Information
Imprimir

EDITORIAL: Deuda estudiantil ¡Aplasta el banco y el estado patronales!

Information
09 Septiembre 2022 201 visitas

En medio de una recesión, un agudo declive del dominio estadounidense, una clase dominante turbulenta, y la tendencia acelerada hacia el fascismo y la guerra mundial, el presidente Biden, finalmente, develo su plan para condonar los prestamos estudiantiles.  Diseñado para borrar entre $10,000 a $20,000 de la deuda de cada estudiante, el plan es presentado como un gran logro para la clase trabajadora.  En realidad, es un intento desesperado de camuflar el modelo universitario inservible de los patrones capitalistas. 

En anteriores generaciones, una educación universitaria proveía a los trabajadores más seguridad financiera. Hoy, no es así, ahora, el sueño americano de la clase media atrapa a millones en un endeudamiento capitalista esclavizante. Dado el historial de Biden de oponerse a las reformas para reducir la deuda o hacer que la universidad sea gratis, el nuevo plan está diseñado para comprar la lealtad de los trabajadores jóvenes, fomentar las farsas electoreras, y mantenerlos dentro de este miserable sistema de ganancias.  Aun cuando la condonación parcial de la deuda sea temporal para muchos, la verdad es que, para jóvenes trabajadores, la educación capitalista es una carga vitalicia con poco dividendo.  

Pedimos a los trabajadores jóvenes, rechazar a los fascistas liberales del partido demócrata y sus coimas, les pedimos seguir luchando en las universidades y las calles.  Únanse al Partido Laboral Progresista (PLP) y luchemos juntos por el comunismo.  Donde la educación será utilizada para construir el mundo que nuestra clase merece.

Crisis Universitaria Estadounidense: Símbolo del Desorden Capitalista
La crisis universitaria es una óptica instantánea de la crisis del capitalismo en EE.UU.  Mas de 45 millones de anteriores estudiantes, juntos, deben: $1.6 billones más que todos los otros prestamos privados combinados (cfr.org, 13/4/21).  En 2020, el promedio en deuda privada de un estudiante universitario era $32,029; para quienes estaban en universidades públicas, $26,627(U.S. News, 8/6).  Peor aún estaban los graduados de universidades fraudulentas y de lucro, quienes pedían prestamos de unos $40,000 en promedio (studentloanhero.com).

En verdad, este es un gran problema para Biden y sus grandes fascistas liberales, el ala imperialista principal de la clase gobernantes estadounidense, la cual controla el capital financiero global.  Los trabajadores jóvenes, encadenados por su deuda estudiantil no pueden comprar sus casas o comenzar un pequeño negocio, una carga más a la economía patronal.  Sin intervenciones relevantes del gobierno, los exestudiantes estarán dentro de un espiral sin control, indefinidamente.  Además, el plan de Biden no puede detener la escalación sin control del costo universitario.  Tampoco compensa por las leyes anti-obreras, anti-estudiantiles que él mismo promovió durante su larga carrera como senador estadounidense.  El racista de Biden no solo fue arquitecto de las encarcelaciones racistas masivas.  También escribió leyes para bloquear a los estudiantes que, para reducir su carga deudora buscaban protecciones de bancarrota (The Intercept, 7/1/2020).

En la mejor época del imperialismo estadounidense, cuando los capitalistas podían costear unas cuantas migajas para la clase trabajadora, los gobernantes liberales pasaron reformas como la ley G.I., la ley National Defense Education Act, y la Higher Education Act de 1965, las cuales extendían el acceso a la universidad a bajo costo para los jóvenes trabajadores.  La meta patronal era construir el patriotismo estadounidense comercializando el “Sueno Americano”.  En contraste, lo que Biden ofrece ahora, es un débil intento de restaurar la fe en un sistema tambaleante y tratar de ganar a los trabajadores al sacrificio para salvar su tambaleante imperio.

Claro que, si quisieran, los gobernantes podrían acabar con toda la deuda universitaria, lo que podría sostener su economía, por un rato más.  Pero para hacerlo tendrían que aumentar los impuestos a corporaciones y los super ricos.  Los grandes fascistas están muy débiles y divididos para lograrlo, una señal preocupante de preparaciones costosas para la guerra contra China y Rusia.

La trampa racista de endeudamiento de la educación superior
Aun cuando muchos estudiantes que viven bajo el nivel de pobreza verán desaparecer sus deudas estudiantiles, el plan de Biden es una bicoca para millones de estudiantes negros, quienes en promedio deben $52.726 por cuatro años, después de graduarse – casi el doble de la deuda promedio de estudiantes blancos (Guardian, 19/2/21).

Agravando este desastre racista está el hecho que estudiantes negros y latinos probablemente reciban menos ingresos por su educación, gastando más para completar una carrera y ganar un salario menor después de graduarse.  Además, tienen más probabilidades de ir a escuelas crónicamente mal financiadas, con un servicio de soporte débil y condiciones de vivienda deplorables, de tener maestros mal pagados y sobre cargados de trabajo (Center for American Progress, 23/1/20).  El perdurable legado racista del sistema de educación capitalista es otro gran obstáculo de los grandes fascistas, quienes desesperadamente tratan de pacificar a trabajadores negros y latinos y comprar su lealtad hasta llegar a la tercera guerra mundial.

Para la verdadera liberación; la educación comunista
En la carrera “de ratas” del sistema de ganancias, la educación es una máquina de clasificación para la jerarquía capitalista. Instituciones elite privadas entrenan a los futuros patrones para explotar a la clase trabajadora.  Otros estudiantes son preparados para oprimir a nuestra clase como; ejecutivos, abogados y políticos.  Mientras tanto, las instituciones públicas entrenan a los medianos administradores, burócratas, maestros, y trabajadores sociales – si consiguen el apoyo necesario para graduarse.  Los títulos universitarios son un pre requisito para escapar los empleos sin futuro o mal remunerados.  Pero la educación capitalista siempre será un fracaso racista, una lotería donde los jóvenes deberán hacer sacrificios financieros enormes para tener una oportunidad a una vida decente. Y si por algo no pagan su deuda o no encuentran un buen empleo, los patrones les dicen que la culpa es solo de ellos.  

Mientras tanto, las universidades han sido una arena para generaciones de luchas obreras internacionales, poniendo a los trabajadores jóvenes al frente de la militante lucha de clases.  Desde las rebeliones estudiantiles de 1968 en México y Francia, a las huelgas de la década de los 70 contra la guerra de Vietnam, a las luchas en 2020 contra los asesinatos racistas por la policía, los jóvenes repetidamente se han tomado las calles mientras convierten sus universidades en escuelas de antirracismo y anti-imperialismo.  En muchos de los casos, los jóvenes en todo EE.UU. y globalmente han recibido liderato de trabajadores negros y latinos.  

Bajo el comunismo, la educación será accesible a todos, en base a las necesidades de la clase trabajadora internacional.  El aprendizaje no será limitado a las aulas, ni tampoco enfrentará a estudiantes poniéndolos a competir.  Colectivamente estudiaremos el materialismo dialectico, ciencia, y medicina.  Juntos aprenderemos lo que se necesita para construir el mundo comunista en el que deseamos vivir.

Al contrario de la mala educación en las universidades capitalistas, la historia nos muestra lo que los trabajadores han logrado bajo el liderato comunista.  Al principio, la Unión Soviética hizo que la educación fuera gratuita y accesible para todos.  Sus universidades lucharon contra el racismo y sexismo y lograron grandes avances tecnológicos y científicos.  La Revolución Cultural China, abrió oportunidades de educación superior a las familias más pobres, envió a jóvenes trabajadores urbanos al campo para enseñar y aprender de los trabajadores rurales.

El mensaje del Partido Laboral Progresista a trabajadores árabes, asiáticos, negros, indígenas, latinos y blancos es el de unirse con trabajadores de todas las industrias y generaciones.  Juntos podemos aplicar la valiosa lección que hemos aprendido de cada lucha y finalmente aplastar el sistema capitalista racista, y construir un mundo comunista donde la educación sea gratuita y liberadora para todos.