La larga línea de nueve millas para llorar a la Reina Isabel II, figurón monstruosa de una pandilla de patrones multimillonarios degenerados racistas y crueles capitalistas, nos muestra que la clase trabajadora aun lucha por salir de la noche oscura de una falsa unidad y una débil consciencia de clases. Durante los setenta años de reinado de Isabell II, parasito principal de la familia real, el imperialismo británico exploto, esclavizo, torturo y masacro un sin número de trabajadores en todo el mundo.
La reina “paso toda su vida sonriendo y saludando a nativos vitoreando, alrededor del mundo, como un fantasma viviente de un sistema rapaz y de extracción sanguinaria” (New York Times, 11/9). Mientras la monarquía robaba aproximadamente $28 mil millones de la clase trabajadora internacional, más del 20% de la población británica se hundía en la pobreza (House of Commons Library, abril 2022).
Pero, aun cuando muchos en nuestra clase parecen cautivados por la familia real y sus miserables excesos y lujosa vida, incluyendo los $9 millones que se gastaron en el funeral de Isabel, un ajuste de cuentas llegara. Desde el 1º de septiembre, una semana antes de la muerte de la reina, más de 150,000 trabajadoresente ellos; carteros, trabajadores de comunicaciones, recolectores de basura, y abogados, se fueron a la huelga, protestando por los salarios estancados, destrozados por la inflación de doble digito. A pesar que el partido del trabajo casi no los apoyo, 45,000 trabajadores del transporte salieron de sus empleos, paralizando por varios días a trenes y autobuses en todo el país. Maestros, enfermeras y doctores pronto harán su propia huelga, y los dos sindicatos más grandes del país están presionando por huelgas coordinadas en “una de las olas más significativas de agitación industrial en el Reino Unido desde el “invierno de descontento” a finales de 1970” (cnn.com 1/9) ¡Los trabajadores siempre lucharan!
Así como la creciente rivalidad inter-imperialista lleva a la guerra mundial, la esencia asesina de la monarquía británica y todas las clases gobernantes del mundo serán desenmascaradas. Cuando ese día llegue, lo que el Partido Laboral Progresista hace para organizar hoy en día, hará la diferencia. Determinará si los millones que lloran por la reina muerta seguirán hacia los hornos el fascismo y la guerra imperialista, o si se unirán al PLP y nuestro ejército rojo en la lucha por una sociedad sin clases – por el comunismo.
Desigualdad: tan capitalista como la reina y la patria
Después de la segunda guerra mundial, Bretaña, como la mayoría de Europa, instalo una red de seguridad para contrarrestar lo ganado bajo el socialismo en la Unión Soviética. Pero con cada década que pasaba, mientras el imperio británico menguaba y después expiraba, los gobernantes no recibían las super ganancias imperialistas para mantener su fallido sistema de ganancias local. Los sueldos, servicios y estándar de vida fueron recortados al mínimo.
En los últimos años, un sin número de miles en Bretaña ha muerto por la negligencia de un destripado servicio de salud nacional (independent.co.uk., 28/1/17). Casi una quinta parte de los niños vive en hogares donde la gente está hambrienta regularmente (borgenproject.org). Los inmigrantes super explotados son quienes más sufren de estos ataques racistas. Dentro de esta miseria, la reina, sentada plácidamente en su trono con su montón de joyas robadas, escupe suavemente la gran mentira que la corona británica si se preocupaba por sus leales súbditos. En realidad, a Isabel solo le importaban sus caballos, sus perros gordos, su esposo, simpatizante nazi, sus espantosos hijos (incluyendo el príncipe violador Andrew y el famoso racista corrupto príncipe Carlos, quien finalmente fue promovido a rey), y los capitalistas financieros que dirigen el país, como socios menores al imperialismo estadounidense.
Las horribles desigualdades son parte integral del capitalismo, un sistema donde la humanidad toma segundo lugar después del lucro y ganancias. En 2020, una niña nacida en una de “las áreas más marginadas” de Inglaterra puede esperar unos 52 años de vida saludable – comparado a “las áreas menos marginadas”, de 71 años (thegurdian.com, 25/4/22). El hecho que la reina Isabel se mantuviera robusta y saludable hasta más de 90 años, no es algo que debería celebrarse. Es la historia de un vampiro, cuyos privilegios e incentivos fueron sacados de la sangre y trabajo de la clase trabajadora.
La única realeza buena….
No todos fueron engañados por “probablemente la persona más famosa del planeta” Vanity Fair,8/9). Cuando Carlos fue coronado como rey, algunos trabajadores fueron arrestados por portar pancartas que leían “No Es Mi Rey”, que nos recordaron las protestas anti-trump que decían “No Es Mi Presidente”, en EE.UU. El problema con la oposición reformista es que acepta las estructuras políticas del capitalismo, sean estas la “democracia” electoral o una monarquía “constitucional”. En cualquiera de estos casos, los trabajadores se mantienen amarrados a patrones considerados el menor de los males y amarrados por el sistema de ganancias.
Muchos trabajadores negros e inmigrantes de las antiguas colonias británicas utilizaron las redes sociales para criticar el historial sangriento y racista del colonialismo británico. Aunque eso es mejor que llorar por una reina muerta, la política de la liberación nacional no busca aplastar la sociedad de clase; quiere que sus trabajadores sean gobernados por patrones iguales a ellos. Este pensamiento colaboracionista de clase alimenta la trampa letal del nacionalismo. Al final sirve para que los gobernantes liberales dominantes puedan ganar a la clase trabajadora a poyar la tercera guerra mundial.
El futuro está en la lucha de los trabajadores
No tenemos un futuro decente bajo el capitalismo, aunque los patrones utilicen monarcas o presidentes o generales para controlar y pacificar a la clase trabajadora. Cualquier borona de reformas que nos den, nos serán arrebatadas cuando llegue la inevitable próxima crisis de un sistema caótico. Dentro del lodazal y estiércol de este sumidero político, el trabajo del Partido es desafiar las ideas letales que solo nos pueden llevar al fascismo y la guerra mundial.
Los trabajadores de la Unión Soviética y China tuvieron una pequeña vision de lo que es posible en una sociedad construida por y para los trabajadores. Las necesidades básicas – alimentación, vivienda, salud, alfabetismo – eran primero. El racismo y sexismo fueron atacados como ideas podridas que dividen a la clase trabajadora. Aun cuando estas sociedades socialistas se revirtieron al capitalismo, nos señalaron el camino hacia lo que podría ser el comunismo. Para nuestro Partido, el primer paso es continuar inmersos en la lucha de clases, donde podremos aplastar la “unidad de todas las clases” que los patrones están desesperadamente tratando de construir. El PLP tiene una visión diferente. Nosotros vemos un futuro donde los trabajadores voltearan las armas y acabaran con el capitalismo para siempre, ¡con una revolución comunista! ¡UNETENOS!