Los patrones están promoviendo a los políticos socialistas como Bernie Sanders y Ocasio-Cortez como respuesta a la profundización de la crisis del capitalismo. En varias ediciones, Desafío va a estar analizando la forma como, históricamente, los líderes del socialismo reformista como Sanders y Ocasio-Cortez, han traicionado a la clase trabajadora por medio del nacionalismo y el anti-comunismo para ayudar a que los patrones avancen al fascismo y la guerra.
Previamente detallamos como la actual camada de socialistas reformistas están promoviendo el nacionalismo y sentando las bases para el fascismo liberal y como el Green New Deal [El Nuevo Pacto Verde] es el plano para la forja del militarismo y para preparar a la clase trabajadora a que acepte los planes patronales de guerra. En esta edición nos vamos a enfocar en la historia de las dos tendencias en los inicios del movimiento socialista: el socialismo revolucionario y el socialismo reformista.
Se puede trazar una línea que conecte los inicios del socialismo revolucionario a los comunistas que lideraron las revoluciones en Rusia y China y a nuestro partido, el PLP, hoy en día. Por otro lado, el socialismo reformista ha sido un lastre histórico que ha tratado de frenar a la clase trabajadora desde los inicios del movimiento socialista hasta los actuales defensores del capitalismo como Sanders y Ocasio-Cortez que tratan de salvar al sistema patronal a costa de la clase trabajadora.
Por el tiempo que Marx escribía el manifiesto comunista en 1848 ya existían estas dos tendencias en el socialismo. Marx vio que el liderazgo de los socialistas reformistas estaba compuesto por fuerzas temerosas de que la clase trabajara tomase el poder y promovían las reformas para evitar que la clase trabajadora se rebelase:
“El socialista burgués quiere todas las ventajas de las condiciones sociales modernas sin las luchas y el peligro que necesariamente resultan de estas. Desea el actual estado de la sociedad, sin sus elementos revolucionarios y en desintegración. Quisieran… que el proletariado permaneciese dentro de los límites de la sociedad actual, pero que se despoje de todas sus repulsivas ideas sobre la burguesía”. (El Manifiesto Comunista)
El socialismo revolucionario vio las horribles condiciones de la clase trabajadora bajo el capitalismo, y comprendió que sólo una sociedad dirigida por la clase trabajadora podría crear un sistema que sirviese los intereses de la gran mayoría.
Marx, los Bolcheviques y los Comunistas Chinos elaboraron en teoría y práctica el socialismo revolucionario para que una sociedad basada en la toma del poder de los trabajadores a través de la revolución fuese un paso hacia el comunismo. El socialismo revolucionario les arrebató las fuerzas de producción a los capitalistas y desató el poder de la clase trabajadora para que dirigiese la construcción de una sociedad basada en la producción que respondiese a la necesidad y no al afán de lucro. Tanto en Rusia como en China las condiciones de la clase trabajadora mejoraron inmensamente y millones de trabajadores tuvieron la oportunidad de desempeñar un papel en la dirección de la sociedad.
Sin embargo, estos primeros comunistas se equivocaron en creer que el socialismo conduciría finalmente al comunismo. El PLP se formó en 1965 en respuesta al retorno de la Unión Soviética al capitalismo y el abandono de la lucha por la revolución obrera del Partido Comunista de EEUU.
Inicialmente nuestro partido luchó por una sociedad socialista bajo el liderazgo de la clase trabajadora como parte del proceso hacia una sociedad comunista. Basándonos en nuestra práctica y viendo como Rusia y China regresaban al capitalismo, llegamos a entender que el socialismo, inclusive bajo el liderazgo de la clase trabajadora y de un partido comunista, mantuvo vivo mucho del capitalismo en forma de salarios y de las divisiones dentro de la clase trabajadora. Estas divisiones finalmente llevaron a la sociedad de regreso al capitalismo.
Hoy PLP lucha por la revolución comunista y por la forja inmediata de una sociedad comunista liderada por la clase trabajadora internacional, con la distribución de bienes basados en las necesidades en vez de salarios. Esta nueva forma de avance, detallado inicialmente en nuestro documento Camino a la Revolución IV, es el legado de millones de trabajadores que lucharon por el poder obrero y por acabar con el capitalismo.
En los EEU, en sus inicios, el movimiento socialista también reflejó tanto al socialismo revolucionario como el reformista. El Partido Socialista de EEUU fue la más grande organización socialista del país. Incluía tanto a reformistas como a los que luchaban por la revolución obrera y una sociedad igualitaria. Bajo el liderazgo de su fundador, Eugene V. Debs, los reformistas capitalistas fueron su fuerza dominante.
Debs alcanzó estatura nacional, como Presidente del Sindicato de Ferrocarriles de América (ARU) traicionando a los trabajadores durante la huelga de los ferrocarriles de 1894.
La huelga detuvo los ferrocarriles. Debs estaba aterrado por la ira de los trabajadores contra la patronal de los ferrocarriles. Pidió que los sindicatos locales detuvieran su militancia. Sus esfuerzos por contener a los trabajadores fracasó y el Presidente de los EEUU, Grover Cleveland, con el apoyo de Debs, envió tropas federales para que suprimieran la huelga. (Enciclopedia Británica)
En 1901 Debs fundó el Partido Socialista de América (PSA). El PSA participó en las elecciones para conseguir reformas del capitalismo. Debs postuló a la presidencia en 1904 y obtuvo 6% de los votos. Inclusive cuando alegaba luchar por los intereses de la clase trabajadora, el PSA quería mantener una relación pacifica con los capitalistas. El PSA tenía tanto miedo de perturbar el capitalismo que permitió de manera prominente muchas ideas evidentemente anti-obreras en la organización. Mientras que Marx luchó por la unidad de los trabajadores negros y blancos como una necesidad para derrotar al capitalismo, el PSA notablemente apoyó el racismo oficial.
“Las filiales socialistas en cualquier parte del sur respetaban “Jim Crow” [la segregación] y la gran mayoría aceptaba sólo blancos”. (Revista Viewpoint 3/29/16).
La estrategia del PSA para reformar el capitalismo fue pronto abrumada por el alza de la lucha de clases. “Comenzando en 1910, los universos económicos y políticos parecen quebrarse, ofreciéndoles amplias oportunidades a los socialistas. Entre 1909 y 1913, huelgas masivas y a veces violentas irrumpían en el mundo occidental… En Nueva York, Filadelfia, Baltimore, y Chicago, entre otros centros… los trabajadores abandonaban sus trabajos demandando mejores salarios, mejores condiciones y el reconocimiento de su sindicato… Simultáneamente, la organización laboral más radical que alguna vez ha surgido en los EEUU, los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW), salía de la oscuridad relativa para liderar dos huelgas generales en la industria textil”. (Revista Vievpoint 3/29/16).
Las huelgas fueron “parte del levantamiento laboral mundial… Alemania, Francia, e Inglaterra tuvieron que recurrir a la intervención militar para sofocar el conflicto de clase… El choque entre la doctrina revolucionaria y la práctica reformista emerge claramente en 1912 y 1913 cuando el PSA se divide internamente debido al tema de la confrontación y la violencia. En 1913 la mayoría del partido expulsó al miembro de la IWW, William D. Haywood, del comité ejecutivo nacional del partido. [La expulsión de] Haywood demostró que a pesar de su retorica revolucionaria, la mayoría del PSA, en la práctica seguían [el reformismo]”. (Revista Viewpoint 3/29/16).
Poco después de la expulsión de Haywood, la Revolución Rusa de 1917 creó la oportunidad para que las secciones revolucionarias de la clase trabajadora formaran un movimiento comunista internacional que luchase por el poder obrero mundialmente. En los EEUU, los trabajadores con una perspectiva revolucionaria abandonaron el PSA y poco después formaron el Partido Comunista, que durante los siguientes 35 años fue la fuerza guía que organizó en pro de la revolución obrera. William Haywood fue a la Unión Soviética para convertirse en líder del movimiento comunista internacional. El PSA se convirtió en la sombra de lo que había sido, y finalmente perdió la mayor parte de su base reformista que se adhirió al Partido Demócrata y abandonó completamente cualquier pretensión de luchar por el poder obrero.
La clase trabajadora es el futuro de la sociedad. Cualquier movimiento que dependa de los patrones y no de los trabajadores para dirigir la sociedad inevitablemente termina apoyando al capitalismo en tiempo de crisis y cuando la clase trabajadora tuviese la oportunidad de avanzar la lucha por el poder. Los capitalistas van a usar a los socialistas burgueses para crear movimientos que mantengan a la clase dominante en el poder. Sólo la revolución comunista por el poder obrero va a conducir a una sociedad liderada por y para la clase trabajadora.
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Historia de socialismo y su paso lejos del poder obrero
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- 05 Abril 2019 95 visitas