CUIDAD DE NUEVA YORK, 22 de noviembre—Siguiendo los ataques de las torres gemelas en el 11 de septiembre del 2011, obreros musulmanes de todo el país fueron objetivos de violencia racista. Miles de ellos fueron rodeados, encarcelados y torturados por el gobierno. En respuesta, una iglesia local comenzó una tradición anual de tener una “cena por los hijos de Abraham” en cual Musulmanes, Cristianos, Judíos, ateos, y otros comparten una cena y se comprometen a unirse atreves de líneas religiosas. Cada año, la cena parece crecer y nosotros nos saludamos como viejo amigos. Mientras que las personas entraban al pasillo en este año, ellos fueron bienvenidos, así como son cada año, con el dátil medjool, queso, galletas y humus en cada mesa. La cena fue hálal en honor de nuestros hermanos y hermanas musulmanes.
Violencia racista en Yemen
Unos de las interlocutoras es un miembro del comunista Partido Laboral Progresista quien trabaja en una organización de derechos para inmigrantes. Ella describió la situación racista en Yemen, adonde Arabia Saudita y sus aliados han conducido redadas de bombas a diario y han impuesto un bloqueado de portes que impide que llegue comida y medicina hacia las personas quienes necesitan las dos desesperadamente. Diez de miles de la clase obrera han muerto, millones se enfrentan con hambruna, y más de 900,000 sufren de cholera.
Y nada de esto estuviera pasando si no fuero por los billones de dólares de armamento vendido por el gobierno Estadounidense hacia Arabia Saudita. Las dos administraciones de Obama y Trump son responsable por este catástrofe contra los obreros. La conferencista dijo que sus amigos de Yemen le han dicho a ella sobre las condiciones desesperante en su país. El salón estuvo en silencio. Después, dinero fue colectado para ayudar en Yemen y planes tentativos hechos para tener una protesta en el consulado Saudita.
Unidad de clase obrera
La tarde comenzó con bendiciones, un jeque de la mezquita local y el otro del ministerio de iglesia. Cena fue servida y personas trabajadoras de diferentes creencias se sentaron, comieron, y hablaron juntos. Después de la cena un cantante popular de folk nos entretuvo con dos canciones maravillosas de unidad y de querer. Después algunas personas hablaron sobre diferente aspectos de la lucha por la unidad en América quien tiene un liderazgo político que empuja división y sospecha.
Un orador de una iglesia hermana en California hablo sobre sus esfuerzos para ofrecer santuario a inmigrantes indocumentados. Un líder de una mezquita local hablo de como estas cenas le ha dado a su comunidad el valor a comenzar a invitar a personas de otras tradiciones de fe a un Iftar anual en la mezquita. Una Iftar es la cena de tarde cuando se rompe la ayuna del mes de Ramadán. Muchas personas de sinagogas y iglesias han atendido este Iftar, incluyendo varios de nuestra membrecía de la iglesia. Otro hablante hablo sobre sus alegría de tener a sus nieto presente en la cena, y como él le enseño la importancia de dar liderazgo y continuar en la lucha por la unidad.
Los discursos fueron un mixto de religión y política. Los dos enfocaron la necesidad de solidaridad en un mundo adonde personas frecuentemente se sienten solos y inútiles en tratando con los muchos problemas de carga que el capitalismo nos da. Y no estamos solos. Además sobre la mujer que hablo sobre Yemen, otro interlocutor hablo sobre como todo el medio oriente se ha sido convertido patas arriba—con guerras civiles, bombardeos aéreo, sin hogares, hambruna y enfermedades—porque a los maestros de riquezas solamente les importa el control de provisiones petroleras, y no les puede importar nada de las personas que viven allí.
Nuestra cena esta tarde demostró los contrario: solidaridad entre personas y organizando por un mundo mejor. Nosotros distribuimos DESAFIO a varias personas que atendieron la cena y nosotros ayudamos a organizar eventos de la iglesia contra el racismo, encarcelamiento masivo y ataques contra inmigrantes.