Historia tras el Día Internacional de la Mujer Obrera
El primer Día Internacional de la Mujer Obrera en Nueva York como “Día de las Mujeres”, fue organizado por el Partido Socialista de América. En 1909, se convirtió en una conmemoración de la huelga de 1908 del Sindicato de la Damas de Textil Internacional. En la reunión internacional comunista y de líderes socialistas de 1910, conocido como la Segunda Internacional, los miembros mujeres empujaron para establecer el Día de la Mujer Internacional.
Durante la Rusia Zarista, la lucha por las mujeres de clase obrera se convirtió sinónimo con un llamado abierto para derrocar el gobierno. Durante la Primera Guerra Mundial, los bolcheviques rusos hicieron el Día Internacional de la Mujer una demonstración de las mujeres obreras en contra del imperialismo. El 8 de marzo, 1917, las mujeres de San Petersburgo encendieron y lideraron la Revolución de Febrero, que pavimento el camino para la revolución de Octubre y el primer estado de los obreros.
Cuando nuestra clase va a celebrar el legado de la mujer obrera por la historia, es nuestro papel como comunistas empujar por un mundo organizado por y para las mujeres obreras.
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El 8 de marzo es el Día Internacional de las Mujeres Obreras. Los medios capitalistas han despojado este día de sus raíces comunistas para empujar el feminismo, una ideología que culpa los hombres, en vez del capitalismo, por el sexismo.
Revolución, no representación
En EE.UU. el 8 de marzo se usa para exhibir las mujeres políticas y especuladoras. Hasta el año pasado las mujeres solo hacían parte de un cuarto de todos los miembros del congreso número 117, “el porcentaje más alto en la historia de EE.UU.” (Pew Reserach Center, 01/21). Mientras tanto la clase obrera negra, latina e inmigrante continua sufriendo bajo condiciones sexistas en todos los aspectos de la vida. Mientras tanto, la corte de Texas trata de prohibir el aborto. ¿Qué vale la representación en un sistema en el que las ganancias depende del y perpetua el sexismo?
Nacido de la sociedad de clases, la división sexista es un pilar en ambos mantener y justificar este sistema capitalista. Como el racismo y nacionalismo, el sexismo mantiene los obreros capitalistas en el poder dividiendo los obreros – en este caso, poniendo una cuña entre las mujeres y hombres de la clase obrera. Este genera súper ganancias para los patrones y la sociedad después supone que las mujeres proveerán diaria y generacionalmente reproducción de poder de labor.
La ideología capitalista refuerza la opresión y explotación especial de las mujeres. El capitalismo nos enseña que la sociedad es naturalmente desigual, que las mujeres intrínsecamente cuidadoras. La historia comunistas y el liderazgo celebra más bien el Día Internacional de las Mujeres OBRERAS, resaltando el esfuerzo internacional de las mujeres de la clase obrera llevando a luchas para mejorar las condiciones materiales de las mujeres y nuestra clase en sí. Solo la solidaridad de clase obrera puede llevar al movimiento en contra del sexismo.
Confronten los peligros del feminismo
Como la política de identidad, el movimiento de mujeres es un camino sin salida y es peligroso para los obreros. Oscurece el hecho que la sociedad capitalista es guiada por un conflicto fundamental entre la clase que es dueña de los medios de producción y la clase que crea todo de valor- entre los patrones y los obreros.
El feminismo mal guía a las mujeres obreras, en particular, reclutando lacayas vendidas como Hillary Clinton, Kamala Harris y la difunta (¡y no lamentada!) Ruth Bader Ginsburg.