Esto es para los niños que mueren,
negros y blancos,
Porque niños ciertamente morirán.
Los viejos y ricos vivirán un tiempo,
Como siempre,
comiendo sangre y oro,
Dejando que los niños mueran.
Los niños morirán en los pantanos de Mississippi
Organizando aparceros
Niños morirán en las calles de Chicago
Organizando a los trabajadores
Niños morirán en los naranjales de California
Diciéndole a otros que se reúnan
blancos y filipinos,
negros y mexicanos,
Todo tipo de niños morirán
Quien no creen en mentiras, sobornos y conformidad
Y una paz terrible.
Por supuesto, los sabios y los educados
que escriben editoriales en los periódicos,
Y los señores con el Dr. delante de sus nombres
Blancos y negros,
Quienes hacen encuestas y escriben libros.
Vivirán de tejer palabras para sofocar a los niños que mueren,
Y las cortes sucias,
Y la policía que llega a los sobornos,
Y los generales amantes de la sangre,
Y los predicadores amantes del dinero
Todos levantarán sus manos contra los niños que mueren,
Golpeándolos con leyes y garrotes y bayonetas y balas
Para asustar a la gente—
Porque los niños que mueren son como hierro en la sangre del pueblo—
Y los viejos y ricos no quieren que la gente
Pruebe el hierro de los niños que mueren,
No quieren que la gente se vuelva sabía a su propia fuerza,
Para creerle a un Angelo Herndon, o incluso juntarnos
Escuchen, niños que mueren—
Tal vez, ahora, no habrá monumento para ustedes
Excepto en nuestros corazones
Tal vez sus cuerpos se pierdan en un pantano
o el sepulcro de una prisión, o un cementerio sin tumbas,
O los ríos donde eres ahogado como Leibknecht
Pero llegará el día—
Ustedes mismos están seguros de que viene—
Cuando los pies en marcha de las masas
Levantarán para ustedes un monumento vivo de amor,
Y alegría, y risa,
Y manos negras y manos blancas entrelazadas como una sola,
Y una canción que llega al cielo—
El canto de la vida triunfante
A través de los niños que mueren.