El sábado 24 de enero, a pesar de la nieve y el hielo resbaladizo de las calles, organizamos un foro titulado “Ferguson: Causas, eventos, y lo que sucede ahora” en el santuario de nuestra iglesia. Diez minutos antes de comenzar el foro parecía que no llegaría nadie, pero pronto llegaron como cien personas que ocuparon los asientos esperando que empezara la actividad.
Primero se dio la bienvenida oficial a la iglesia, después el moderador le pidió a la cantante que comenzara. La cantante entono una canción que nombraba y honraba a las muchas víctimas de los asesinatos cometidos por la policía racista. Se aplaudió mucho las palabras y la belleza de la canción.     
El foro empezó con la presentación de los cinco oradores: Un representante de la Unión Pro Libertades Civiles de Nueva York, un ministro bautista, la madre de una joven que murió bajo custodia policial, y dos jóvenes activistas que fueron a Ferguson a participar en la lucha. Cada uno habló durante 10 minutos, y después la audiencia hizo preguntas.
Ferguson se ha convertido en un símbolo de la lucha militante contra un sistema que es tan desigual como es corrupto y racista. Cada uno de los oradores, a su manera, habló sobre estos temas. A pesar de que hubieron diferencias, ninguno de los oradores estuvo en desacuerdo sobre la naturaleza del sistema – el mayor desacuerdo fue en cómo luchar.
La abogado de la Unión Pro Libertades Civiles habló de manera elocuente sobre este sistema que ni siquiera pretende ayudarnos y que tiene muchas leyes que limitan las luchas a través de las cortes. Estuvo de acuerdo con la acción directa en las calles, que dijo que después podían adjudicarse. Dijo que le gustaría ver la implementación igualitaria de las leyes y mejores leyes. Ella está trabajando con otros grupos para lograr ese objetivo.
El siguiente orador describió su viaje a Ferguson. Empezó con una consigna para que la gente la coreara en la iglesia. “¡Ferguson quiere decir lucha!” “¡Racismo quiere decir lucha!” Después habló de la necesidad de una lucha de clases militante. Dijo que hacían falta más marchas, más protestas, etc. Subrayó que esa era la lección de Ferguson. También habló de las luchas locales para mejorar las condiciones de vida de la gente contra los caseros racistas y otros opresores e insistió que deberían llevarse a cabo a la manera de Ferguson.
Acto seguido habló el ministro. El sentía lo mismo con relación a la terrible opresión racista en Ferguson y en diferentes partes del país, pero dijo que todavía creía en el poder de la oración. Un joven, miembro del Partido Laboral Progresista, que estuvo en Ferguson, donde fue arrestado, habló entonces sobre la necesidad de la revolución comunista para acabar con el racismo a nivel mundial. Dijo que no vamos a poder acabar con todas las injusticias que nos oprimen hasta que acabemos con todos los elementos del sistema. Hay que acabar con el capitalismo, explicó.   
La última oradora fue Anita Neal, a cuya hija asesinó el inhumano sistema racista. Su ira y sus lágrimas conmovieron a la gente.
Las preguntas de la audiencia permitieron que los oradores profundizaran en sus diferencias filosóficas. A pesar de sus diferencias, todos estuvieron de acuerdo que había que luchar y confrontar el mal de frente. Al final del foro la gente se quedo para seguir conversando mutuamente. Unos cuantos se fueron a comer juntos. El evento fue un éxito gracias a la participación comunitaria. Se están haciendo planes para consolidar la participación de la iglesia y la comunidad en la lucha contra la injusticia racista del capitalismo.