Roma– ¡“Los italianos primero – Inmigrantes, regresen a sus países! El movimiento racista que vemos alrededor del mundo – de Myanmar a Hungría a los Estados Unidos – surge en Italia. Al mismo tiempo los trabajadores están luchando contra el racismo.
Matteo Salvini, el líder de La Lega, el partido político más abiertamente anti-inmigrante, rehúsa en dejar que barcos, cargados de refugiados africanos rescatados en el mar, llegue a la costa de Italia. Solo en los dos meses anteriores, 850 han muerto en el mediterráneo intentando llegar a Europa. La necesidad por el internacionalismo proletario es urgente.
60% de italianos eligieron la Lega y el Movimiento 5 Estrellas, fundado por el comediante Beppe Grillo y dirigido por Luigi di Maio. Aunque unas debilidades se están apareciendo en esta coalición, el Movimiento 5 Estrellas pretende alejarse del flagrante racismo de la Lega – juntos, los dos partidos controlan el gobierno, llamado “populista”.
Desde que la ciudadanía en Italia está determinada de nacimiento italiano y no de solamente vivir allí, los populistas quieren que los beneficios sean limitados solamente para los italianos nativos. Esta línea política es flagrantemente anti-inmigrante y racista. Pero el sugerido 15% de tarifa fija solamente beneficia a los ricos, mientras reduciendo considerablemente los ingresos fiscales para la educación y cuidado médico para la clase trabajadora.
Los Gobernantes Culpan a los Inmigrantes
La Coalición La Lega-5 Estrellas es una estrategia de la clase gobernante para controlar a la clase trabajadora cada vez más alienada, culpando a los inmigrantes como el origen de sus problemas. Las pensiones de los trabajadores italianos han sido cortadas a lo máximo de su expresión. La inmigración sirve al capitalismo, primeramente como labor súper-explotado y en segundo lugar como objetivos para el racismo que divide la clase trabajadora. El director del Seguro Social Italiano ha dicho que el sistema daría lugar de un colapso sin los impuestos pagados por los trabajadores inmigrantes, la mayoría sin recibir una pensión.
Así, los trabajadores inmigrantes, muchos de África subsahariana, laboran en los campos hacia el sur de Italia por 3 euros (casi $4) por hora bajo condiciones de esclavitud, o como precariedad laboral en las fábricas del norte. Un organizador Maliense de trabajadores de agricultura, Soumailo Sacko de 29 años de edad, fue asesinado a principios de este verano, provocando una huelga y grandes protestas encabezados por los sindicatos alrededor del país (Local It, 6/4). Él había vivido en una ciudad de campamento de San Fernando en Reggio Calabria, un campamento de cientos de trabajadores migrantes quienes levantan la cosecha por salarios mínimos y duermen sin electricidad o sin tener uso de agua corriente.
El ataque patronal sobre los trabajadores demuestra la inestabilidad del capitalismo global. Los superiores poseedores de capitales europeas quieren que la Unión Europea (EU) sobreviva. Por 6 décadas, la EU ha permitido que el capital, mercancías, servicios y la labor fluyan atreves de las fronteras. Esto creó un bloque económico uniendo los intereses de los capitalistas en diferentes naciones europeas. Aun estos banqueros e industrialistas también benefician del movimiento divisora nacionalista, permitiendo que mantengan los sueldos bajos y en recortar gastos públicos. Los capitalistas europeos necesitan la EU al mismo tiempo que necesitan los movimientos nacionalistas opuestos al EU. Como señaló Marx en Das Kapital hace 150 años, el capitalismo cree contradicciones que no puede resolver.
¿El Fascismo o el Comunismo?
¿Cómo responderá la clase trabajadora italiana a esta situación? La historia no aporta ningunas directrices claras. Benito Mussolini fue el primero para iniciar el fascismo en los 1920’s – 1930’s. Pero el movimiento anti-fascista estuvo fuerte a lo largo de la Segunda Guerra Mundial; en los últimos años de los 1940’s, Italia tenía el más grande y más militante partido comunista del continente.
A día de hoy, las canciones comunistas como “Bella Ciao”, “Bandera Rosa”, y la “internacional” se cantan en protestas contra tendencias derechistas imperantes. Pero el antiguo movimiento comunista, dirigido por el PCI (Partita Comunista Italiana) se estranguló por su compromiso de trabajar dentro la política electoral. El intento de resucitarse en el PD social-democrático ha sido un fracaso.
La crisis capitalista es global, pero trabajadores muchas veces piensan nacionalmente – lo cual significa que sus respuestas puedan ser desviadas en la dirección del “populismo” racista y xenófobo. Solo el internacionalismo revolucionario proletario puede satisfacer las necesidades de los trabajadores de Italia – y por todo el mundo. Hay una necesidad apremiante por el PLP, en Italia y en todos lugares, para organizar la lucha de clase y dirigir la transformación comunista de la sociedad.
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El racismo aumenta y los trabajadores luchan contra el mal
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- 05 Septiembre 2018 93 visitas