la preocupación del ala dominante del capital financiero sobre las amenazas al orden capitalista.  Mientras la clase dominante de EEUU se prepara para desafiar a sus principales rivales imperialistas, China y Rusia, necesita ganarse la lealtad de la juventud trabajadora, la gente que peleara en las guerras patronales.  La alienación masiva y la ira antirracista condenara al fracaso a los capitalistas estadounidenses, eso estuvo bien claro en Vietnam.
El Partido Laboral Progresista está firmemente aliado a la juventud que se rebeló contra el sistema en Baltimore,  Los Ángeles, Nueva York, Ferguson, Missouri, y en docenas de otras ciudades en EEUU y alrededor del mundo. Hacemos un llamado a trabajadores en todo el mundo a seguir su ejemplo, bajo la bandera del comunismo – el único sistema en donde los asesinatos racistas, el desempleo, sexismo y todos los males del capitalismo no existirán.     
Cargos y Pacificación
La decisión de Mosby de presentar cargos contra los policías que asesinaron a Freddie Gray – en contraste con el paso libre que se le dio a los asesinos en Ferguson – está ligada a la agenda del ala dominante de los capitalistas estadounidenses.  La orden está siendo dirigida por el archí imperialista George Soros, el multimillonario liberal cuya sola misión es asegurar que EEUU esté preparado para liderar la guerra contra Rusia.  Soros financia el Open Society Institute (OSI), el cual busca canalizar la ira anti capitalista hacia la guerra y el sentimiento pro-EEUU en áreas estratégicas alrededor del mundo.  El OSI ha canalizado millones de dólares a posibles puntos anti-capitalistas, desde Ferguson a países del Medio Oriente donde se dio la Primavera Árabe.  Tan solo en Ferguson, la organización gasto $33 millones después del asesinato racista de Mike Brown (Daily Mail, 15/1/15).  En Ucrania, el OSI fervientemente apoya a los fascistas, el liderato apoyado por la CIA en su conflicto con Rusia.   Soros espera influenciar la trayectoria del descontento en Baltimore de similar manera.  
Soros encontró una aliada en Mosby, cuya asistente de fiscal, Portia Woods, ha servido en el OSI-Baltimore Leadership Council desde el 2008.   El 3 de mayo, el New York Times, principal diario de los patrones estadounidenses, publico la reacción de la activista de Baltimore Sonja Sohn a la decisión de Mosby: “El viernes, una oficial de la ciudad parece, finalmente, haber contestado los ruegos desesperados de los residentes pobres de Baltimore.”  Probablemente no es coincidencia que el proyecto de Sohn Baltimore Wake Up, también recibe cheques de OSI.
Pero los problemas con la acusación de Mosby ya han surgido.  Actuo tan de prisa para complacer a sus amos capitalistas que pudo haber minado su oportunidad de condenar a los seis policías asesinos, algo improbable en un sistema de “justicia” amañado.  Han surgido preguntas técnicas sobre si un supuesto cuchillo encontrado en posesión de Freddie Gray era una navaja. (No que el cuchillo tenga nada que ver con su arresto sin causa probable y el ser atacado hasta dejarlo en coma dentro de la perrera policial.) Además, parece que los cargos  hechos por la oficina de Mosby pueden identificar, por error, a un plomero y un manager de cafetería escolar en vez de a dos de los policías (Baltimore Sun, 4/5/15).   
Hillary, Mentirosa
El 29 de abril en un discurso en la Universidad Columbia, Hillary Clinton dijo, “Lo que hemos visto en Baltimore debería, en realidad lo hace, romperte el alma.”  Propuso una completa reforma del sistema criminal de “justicia” – el fin a las encarcelaciones masivas, una revisión de las obligadas sentencias mínimas.  Pero Clinton, también, trabaja por los intereses del imperialismo estadounidense.  El grupo de expertos moldeadores de política que fundo, el Centro Por el Progreso Americano, (CAP, siglas en ingles), es financiado por Soros, Citigroup, y la fundación Rockefeller.  Su Consejo incluye a Madeleine Albright, Secretaria de estado de Bill Clinton, quien dijo alguna vez que las muertes de 500,000 niños iraquíes por las sanciones de EEUU “valían la pena.”
La postura anti-encarcelación de Clinton viene de un reporte de CAP del 23 de marzo, “Extendiendo las Oportunidades en las Áreas Urbanas de América,” que menciona que hasta 100 millones de trabajadores estadounidenses, uno de cada tres, tiene un record criminal.  Como sus patrones capitalistas, Clinton está preocupada que estos millones no quieran pelear por un sistema que les roba su libertad y perspectiva de empleo.  
En su discurso, Clinton hablo de “castigo alternativo” a la cárcel.  Sin embargo, no menciono, que fue su esposo, Bill Clinton, quien instituyo estas políticas que han encarcelado a millones de hombres y mujeres negros y latinos.  O que fue Bill Clinton quien destruyo el welfare, empobreciendo aún más a millones de familias.  Los puntos de discurso de Hillary Clinton son un ardid deshonesto para conseguir apoyo para su contienda presidencial y encausar a los jóvenes trabajadores hacia el ejército.    Está cantando la misma canción que el Huffington Post financiado por Soros.  En una columna del 2014, “Tío Sam



(debería) Te Quiere a Ti: Servicio Nacional contra Encarcelaciones Masivas,” Steven Conn, profesor de la universidad de Ohio State escribió:

Por unos 30 años, entre 1940 y 1973 los hombres americanos fueron reclutados al ejercito…Ese periodo de servicio ayudo a muchos con su transición a la adultez, exactamente en el momento cuando algunos jóvenes terminan en el sistema de justicia hoy.  No estoy sugiriendo que regresemos al servicio militar obligatorio.  Lo que sugiero es que un programa de servicio nacional concebido extensamente podría tener un impacto significativo en el crimen, y en los hombres que probablemente los cometen, al proveerles de una especie de trabajo, estructura, y el objetivo que les falta a muchos de ellos
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De la Rebelión a la Revolución Comunista
Los trabajadores en Baltimore y el mundo deben saber de los intentos de “arreglar” la explotación del capitalismo por parte de los reformistas.  Mientras la sociedad sea dirigida por y para las ganancias, el racismo, sexismo, desempleo y las masacres imperialistas solamente empeoraran.  La única manera de deshacernos de estas plagas es organizándonos bajo el liderato del Partido Laboral Progresista.  El PLP lucha por dirigir a la clase trabajadora para aplastar el sistema en su totalidad.  Nosotros construiremos la única sociedad que valora cada vida – una sociedad comunista.