NEW YORK CITY, 29 de Junio—¡No podemos permitir acciones racistas! Fue lo que pensé hoy, el día en que la Suprema Corte de EE.UU. permitió que una orden ejecutiva, abiertamente racista, de Donald Trump, tomara efecto. La Suprema Corte aprobó la prohibición de entrada al país a personas de 6 países, mayormente árabes musulmanes. Un paso más del gobierno estadounidense de dividir a la clase trabajadora con nacionalismo y racismo.
Algunos militantes del Partido Laboral Progresista se unieron a la protesta de emergencia organizada por la Coalición de Inmigración de NY. La protesta comenzó en Union Square, cuando unas 600 personas coreaban “¡No Prohibición, No al Muro!” y “¡No al odio, no al miedo, inmigrantes son bienvenidos.” Varios representantes del partido demócrata dieron discursos, poniéndose una máscara antirracista, ya que en realidad su agenda política no tiene mucha diferencia con los republicanos ejerciendo su poder en el Congreso; ellos apoyan las políticas sexistas y racistas de los patrones capitalistas.
Después de los discursos comenzamos la marcha hacia la sede del sindicato 32BJ, donde hubo un foro sobre inmigración. Mientras marchábamos coreábamos consignas en ingles y español. Yo estaba al frente con mi organización. En el local sindical no encontramos cuatro racistas que, frente a la policía, mostraban una pancarta que decía “fuera sirios.”
Ninguno de los “lideres” de la marcha dijo algo o confrontó a los racistas. Como comunista y militante del PLP, me llene de furia y puse mi pancarta antirracista frente a sus caras racistas al tiempo que coreaba las consignas. Todos los manifestantes se unieron a la gritadera de consignas hasta que la policía movió a los fascistas provocadores a la acera opuesta. Los manifestantes aplaudieron y elevaron sus puños y pulgares. Para mi fue conmovedor ver como, a pequeña escala, comunistas del PLP podemos dar liderato. Recuerdo un dicho que aprendí en mi juventud, “cuando nace un comunista, mueren las dificultades.”
Los comunistas debemos tener siempre en mente que somos un partido de masas alrededor del mundo, que estamos listos para hacer la revolución, la toma del poder obrero y la construcción de una sociedad comunista. Mientras tanto, estas pequeñas acciones muestran la diferencia entre el mensaje comunista y el reformista, el cual permite que los racistas escupan su retorica de odio bajo la excusa de “libertad de expresión.”
Al terminar la protesta alguien me dio el megáfono y continué coreando, animadamente, las consignas los manifestantes también coreaban hasta que entramos al foro. NO debemos quedarnos callados frente a los ataques racistas a los trabajadores, tampoco debemos dejarnos engañar por los liderzuelos que atacan a la clase trabajadora cada vez que pueden, debemos continuar luchando por el comunismo.