“La guerra de 1914-18 fue imperialista (es decir, una guerra anexionista, depredadora, de saqueo) por parte de ambos bandos; fue una guerra por la división del mundo, por la partición y repartición de colonias y esferas de influencia del capital financiero...”
Vladimir Lenin, “El Imperialismo, la Etapa Más Alta del Capitalismo”, 1917.
Ya sea que Rusia invada o no Ucrania en los próximos días o semanas, la creciente debilidad del imperialismo estadounidense, y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el brazo militar estadounidense en Europa es cada vez más evidente. El presidente francés, Emmanuel Macron, está presionando por la “autonomía estratégica” para la Unión Europea (news.usni.org, 2/8). El presidente ruso, Vladimir Putin, está exigiendo una reversión de la OTAN de Europa del Este. Los funcionarios ucranianos están enviando señales contradictorias sobre su ambición a largo plazo de unirse a la OTAN, una medida que Putin ha advertido que conduciría a un conflicto nuclear. Debilitados por las divisiones internas de la clase dominante y sabiendo que no están políticamente preparados para un conflicto militar global, los jefes del capital financiero de Estados Unidos, representados por el presidente Joe Biden, han descartado abiertamente el envío de tropas a Ucrania. Ocho años después de invadir y recuperar la península de Crimea, los imperialistas rusos están decididos a restaurar más de la antigua esfera de influencia soviética.
A medida que CHALLENGE sale a la prensa, tanto Biden como Putin están sugiriendo que una “solución” diplomática aún es posible. Pero no se equivoquen. Incluso si Rusia decide retirarse por ahora, la inestabilidad global y una crisis internacional del capitalismo están empujando al mundo más cerca del fascismo y la Tercera Guerra Mundial. Para la clase obrera internacional, este período contiene tanto un gran peligro como una gran oportunidad. Sólo una revolución comunista puede convertir la guerra imperialista en una guerra de clases contra los parásitos capitalistas. Sólo el comunismo puede poner fin a las matanzas masivas de los patrones de nuestras hermanas y hermanos de la clase trabajadora para siempre. ¡Únete al Partido Laboral Progresista y ayuda a construir un movimiento comunista mundial!
Ascenso y caída de la OTAN: ¿ocaso para los jefes estadounidenses?
En 1949, cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial, la OTAN fue fundada por los Estados Unidos, Canadá y diez países de Europa Occidental como una alianza militar para bloquear una mayor expansión de la Unión Soviética. Las victorias electorales de los partidos comunistas en Italia y Checoslovaquia, junto con el control soviético de Alemania Oriental, intensificaron los temores de los gobernantes estadounidenses de que podrían perder la Guerra Fría. Sabían que no podían darse el lujo de renunciar a su lugar como la superpotencia imperialista dominante; ningún imperio en la historia ha pasado pacíficamente la antorcha. La OTAN era el puño de hierro de la democracia liberal. Se formó para garantizar que los jefes estadounidenses, y socios menores como Gran Bretaña y Francia, pudieran continuar acumulando superganancias explotando a los trabajadores y robando los recursos naturales en todo el mundo.
En la década de 1990, después de que la Unión Soviética implosionara, la OTAN dominada por Estados Unidos se expandió para absorber tres exrepúblicas soviéticas (Estonia, Letonia y Lituania), y varios otros países anteriormente dominados por los soviéticos bajo el ahora desaparecido Pacto de Varsovia, incluidos Polonia, Checoslovaquia y Hungría. A medida que las bases y misiles de la OTAN se acercaban a las fronteras de Rusia, la alianza liderada por Estados Unidos ha asesinado a millones de trabajadores en Irak, Libia, Palestina, Afganistán y los Balcanes en el sureste de Europa.
Pero incluso cuando la OTAN se expandió, se debilitó. Sin la Unión Soviética como una amenaza unificadora, las bandas despiadadas de capitalistas siguieron sus propios caminos. En 2015, una encuesta del Pew Research Center encontró que la mayoría de las personas en todos los países de la OTAN en Europa se oponían al uso de la fuerza militar para ayudar a un miembro invadido de la OTAN. Y a medida que el podrido sistema de ganancias continuó decayendo, la democracia liberal fue expuesta como una farsa, como la dictadura de uno u otro conjunto de jefes, en Bosnia, Hungría, Turquía y (más recientemente) los Estados Unidos (Foreign Affairs, julio / agosto de 2018). Si la OTAN fue diseñada para proteger las llamadas “libertades” de la democracia, ¿cuál era su propósito ahora?
Hoy en día, Estados Unidos está demasiado preocupado por su archirrival China, y la fuerte posibilidad de una invasión china de Taiwán, para contener agresivamente a Rusia si se mueve sobre Ucrania. No es casualidad que el secretario de Estados Unidos, Anthony Blinken, haya realizado un viaje de una semana para reunirse con líderes de Australia, India, Japón y otros países de la “región del Indo-Pacífico”, una campaña abierta para contrarrestar el ascenso económico, político y militar de China. Más que “cualquier otra parte del mundo”, dijo Blinken, “lo que suceda en esta región va a dar forma a las vidas de los estadounidenses” (Asean Post, 2/14).
Los jefes estadounidenses saben que no están listos para pelear una gran guerra. E incluso si sintieran que no tenían otra opción, Ucrania no sería la colina en la que elegirían morir. Un artículo reciente en Foreign Affairs, la revista más autorizada del capital financiero, se tituló: “Es hora de que la OTAN cierre su puerta”. Básicamente propuso ceder ante Putin:
Con la alianza ya sobreextendida en uno de los barrios más peligrosos del mundo, la incorporación de Ucrania sería una locura estratégica... Estados Unidos necesita una nueva estrategia para tratar con Rusia en Europa del Este, una que no dependa principalmente de la OTAN (Foreign Affairs, 1/17).
El debilitamiento de la OTAN, el colapso del viejo orden mundial liberal presenta un peligro para la clase trabajadora del mundo. En El Imperialismo, la Etapa Más Alta del Capitalismo, Lenin muestra cómo los patrones del mundo necesitan invadir otras naciones para luchar por el estatus de mandamás y sobrevivir como potencias capitalistas. El capital financiero, los liberales del ala principal que aún lideran la clase dominante de los EE. UU., necesitarán disciplinar tanto a los capitalistas como a los trabajadores para prepararse para esa guerra. Se verán obligados a volverse hacia el fascismo, aunque tenga un rostro liberal y llegue al poder a través del aparato electoral de los patrones.
La clase obrera siempre sufre en la búsqueda de dominación mundial por parte de los gobernantes. Sus guerras se libran con nuestra sangre. Pero como señaló Lenin, “De la ruina universal causada por la guerra está surgiendo una crisis revolucionaria mundial que, por prolongadas y arduas que sean sus etapas, no puede terminar sino en una revolución proletaria y en su victoria.”
¡En Rusia, durante la Primera Guerra Mundial, los trabajadores se organizaron para el comunismo y tomaron el poder estatal! ¡En China, en medio de la lucha contra el fascismo y los horrores de la Segunda Guerra Mundial, los trabajadores se organizaron para el comunismo y tomaron el poder estatal! Aunque la dirección del viejo movimiento comunista cometió graves errores que eventualmente revirtieron estas revoluciones, podemos aprender de sus errores y ser inspirados por su valentía. La Tercera Guerra Mundial es una perspectiva aterradora para la clase trabajadora, pero muchos trabajadores en todo el mundo ya están en una lucha de vida o muerte contra el imperialismo y el terror de estado capitalista. La historia nos muestra que solo tenemos una salida de esta miseria: una revolución masiva y violenta por el comunismo. ¡Únase al Partido Laboral Progresista y organícese para la revolución comunista mundial!
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EDITORIAL: La alianza imperialista de la OTAN flaquea en la frontera con Ucrania
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- 19 Febrero 2022 161 visitas