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Editorial ... Escalada en Ucrania: El fascismo y la guerra por delante

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20 Octubre 2022 190 visitas

Mientras el conflicto militar se intensifica en Ucrania, nos muestra lo inestable de la situación mundial hoy. Con los imperialistas estadounidenses profundamente divididos y en un empinado descenso, Europa Oriental en ruinas, los imperialistas rusos aliados con China, ultra rival estadounidense y, con ambos, gobernantes y trabajadores acosados por la última crisis internacional del capitalismo; los patrones aceleran el fascismo y la tercera guerra mundial.

En las últimas dos semanas, el ejercito - cargado de nazis – ucraniano, apoyado por EE.UU. y la Unión Europea, voló una línea critica de suministras en Crimea y bombardeo la ciudad de Donetsk bajo control ruso. Rusia respondió con bombardeos en Kiev, capital de Ucrania, usando misiles y drones provistos por Irán, otro enemigo de EE.UU. El 30% de las estaciones eléctricas en Ucrania fueron destruidas, y ambos lados asesinaron a trabajadores y niños. Mas de 6,000 civiles han muerto desde que comenzó la guerra en febrero (statista.com).

No importa cual imperialista gane, al final, los trabajadores siempre PIERDEN en las guerras patronales – a menos que nos organicemos y la convirtamos en una revolución comunista. Cuando la clase trabajadora internacional es ganada al comunismo – una sociedad dirigida por y para los trabajadores – podremos acabar con todas las guerras patronales de una vez por todas.

Mientras EE.UU. y Europa decaen, nos acercamos a la tercera guerra mundial
Aunque la Unión Europea (UE) se ha unido a EE.UU. con sanciones anti-rusas, su dependencia en el petróleo y gas ruso no le permite ir muy lejos. “Este patrón de consumo ha puesto al bloque en una posición extremadamente incomoda, mientras el Kremlin continua su agresión militar contra Ucrania lucrando de los altos precios energéticos” (Euronews, 5/3). Aunque las sanciones a Rusia han sido limitadas (cnn.com, 16/9), la inflación y los altos costos de energía están golpeando las economías de EE.UU. y la UE. Bretaña es el más confiable de los aliados estadounidenses, sin embargo, está en un espiral incontrolable de inflación y recesión (BBC, 12/10).

La Organización del Tratado del Atlántico Norte, la alianza militar dirigida por EE.UU. que se formó en 1949 para contrarrestar a la Unión Soviética, está al borde del colapso. Desde Italia a Suecia a España, partidos abiertamente fascistas están tomando el poder, o compartiéndolo o aumentando su popularidad. En Francia, el partido ultra racista Reunión Nacional hizo un llamado para parar las sanciones a Rusia y ha ralentizado el flujo de armas a Ucrania (Al Mayadeen, 19/9). En Alemania, el canciller Olaf Scholz “enfrenta una reacción negativa de partidos opositores y miembros de su propia coalición sobre el tema de enviar equipo militar pesado” (foreignpoliciy.com, 27/9).

Mientras tanto, Rusia ha profundizado sus lazos con China, principal amenaza al dominio del imperialismo estadounidense: “Todos los bienes negociados entre China y Rusia aumentaron en 31% a $117 mil millones durante los primeros ocho meses de 2022 comparados al mismo periodo el año pasado” (foreignpolicy.com. 22/10).

La poderosa coalición BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), con el 40% de la población mundial, al mantenerse neutral sobre Ucrania, ha efectivamente, apoyado a Rusia. India se abstuvo en su voto de condenar la invasión de Rusia durante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Washington Post, 10/10). Dirigidos por Arabia Saudita, la coalición de exportadores de petróleo OPEP Plus – que incluye a Rusia e Irán – socavaron las sanciones EE.UU./OTAN contra Rusia al acordar un recorte en la producción que aumentaría los ingresos de Rusia (Foreign Affairs, Sept/Oct. 2022).

Volatilidad y debilidad de imperialistas
Los gobernantes rusos también tienen sus debilidades: un PIB relativamente pequeño (11º en el mundo), crecimiento estancado, y una gran dependencia en petróleo, en un mundo que, poco a poco, reduce su dependencia en el combustible fósil (Georank.org, 2022). Pero, como su contraparte en China, los patrones rusos tienen una gran ventaja sobre sus rivales en EE.UU. Ellos están mucho más cerca de un fascismo completo, con una clase dominante más unida y disciplinada que puede maniobrar rápido y eficientemente.

Aunque Rusia ha perdido un poco de territorio en el campo de batalla en Ucrania, los patrones estadounidenses tienen más problemas fundamentales. EE.UU. enfrenta una disminución en reclutamiento, y con “China y Rusia desafiando el liderato global estadounidense, la falta de reclutas calificados podría convertirse en una desventaja fundamental de seguridad nacional” (bgov.com, 21/9). Aunque el reciente reclutamiento militar de Putin ha sido criticado, es difícil imaginar al tambaleante presidente Joe Biden y una fracturada clase dominante estadounidense tratando de hacer lo mismo.

Los grandes fascistas del capital financiero multinacional, representados por los demócratas, han estado unidos hasta ahora, en enviar a decenas de miles de millones de dólares en armas a Ucrania. Pero sus manos podrían estar atadas por los pequeños fascistas de “America First”, incluyendo todos los anti-intervencionistas veteranos militares, quienes se han tomado el partido republicano (Ver glosario de términos pg. 6) Los lideres republicanos No. 2 y 3; Steve Scalise y Elise Stefanik, quienes son los favoritos para retomar el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de noviembre, “no se comprometerían a…mantener fluyendo la ayuda” (Defense News, 16/9). Kevin McCarthy, líder de la minoría en la Cámara, puso en claro sus intenciones: “Creo que la gente va a estar en una recesión y no van a dar un cheque en blanco para Ucrania. Ellos no lo harán” (Washington Post, 18/10).

¡Voltear las armas!
Mientras los tres poderes imperialistas nucleares luchan desesperadamente para ganar un juego letal, representan un peligro y muerte para la clase trabajadora en el mundo. No podemos engañarnos y escoger de qué lado de las guerras patronales estamos. Los trabajadores en Rusia están demostrando la capacidad de rechazar el nacionalismo patronal. Mas de 200,000 han salido del país para evitar la conscripción (msn.com, 28/9). Miles de trabajadores en 32 ciudades se tomaron las calles contra la conscripción de Putin, a pesar de la violencia brutal policial y la amenaza de prisión por romper las leyes que prohíben las protestas (The Guardian, 21/9).

En 1905, marineros liderados por comunistas en el barco de batalla ruso Potemkin se rebelaron y asesinaron a los oficiales del barco. Zaparon a Odessa, donde una rebelión masiva y huelgas contra los patrones rusos estaban en pleno vigor. Barcos zaristas fueron enviados a interceptar a los rebeldes, pero los marinos se rehusaron a disparar. Los rebeldes escaparon y ellos mismos hundieron el Potemkin. Muchos de estos marinos, después, ayudaron a construir el movimiento bolchevique que dirigió a la clase trabajadora rusa al poder en 1917.

En 1972, en medio de una misión, marinos negros en el portaviones USS Kittyhawk se rebelaron contra los ataques racistas y contra la guerra de Vietnam. Por dos días, estos trabajadores negros lucharon contra los marinos leales a la armada estadounidense. El barco no pudo lanzar sus aviones para atacar el norte de Vietnam. Las rebeliones inspiraron luchas similares de marinos negros en el USS Constellation y el USS Hassayampa.

Debemos aprender del pasado. El poder de la clase trabajadora esta en rechazar la alianza con cualquier grupo de patones fascistas. Solo una clase trabajadora internacional organizada, ganada a las ideas comunistas, puede acabar con las guerras imperialistas de una vez por todas. ¡Únetenos!