NUEVA YORK, 5 de febrero—Más de 45 estudiantes, profesores, personal y padres, incluidos miembros del Partido Laboral Progresista (PLP), marcharon hacia la casa del rector de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), Félix Matos Rodríguez, “Felo”, en Pelham, Nueva York, anunciado con humor como “Brunch con Felo”. Enviamos un mensaje de que nosotros, la clase trabajadora unida, no aceptaremos la austeridad racista en CUNY. El suburbio relativamente tranquilo fue sacudido por cánticos, discursos y, más tarde, música.
     Estas demostraciones les dan a los miembros y amigos del PLP lecciones de lucha de clases: aprender a organizarse, ser audaces y luchar con amigos y compañeros de trabajo para dar un paso adelante. Queremos seguir construyendo con los trabajadores y estudiantes de la educación para consolidar este movimiento hacia la huelga y al mismo tiempo, exponer la naturaleza de la educación capitalista y los límites de la reforma.

Estamos listos
Bajo el capitalismo, cualquier reforma que ganemos es de corta duración. Nuestros estudiantes y la clase obrera internacional merecen nada menos que el comunismo. Luchar por ese nuevo mundo significa que masas de estudiantes y trabajadores deben unirse al PLP y luchar por la revolución comunista.
     La manifestación fue convocada por RAFA (Rank and File Action), un grupo de miembros del sindicato que ha estado liderando una lucha para construir la preparación para la huelga. Mientras tanto, los miembros del PLP están construyendo una “preparación para la revolución”. La educación capitalista en CUNY, dirigida por su canciller asquerosamente rico, es un desastre racista. Los banqueros de Wall Street y los dueños de negocios que controlan a CUNY quieren lavarnos el cerebro para convertirnos en trabajadores obedientes mientras recaudan miles de millones y eventualmente quieren que seamos soldados dispuestos en sus guerras imperialistas con fines de lucro.
     Mientras muchos de nuestros estudiantes provienen del Bronx, incluyendo el distrito más pobre de los EE. UU. (Distrito 15 en el sur del Bronx), el canciller Rodríguez vive en Pelham, una de las comunidades más ricas de los EE. UU., y disfruta de un salario de $670,000 al año, más un estipendio mensual de vivienda de $7500. Si bien su nombramiento fue declarado “innovador”, como el primer canciller latino en CUNY, el único éxito real de Rodríguez fue incorporar a los casi 500,000 estudiantes de CUNY, en su mayoría negros, latinos e inmigrantes, en un programa de austeridad racista.
     Mientras marchamos por los caminos resbaladizos, cantábamos y nos tomábamos las calles cerca de la casa del Canciller, dando discursos sobre la necesidad de luchar contra el racismo, la necesidad de unidad multirracial y la necesidad de luchar por el comunismo donde los trabajadores dirigen la sociedad.

“Logramos mucho”
Los ánimos estaban arriba cuando nos acomodamos en el césped del canciller. Se distribuyeron folletos a los autos que pasaban, titulados: “¿Conoces a tu vecino?” Organizamos colectivamente la comida y se instalaron pequeñas mesas de refrigerios con muffins, panecillos, frutas, café e incluso tamales. Se colgó una radio del árbol mientras escuchábamos música y charlábamos, nos conocíamos y continuábamos intercambiando ideas sobre la lucha en CUNY. Se colocaron letreros en el jardín del canciller exigiendo matrícula gratuita mientras los manifestantes y los del PLP compartían y discutían los últimos números de DESAFIO.
     A pesar de las limitaciones climáticas, del hecho de que la protesta de la semana pasada se cancelara debido a una tormenta, y una alarma de transporte que se emitió el mismo día, este “almuerzo/brunch” intensificó nuestra batalla. Mientras un coche patrulla se sentaba en la calle y una vecina furiosa dejaba salir a su perro para que nos ladrara, quedó claro que esto era solo el tiro inicial. Uno de los oradores de un comité de huelga estudiantil dijo: “Siento que hemos logrado mucho”.
     Este creciente espíritu de lucha es crucial en la construcción de un Partido internacional. Con cada lucha por la reforma, con cada calle que tomamos, con cada césped que invadimos, nuestra confianza en nosotros mismos, en nuestros camaradas y en nuestra capacidad para eventualmente construir una revolución comunista, el objetivo final, se agudiza.

¡Bienvenido de nuevo, a luchar!
CUNY no es ajeno a la austeridad racista y ha estado funcionando a costa de catedráticos mal pagados, o trabajadores a tiempo medio y durante muchos años. Pero claramente, la pandemia de Covid-19 ha agudizado la situación en los campus y cada semestre, los estudiantes, el personal y la facultad se enfrentan a condiciones cada vez peores. Si bien ha habido un impulso para reabrir los campus, especialmente con el mandato “70-30” (70 por ciento de las clases en persona y 30 por ciento virtual), muchos campus no están listos.
     En un campus del Bronx, la biblioteca no está lo suficientemente abierta para satisfacer las necesidades de los estudiantes y los edificios se están cayendo a pedazos. En otro campus, no hay ningún lugar para que los estudiantes se sienten, la cafetería está cerrada, no hay jabón en el baño y un gran jardín al aire libre está cerrado. Muchas de las instalaciones no están listas y, debido a la regla arbitraria “70/30”, se cancelaron muchas clases, lo que resultó en despidos adicionales. Uno de los campus, está tan desorganizado que los estudiantes esperan en fila afuera solo para ingresar al campus, además de muchas más violaciones de salud y seguridad en todos los campus de CUNY. ¡La lista continúa!

El brunch fue solo el comienzo
Esta fue una idea audaz y todos los que participaron sintieron que fue un evento exitoso. Si bien se nos dice que todo “volvió a la normalidad” y nos vemos obligados a regresar a condiciones terribles de bioseguridad, las reuniones donde se toman estas decisiones, como las de la Junta Directiva, siguen siendo virtuales. Entonces, ¡nos atrae la idea de permanecer en la cara del Canciller!
     Nuestro evento fue un vistazo de lo que podría ser ese nuevo mundo, con todos compartiendo, sin jefes, y unidos como iguales, ya sea estudiante o profesorado. Desde las luchas diarias hasta la construcción de un movimiento huelguístico contra los patrones de CUNY, estas “escuelas para el comunismo” nos enseñan cómo construir para la revolución. ¡Invitamos a nuestros amigos a unirse al PLP y aplicar estas lecciones para ayudar a guiar a nuestra clase a la victoria final del comunismo!