2 de octubre – Miles de trabajadoras y jóvenes anti-sexistas se congregaron y marcharon en docenas de ciudades por todo EE.UU., para enfrentar los ataques sexistas que los patrones capitalistas perpetran contra su salud reproductiva. Millones están indignados, y con justa razón; el proyecto de ley Senate Bill 8 (SB8) que prohíbe el aborto cuando se ha detectado actividad en el corazón fetal (aproximadamente 6 semanas de gestación), paso en Texas el mes pasado. Leyes similarmente restrictivas podrían pasar en los estados sureños, apoyadas por patrones aislacionistas del ala de pequeños fascistas como el gobernador de Texas Greg Abbott.
La lucha por el acceso al aborto se presenta como si fuera entre los progresistas pro derecho a elegir y los conservadores liberales y reaccionarios “pro-vida”. Sin embargo, presentarla de esta forma solo trata de esconder los obstáculos racistas del pasado y presente que no permiten que las mujeres de la clase trabajadora reciban el cuidado de salud que necesitan, además de minimizar la amenaza que representa el ala dominante, los grandes patrones fascistas, quienes cruelmente destruyen las vidas de la clase trabajadora en EE.UU. y alrededor del mundo.
Conforme la crisis económica y la rivalidad inter imperialista se intensifica, los patrones capitalistas y sus sirvientes políticos arremeten contra la clase trabajadora y promocionan una cultura deshumanizante. Restringir el acceso a los procedimientos médicos básicos como los abortos bajo el disfraz de ser “pro-vida” o negar servicio medico necesario a las mujeres de la clase trabajadora a través de un sistema de salud que sirve solo a los patrones de aseguradoras son solo dos de las muchas formas como los patrones incrementan sus ganancias y atacan a la clase trabajadora.
Los comunistas en el Partido Laboral Progresista (PLP) internacional buscamos ganar a nuestra clase al entendimiento que el sistema de lucro capitalista es fundamentalmente incompatible con la salud y desarrollo de los trabajadores. Acceso al servicio de salud y otros servicios realmente igualitarios, solamente podrán ser ganados uniendo a nuestra clase a nivel internacional a través de un PLP masivo, para destruir el sistema de ganancias con la revolución comunista.
El capitalismo se lucra del sexismo
Las leyes letalmente restrictivas como la SB8 son solo los últimos ataques patronales contra la clase trabajadora. El capitalismo, desde su inicio, siempre ha utilizado la diferencia de salarios sexista para obtener miles de millones en ganancias. Mientras que los patrones liberales parlotean sobre unas cuantas ejecutivas como prueba de que el capitalismo “trabaja para todos”, la realidad sexista persiste, muchas mujeres ganan solo $0,84, por cada dólar que sus contrapartes masculinos ganan (Pew Reasearch, 21/5). Pero, aun mas insidioso, es el continuo desdén por el pago al trabajo domestico, como el cuidado de los niños, con el cual cargan, en su gran mayoría, las mujeres.
La noción de que, bajo el capitalismo, los trabajadores tenemos un cierto grado de “autonomía” sobre nosotros mismos, es contradicha por la naturaleza explotadora del capitalismo. Los trabajadores bajo el sistema de ganancias no tenemos mas opción que vender nuestra mano de obra a los patrones a cambio de un salario. Las trabajadoras, particularmente las mujeres negras, son atacadas con mas fuerza por el capitalismo. La violencia y discriminación sexista afectan mas cruelmente a las mujeres. Estos ataques sexistas y las divisiones son utilizadas para debilitar a nuestra clase y solo podremos sobreponernos a ellas uniendo a toda nuestra clase contra el capitalismo.
Los grandes fascistas liberales también tienen sangre en sus manos
Las docenas de organizaciones de masas responsables por los plantones de hoy están, en general, alineadas políticamente con el capital financiero del ala de los grandes fascistas capitalistas de la clase dominante, representados hoy por el presidente Joe Biden. Poco después de la debacle sobre la retirada de tropas de Afganistán y del cruel racismo anti-negro en todo su esplendor en la frontera con México, estos grandes fascistas necesitan desesperadamente mostrarse como los defensores de la clase trabajadora mientras atacan a sus rivales, los pequeños fascistas.
Pero si damos una mirada casual a sus eventos sobre “los derechos de la mujer” nos damos cuenta lo insignificantes que son. En general, estos eventos están llenos de profesionales blancos afluentes. En su arena liberal, los menos representados son quienes mas drásticamente son afectados por la implementación de sus restricciones sobre el aborto, las trabajadoras negras, latinas, indígenas, y trabajadoras blancas pobres.
Estas exclusiones muestran el carácter racista y de clase del aborto, y el acceso a la salud reproductiva bajo el capitalismo. Para las mujeres patronas y las familias ricas, el servicio de salud reproductiva es de fácil acceso. Pero, las mujeres negras en EE.UU. – millones que viven en estados y ciudades lideradas por los liberales – Comparando con las mujeres blancas, tienen tres a cuatro veces mas posibilidades de morir una muerte relacionada a la maternidad (Health Affairs, 4/2/19).
Lo que diariamente condena a millones de trabajadoras a una salud pobre y la muerte prematura, es la dedicación de los grandes fascistas para mantener el capitalismo a toda costa – sea recortar los beneficios del welfare, cerrar hospitales, y envenenar el agua y el aire. Es lo que lleva a los patrones a deportar a mujeres embarazadas desde Haití a Honduras o a morir en el desierto. Es lo que los lleva a lanzar sus drones en Afganistán o Somalia, masacrando a niños. ¿Que opciones tuvieron estos trabajadores?
La clave es el poder obrero
Como trabajadoras, no podemos tener ilusiones sobre quien pone en peligro nuestra salud, seguridad y desarrollo. Para poder realmente garantizar la existencia de salud para nuestra clase, necesitamos derrocar el capitalismo, un sistema político y económico basado en la ganancia y privilegio de unos cuantos, y luchar por un sistema comunista que prioriza el bienestar de los trabajadores sobre todas las cosas.
En 1920, después que los trabajadores tomaron el poder en la revolución de octubre, en la Unión Soviética se legalizo el aborto. Conforme construimos y luchamos contra las leyes sexistas y racistas como la SB8, no debemos de perder de vista que los avances sociales mas radicales ocurrieron cuando los trabajadores violentamente le quitaron el poder estatal a los patrones. Únete al PLP hoy y ayúdanos a construir esta lucha revolucionaria.
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Aplastar la atención médica sexista de los republicratas con el comunismo
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- 09 Octubre 2021 137 visitas