En agosto, cuando comenzó la reunión del Grupo de los 7 (G-7) en Francia, la patética Canciller alemana Angela Markel pidió renovar los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático y frenar los incendios forestales en la Amazonia. Apoyando al presidente francés Emmanuel Macron, declaro: “nuestro hogar esta en llamas, y nosotros no debemos callarlo”(Wall Street Journal 24/8).
Pero, así como la sed de ganancias de los despiadados capitalistas pone en peligro al ambiente, el ala liberal de los capitalistas financieros tampoco pueden apagar las llamas en su propia casa. El G-7 se quema por las profundas divisiones y la intensificación de la rivalidad inter-imperialista entre EE.UU. y China, con la Unión Europea en medio. Para los patrones capitalistas, el calentamiento global es un descarado punto de conversación. A pesar de las falsas suplicas para salvar la Amazonia por parte de Macron, Francia sigue siendo el segundo principal consumidor de energía de la Unión Europea, después de Alemania. El año pasado, Macron llego a San Petersburgo para hablar de economía con el presidente ruso Vladimir Putin, Total, el gigante energético francés compro un proyecto de gas en el ártico ruso. Esta compañía de gas y petróleo ha estado saqueando el planeta desde la Primera Guerra Mundial, (U.S. Energy Information Administration).
Es la casa del capitalismo la que esta en llamas. Desde Europa a Suramérica, desde Asia a África, el sistema de ganancias esta en crisis. No le puede dar a los trabajadores una vida decente. Han creado la desigualdad racista y sexista apoyado en el ascendente fascismo. La clase trabajadora internacional, dirigida por el Partido Laboral Progresista, tiene que quemar esta podrida casa con una revolución comunista.
Aislamiento y Caos
El G-7 es un grupo de países capitalistas – EE.UU., Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido – creado en 1975 para contrarrestar el embargo petrolero a la OPEC. En su auge, durante los últimos años de la guerra fría, el G-7 utilizo el poder económico de sus miembros como apalancamiento contra la ya capitalista Unión Soviética. El grupo es dirigido por el capital financiero, el ala principal del capitalismo en el mundo.
Sin embargo, durante las ultimas tres décadas, el producto interno bruto (PIB) colectivo ha bajado, de casi el 70% a menos del 50% de la economía global. (Council of Foreign Relations, 20/8). En la reunión del G-7, Con mas de $25 billones de dólares estadounidenses y siendo “La tercera economía mas grande del mundo en poder adquisitivo” (Asia Times, 2/9), China es, entre los del G-7, de lo que nadie quiere hablar.
Bajo el presidente Donald Trump, quien es la fachada del grupo patronal estadounidense inclinado hacia lo domestico, EE.UU. ha menoscabado al G-7 al salirse del Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, al atacar el excedente comercial de Alemania, y tratar de reestablecer la membresía de Rusia a pesar de su anexión de Crimea
Mientras tanto, Gran Bretaña esta en caos. El primer ministro Boris Johnson, igual que Trump, a expuesto la profunda división dentro de la clase dominante del país. En 2016, Gran Bretaña voto, con escaso margen, a favor de salirse de la Unión Europea. Desde Entonces el ala principal de la clase dominante británica ha luchado para retrasar o revertir el voto tratando que no se note que la “democracia” británica es una farsa. A escasos dos meses de tomar el poder, Johnson ha perdido su mayoría en el Parlamento. Un consejero del Partido Conservador dijo que la situación era “una completa fracturación del sistema político británico, y que un gobierno británico tiene las bases para frenar” (New York Times, 4/9).
China Emerge
Pero esas no son todas las divisiones. La diplomacia de chequera china ha abierto fisuras dentro de la Unión Europea. Después de recibir masivas inversiones chinas, Grecia y Hungría desafiaron a los patrones estadounidenses y diluyeron el pronunciamiento de la UE sobre la agresión china en el Mar del Sur de China. Como dijo un político de la UE, “Hemos llegado a una situación en donde China, básicamente, tiene el poder de vetar dentro de los cuerpos de decisión de la UE”.
Además, Italia, miembro del G-7, apoyo el Cinturón de Seda, un gigante proyecto de infraestructura global chino. Pero mas inquietante es que, Alemania, la economía mas grande en la UE, ahora tiene mas comercio con China que con EE.UU. Si China continúa creciendo a costa de los patrones estadounidenses, la amenaza de un conflicto militar global esta en el horizonte. La posibilidad de una tercera guerra mundial, junto con las rebeliones de la clase trabajadora, como las protestas en Francia de los chalecos amarillos, han presionado a los gobernantes franceses y alemanes a dirigir su agenda del G-7, con una discusión sobre la desigualdad. (Trump lo rechazo como un tema “hueco”.)
El Concejo en Relaciones Exteriores (CFR) del ala principal ataco a Trump por adoptar la posición unilateral de Fortaleza América de los patrones domésticos, incluyendo la fundación Heritage financiada por Koch. Los principales capitalistas saben que no podrán detener el ascenso chino sin las alianzas multilaterales del viejo orden mundial liberal, mucho menos derrotar a China en la próxima guerra.
El ala principal contraataca
La división dentro de la clase dominante estadounidense es un gran obstáculo para que el ala principal pueda imponer la economía de guerra basada en el “sacrificio compartido”- es decir, imponer el fascismo disciplinando a su propia clase y atacando la salud y salario de los trabajadores. Si la clase trabajadora no acepta ser participe del patriotismo imperialista fascista unido, los capitalistas financieros están hundidos. Con razón Foreign Affairs, vocero del CFR esta explícitamente llamado a los demócratas “neo progresistas” a “hacer que la política equiparable a financiamiento de guerra sea parte de su agenda” (5/10/18).
Aun cuando Trump y Johnson representan amenazas a corto plazo para los patrones liberales, el capital financiero aun tiene la delantera. En Gran Bretaña el parlamento bloqueo el acuerdo caótico de salida “sin acuerdo” de la Unión Europea, de Johnson. En Italia, sacaron al fascista Matteo Salvini y su partido racista anti-inmigrante de la coalición gobernante y, temporalmente por lo menos, esta a un lado. En EE.UU. mas de una docena de representantes republicanos se están retirando en vez de correr con Trump en 2020. Por ahora, parece que los grandes fascistas del ala principal podrán dominar a los pequeños fascistas internos y después irán contra la clase trabajadora.
Los trabajadores no tenemos vela en este entierro
Históricamente, los patrones liberales, utilizando movimientos de justicia social y económica, han podido convencer a los trabajadores a apoyar el fascismo y la guerra imperialista. Como siempre, estos falsos “progresistas” – es decir reformistas capitalistas como Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortez – son el principal peligro para nuestra clase. El PLP debe seguir siendo un partido de lucha. Debemos organizar dentro de las organizaciones de masas de los liberales – en los trabajos y escuelas – y también en el ejercito. Debemos plantar la semilla que convertirá la guerra imperialista en una guerra de clases, y ultimadamente en una revolución comunista mundial, para aplastar el sistema de ganancias de una vez por todas.