TEXAS, 8 de septiembre—La semana pasada, trabajadores y estudiantes antirracistas analizaron la crisis internacional de refugiados, y explicaron que la rivalidad imperialista entre las principales potencias capitalistas está causando caos y que solo la unidad multirracial puede ponerle fin. Convirtieron ese análisis en un volante y comenzaron a repartirlo en las estaciones de autobuses de una importante ciudad del sudoeste. Cientos de conductores bajaron sus ventanas para tomarlo. Mucha gente tomó copias adicionales para sus amigos. Dos conductores de autobús invitaron a una persona que distribuía el volante a bordo para que se los entregara a los pasajeros. Un conductor permaneció en una parada hasta que todos recibieron una copia.
El volante explicó que la lucha de los gobernantes de Estados Unidos por las menguantes ganancias contra los patrones europeos, rusos y chinos usa el racismo como su filo. El caos provocado por Estados Unidos del Oriente Medio hasta Guatemala y Venezuela está desestabilizando y destruyendo millones de vidas de la clase trabajadora. Las principales naciones capitalistas están colocando el costo de su crisis económica y rivalidades sobre las espaldas de los trabajadores de los países más pequeños mediante ataques con drones, asesinatos masivos utilizando bombas proporcionadas por los EE. UU., hambruna masiva causada por “sanciones”, privándolas de suministros médicos, educación y más. Muchos trabajadores negros, latinos y blancos que leyeron el análisis vieron su propia explotación reflejada en el infierno por el que atraviesan los refugiados. El racismo es una herramienta mundial y la base del capitalismo.
También explicamos detalladamente a Venezuela y Yemen: 15,000 víctimas y un millón de casos de cólera en Yemen; decenas de miles de personas huyen de Venezuela todos los días debido a la escasez de alimentos causada por las sanciones de los EE. UU. El futuro del mundo bajo el capitalismo es más desplazamiento de trabajadores y racismo vicioso para justificarlo. La basura racista es lo mismo dentro de los Estados Unidos. Los ricos tratan de hacer creer a los pobres que los inmigrantes latinos y los trabajadores negros están causando todos los problemas, en vez de culpar a los patrones que solo sobreviven enfrentando a los trabajadores entre sí para que todos puedan pagar abajo.
La solución no es votar por un mal menor o confiar en ningún político. En cambio, los trabajadores deben unirse como clase a través de todas las fronteras. Las fronteras solo benefician a la clase dominante y deben ser abolidas. Todos debemos librar esta lucha en nuestros trabajos, en nuestros vecindarios y escuelas. Como trabajadores, tenemos el poder de cerrar la máquina de ganancias de los patrones. Solo a través de nuestro trabajo obtienen ganancias. Eso significa que tenemos el poder, pero solo si nos organizamos y luchamos organizando y creando una revolución comunista.