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Virginia: Los trabajadores cierran Klan

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13 Julio 2017 74 visitas

CHARLOTTESVILLE, VA, 8 de Julio—Mil quinientos anti-racistas confrontaron militantemente al KKK hoy día, callándolos con nuestras consignas y forzándolos que terminaran su mitin racista. El PLP y miembros de la sociedad Progresista Seven Hills de Lynchburg Virginia se juntaron a esta manifestación multirracial de trabajadores y estudiantes. Como siempre, la clase gobernante local usaron su poder estatal para proteger estos racistas, desplegando como 200 policías racistas en equipo antimotines en un atento para parar protestantes antirracistas.
Este ejemplo de poder estatal fue un recordatorio que el racismo es crítico para la vida de el sistema capitalista. El grupo de aproximadamente 50 Klansmen, algunos en su vestimenta tradicional, vinieron a Charlottesville para oponerse al extracción de la estatua de Robert E. Lee, un líder de la Confederación esclavista.
Los policías racistas escoltaron al Klan, que fueron enviados para “proteger a los miembros del Ku Klux Klan de los protestantes contra ellos” (NY Times, el 8 de julio). Rápidamente los callamos con nuestras consignas de nuestra protesta. Los miembros del PLP también gritaron con signas antirracistas, y muchos protestantes tomaron el DESAFIO, prometiendo de continuar la lucha en contra de racismo y el KKK. Después de casi una media hora los miembros del Klan finalmente se escurrieron.
Cuando los antirracistas rechazaron dejar que el Klan sale tranquilamente, y los seguieron con consignas continuadas, la policía antimotines atacaron viciosamente los manifestantes antirracistas con los gases lacrimógenos y 22 arrestos. No es sorpresa que los jefes usaron su policía para atacar a los antirracistas, pero para proteger el KKK.
Del establecimiento de este país el racismo era usado para justificar la esclavitud, el sistema que Robert E. Lee luchó a defender. Varias leyes locales, estatales, y federales pasadas durante los siglos eran necesarias para atrincherar las divisiones adentro de la clase obrera y debilitar nuestra capacidad a luchar contra nuestra explotación.
El terror estatal más vicioso era tomado por la policía en contra de la gente trabajadora que insistió en luchar juntos contra la explotación (ve al libro “The Road Not Taken” de Lerone Bennett sobre el Linchamiento tal como la película “Free State of Jones” sobre la época de Reconstrucción después de la Guerra Civil de los Estados Unidos).
La policía racista enviada contra de nosotros en el 8 de julio funcionó en esta tradición capitalista cuando nos atacaron. Como va la consigna de PLP: “la policía, las cortes, el KKK: todos son parte del plan de los patrones.” De hecho, el alcalde de Charlottesville, Mike Signer, les pidió a los residentes a mantenerse afuera del mitin, como si la no violenta derrotó a la Confederación. Trató de alentar a los obreros a asistir a los eventos alternativos orquestados por los engaños de NAACP. Cuando el KKK o los Nazis se presentan, los engaños liberales y las iglesias hacen sus mejores esfuerzos para prevenir la lucha de los obreros.
Las súplicas de Signer para ignorar el racismo vulgar claramente no pararon estos 1500 combatientes que llegaron valientemente. Una manifestante anti-KKK dijo que quiso venir “porque creo que si no hablas, nada se logra” (npr.org, el 9 de julio).
Cuando el Klan es confrontado por el retroceso multirracial, están aterrorizados. El PLP tiene una larga historia de confrontarlos en la calle y golpeándolos. Cuando la clase obrera rechaza la pasividad y organiza el retroceso multirracial contra los racistas vulgares como estos, y el racismo de este sistema, formamos hábitos que necesitaremos para derrotar los capitalistas para siempre. La militancia de estos mil quinientos antirracistas muestra la potencial de la clase obrera para ganar.
A cambiar la lucha contra el racismo, el sexismo, y el nacionalismo en una lucha internacional para una sociedad dirigida por la clase obrera – el comunismo – es la única manera para aplastar los horrores de este sistema de una vez por todas.