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Obreros de transito y pasajeros, se unen!

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21 Abril 2019 84 visitas

La Autoridad de Tránsito Metropolitano (MTA) controla los trenes subterráneos de la ciudad de Nueva York. Hace más de un año, propuso un cierre completo de 15 meses de la línea de metro del tren L para completar las reparaciones tan necesarias. Apenas cuatro meses antes de que comenzaran las reparaciones, el Gobernador de Nueva York, Cuomo, jugó el papel de héroe y anunció un nuevo plan para no “incomodar” al público en general. Eso es una gran mentira, típica de todos los políticos. El sistema de tránsito fue construido para que los trabajadores trabajen. Los trenes funcionan para la “conveniencia” de los patrones, no de los trabajadores.
En realidad, la MTA abusa de dos grupos de trabajadores, el público que monta y los trabajadores de tránsito, miembros del Sindicato de Trabajadores de Tránsito (TWU). Ambos grupos de trabajadores deben unirse para luchar contra los capitalistas que ven a la MTA como su herramienta y no como un servicio para los trabajadores.
El cerrar el tren L es un buen ejemplo que muestra el verdadero propósito de los jefes de tránsito. La propuesta inicial de MTA de un cierre de 15 meses habría costado a las empresas mucho dinero, por lo que el Gobernador Cuomo envió a su propio conjunto de ingenieros expertos para declararlo como un mal plan (Ny.curbed.com, 1/3). El nuevo plan es cerrar la línea L durante las horas pico del fin de semana, para que no afecte la línea de fondo de los jefes. El gobernador no se preocupa por el riesgo para la salud del público que monta que el polvo dejará el trabajo del fin de semana (Nypost.com, 3/11). ¿Qué es un poco de polvo de sílice en nombre del capitalismo? Al parecer no es nada para los jefes.
¿Qué pasa con los trabajadores de TWU que trabajan en estas estaciones de trenes L? Se enfrentarán a la exposición al polvo de sílice al igual que el trabajador que se dirige al trabajo. Mientras tanto, el TWU no ha hecho una protesta pública sobre estas condiciones de trabajo. Es un año de contrato. El sindicato declara a los miembros de rango y archivo que los pasajeros no son sus amigos. El sindicato se asegura de que los trabajadores estén divididos. Los medios de comunicación controlados por el capitalismo se aseguran de que los viajeros odien a los miembros de TWU que se aseguran de que estos viajeros trabajen. Los medios de comunicación hacen que parezca que las demoras de trenes y autobuses son producto de trabajadores perezosos y no de mala gestión. La misma mala gestión que permitiría a los trabajadores, tanto a los usuarios como a los proveedores de servicios, vivir con polvo de sílice. Y ni los medios ni los políticos culpan a los empresarios multimillonarios y a su sistema capitalista.
¿Qué se puede hacer? Lo mismo que siempre hay que hacer. Los trabajadores tienen que defenderse. Esto podría ser una victoria épica si los pilotos y los trabajadores del transporte lucharan juntos. Los jefes nos mantienen divididos, pero si luchamos unidos podríamos ganar. Una victoria contra la sílice sería genial. Sin embargo, ¿cuántas batallas más tendríamos que pelear? Luchar por estas batallas pequeñas es importante, pero la solución definitiva es una revolución comunista, donde los trabajadores manejan todo. Solo entonces trabajaremos y conduciremos en condiciones seguras.