CHICAGO, 13 de Abril—La lucha antirracista se agudiza en toda la ciudad a raíz del asesinato racista de un joven de 13 años, Adam Toledo, a manos del Departamento de Policías de Chicago (CPD). El Partido Laboral Progresista (PLP) propone la revolución comunista como solución al terror racista del estado, terror que es esencial para el capitalismo (ver recuadro).
Adam era estudiante y residente de Little Village, un vecindario mayormente Latino, en la zona Oeste. El 29 de Marzo, en respuesta a una supuesta balacera, los perros racistas del CPD persiguieron a Adam y a otro joven por un callejón cerca de la escuela, donde acorralaron a Adam, a quien asesinaron de un balazo en el pecho.
Sólo fue hasta que la morgue llamó a Elizabeth Toledo, dos días más tarde, para que identificara el cuerpo, que ella se enteró del asesinato de su hijo. Como un recordatorio perverso de cómo escondieron las imágenes que tomó la consola del auto, durante el asesinato racista de LaQuan McDoland en el 2014, la CPD y los patrones del municipio, encabezados por la Alcalde Lori Lighfoot, se han negado a mostrar lo que grabó la cámara que llevaba el policía asesino. Saben que la cólera de la clase trabajadora es una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento.
El PLP hace un llamado a nuestras hermanas y hermanos de clase trabajadora para que sigan rebelándose contra este sistema capitalista racista que asesinó a Adam como asesina a un sinnúmero de otros jóvenes y trabajadores diariamente. Invitamos a los trabajadores de todo el mundo a que tomen el siguiente paso: únanse a nuestro partido internacional para aplastar al capitalismo y sus interminables miserias, desigualdades, y guerras.
Salgamos a protestar por Adam
Unos días después del asesinato de Adam, el 5 de Abril, casi doscientos manifestantes, en su mayoría jóvenes, se congregaron en una vigilia comunitaria en Little Village, en su honor. Varios trabajadores y amigos de Adam tomaron la palabra, expresando su rabia por el asesinato racista de un niño a manos de los fascistas de azul.
Un miembro del PLP aprovechó para compartir la política comunista, hablando a través de un megáfono sobre el rol de la policía bajo el capitalismo como asesinos y terroristas. Repartimos todos los DESAFIOS que teníamos y doscientos volantes bilingües, que explicaban que sólo la revolución comunista va a librar a la sociedad de los policías racistas y asesinos, y nos permitirá construir un mundo donde los jóvenes y todos los trabajadores florecerán, y podremos alcanzar todo nuestro potencial.
Muchos estuvieron de acuerdo que nadie esta a salvo bajo esta dictadura capitalista sanguinaria. Como lo ha demostrado la historia, no podemos depender de las cortes para que se haga justicia. Mientras exista el capitalismo, la policía siempre va a ser herramienta de control social y represión, especialmente contra los trabajadores negros y Latinos.
Un par de “grupos comunitarios” financiados por la policía trataron de tomar el liderazgo de esta lucha. A estos grupos sin fines de lucro los usan para tratar de apaciguar la cólera de los trabajadores, y desviarlos a movimientos sin salida, como lo es la política electorera. El rol del partido es denunciar a estos falsos líderes y forjar la unidad entre los trabajadores de base contra nuestro enemigo de clase común y sus agentes.
Un joven trabajador Latino, que denunció a las organizaciones sin fines de lucro, se acercó a una miembro del PLP y le dijo que ella había sido su maestra en un programa después de clases. Esto nos muestra lo importante que son nuestras relaciones, y que todo lo que hacemos cuenta. Vamos a tratar de mantenernos en contacto con el.
Después de la vigilia más bien pacifista, los miembros de la comunidad decidieron jugársela con una marcha mas aguerrida en el vecindario. Los vecinos marcharon con el puño en alto mientras coreábamos consignas militantes, como “¡Policía, KKK! ¡¿Cuántos chicos mataron hoy?!”  La perra policía que trató de acorralar la marcha tuvo que retirarse ante nuestras amenazas y consignas. Terminamos cerrando una bocacalle muy concurrida donde jóvenes trabajadores negros y Latinos dieron discursos antirracistas y atacaron abiertamente tanto a los falsos lideres liberales como Lightfoot, así como a la policía y al estado capitalista.
Nacionalismo, políticas de identidad estancan Caravana
Unos días más tarde, el 9 de Abril, una docena de jóvenes trabajadores y estudiantes se congregaron en North Lawndale, otro vecindario al Oeste, mayormente negro. Es el mismo vecindario en el que los trabajadores se rebelaron después que la CPD asesinó al joven negro de 15 años, Steven Rosenthal, en el 2018. Después de un animado mitin en el que los miembros del PLP y otros trabajadores condenaron este sistema racista, salimos en una caravana de autos por este vecindario, mayormente de clase trabajadora, que terminó en el centro de la ciudad.
Cuando llegamos al centro, los participantes bajaron de sus autos y cerraron otra bocacalle. Algunos hicieron un llamado por la unidad de negros y Latinos como respuesta al racismo. Otros llevaban banderas nacionalistas negras y mejicanas. Estas políticas nacionalistas surgen de las políticas de identidad que promueven muchas de las organizaciones lideradas o influenciadas por los patrones. Estas ideas no van a liberar a la clase trabajadora o acabar con los asesinatos racistas que comete la policía.
Las políticas de Identidad proponen que los trabajadores apoyen a los líderes negros o Latinos—para que administren el estado patronal. Pero en Chicago, que es una ciudad segregada y racista, tenemos un alcalde negro y un jefe de la policía negro, y los asesinatos que comete la policía siguen sin parar.
Como comunistas, organizamos la lucha por la unidad internacional y multirracial de la clase trabajadora como antídoto a la división racista y la violencia del estado patronal. El capitalismo necesita el racismo, el nacionalismo y el machismo para existir—como trabajadores tenemos que rechazar todo esto con la política de igualdad comunista.         
Los trabajadores se merecen un mundo comunista
El asesinato de Adam Toledo está conectado con los asesinatos racistas de George Floyd, Breonna Taylor y Daunte Wright. Está conectado con la cantidad creciente  de victimas de la pandemia, y con el interminable ataque de los misiles teledirigidos contra los trabajadores en otros países. Todo esto es la realidad criminal del capitalismo.
La justicia que buscamos no se puede ni se podrá encontrar mientras exista el capitalismo. Construyamos el mundo comunista que necesitamos y nos merecemos.

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¿Por qué matan los policías asesinos?
Los asesinatos legalizados y los encarcelamientos masivos son viejas herramientas capitalistas para controlar a la clase trabajadora. La primera fuerza policial moderna en lo que son ahora los Estados Unidos, comenzó en Carolina del Sur en 1704, y fueron las patrullas para cazar esclavos. Estas fuerzas cazaban y castigaban a los trabajadores esclavizados que se escapaban o eran “insolentes”; eran una forma de terror organizado para desalentar las rebeliones que podrían amenazar el lucro de las plantaciones. Hasta hoy, el terror racista contra los trabajadores negros y los jóvenes, sancionado por el estado, es un arma indispensable para la clase capitalista. Por lo tanto, es un interés de principios para todos los trabajadores unirse contra el estado capitalista.
Bajo el capitalismo, el “estado” – incluyendo todos los niveles del gobierno, el así llamado sistema judicial, la policía, el ejercito, las escuelas y los medios de comunicación – es un instrumento de la clase dominante para ejercer la opresión y violencia contra la clase trabajadora. El líder comunista Vladimir Lenin escribió en Estado y Revolución, “El estado es un órgano de dominio de clase, un órgano para la opresión de una clase por otra, es la creación de un ‘orden’, que legaliza y perpetúa esta opresión moderando el conflicto entre las clases”.
Así como no nos libramos de la esclavitud negociando, tampoco vamos a poder negociar nuestra salida del capitalismo. Desde las patrullas caza-esclavos hasta los fascistas de azul, el estado patronal es el enemigo acérrimo de la clase trabajadora. ¡Aplastemos al estado capitalista!