PARIS, Febrero 24 — “Todos los presentes son trabajadores sin derechos”, declaro Mahamadou Doucansy, entre los trabajadores indocumentados que estaban en huelga para lograr su estatus “legal”. “Han estado trabajando en Francia por años, pagando seguro social, impuestos y ninguno tiene documentos,” continuo Doucansy, quien ha estado trabajando en la construcción desde octubre del 2001, con el salario mínimo.  El es uno de los 250 huelguistas que ocuparon las oficinas del Fondo del Seguro de Entrenamiento Laboral desde el 2 de febrero.  Ellos se preparan para un ataque policial que quiere sacarlos.  Todos dijeron que la policía ha utilizado la violencia para sacarlos de los lugares ocupados durante la huelga de cuatro meses, pero los miles de trabajadores resisten.  La solidaridad de otros trabajadores y estudiantes de aquí y de fuera les ayuda a sostenerse.  (Ver carta al Desafío, 3/3)

Esta huelga desafía la política patronal de súper explotación de estos trabajadores, la cual los mantiene rehenes con sueldos de pobreza bajo la amenaza de deportación pero sin ellos la industria no funcionaría.  Esta lucha saca a relucir la capacidad anti clase obrera patronal y los ataques racistas basados en las fronteras establecidas por las clases dominantes. 

El apoyo de trabajadores ciudadanos a estos huelguistas inmigrantes tiene un significado político internacional ya que ayuda a aumentar drásticamente la necesidad de los trabajadores del mundo de destruir todas las fronteras patronales.  Esta clase de unidad es esencial para preparar a los trabajadores a tomar el único camino que puede liberar a nuestra clase de la explotación capitalista, el camino a la revolución comunista.

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PARIS, Febrero 27 — Una manifestación de 7,000 personas demandaba la abolición del Ministerio de Inmigración e Identidad Nacional demandando “legalización” de todos los trabajadores indocumentados.  Mostrando la relación entre el trato que Francia le da a trabajadores indocumentados y su historia como poder colonial imperialista. 

Gritando la consigna “Besson, Sarkozy, se acabo, no mas colonias.” Besson es el ministro de inmigración e “identidad nacional”; Sarkozy es el presidente de Francia.  Ochentaicinco organizaciones apoyaron la marcha al edifico del Ministerio de Inmigración. 

La manifestación era parte de la “semana anti-colonial”, de febrero 19-28.  Patrick Farbiaz, uno de los organizadores declaro, “Nos gustaría demostrar que existe una conexión entre el colonialismo de ayer y hoy en la forma en que los descendientes de inmigrantes y los inmigrantes indocumentados son tratados”

Quedan dudas sobre la rebelión de trabajadores inmigrantes en la pequeña ciudad de Rosarno, en Calabria. El NY Times (12-1) especula que la violencia resulta de la competencia entre locales e inmigrantes por los trabajos agrícolas, auque los inmigrantes han trabajado por años en la cosecha de frutas. Cincuenta personas resultaron heridas, se quemaron autos y rompieron ventanas. La mayor agencia de noticias italiana alegó que “el racismo y las condiciones de trabajo azuzaron la violencia”, ignorando no sólo la marcha anti-racista en Rosarno después del conflicto, sino también la marcha nacional anti-racista en octubre que contó con 250,000 participantes en Roma. Como siempre, la prensa patronal se queda corta.

El Comitato Lavortori Immigrati e Italiani Uniti (Comité de trabajadores inmigrantes e italianos unidos), una organización de derechos del inmigrante en Roma, analizó lo que pasó. Este reporte se basa en ese análisis.

La violencia que explotó después que unos jóvenes locales les dispararon a tres jornaleros africanos, es producto de la intensa lucha de clases que comenzó hace unos años, cuando los mayoristas aumentaron sus ganancias bajando los precios que pagaban por productos agrícolas y los residentes locales se negaron a aceptar un euro menos por cada caja de frutas. Para compensar por la escasez de mano de obra, la mafia calabrense, o ‘Ndrangheta, empezó a organizar la inmigración “ilegal”. A los trabajadores africanos les prometieron buena paga y condiciones de vida, pero cuando llegaban a Italia tenían que aceptar sueldos mucho más bajos y condiciones de vida infrahumanas en su condición de indocumentados.

La prensa italiana reportó que uno de los trabajadores decía, “Yo también estaba protestando... pero entonces la situación empeoró y empezaron a disparar... No puedo regresar [a Rosarno]”

No es difícil leer entre líneas. Los inmigrantes no estaban protestando contra los disparos al azar, sino contra salarios y condiciones de vida miserables. Para intimidarlos y que anden callados y cabeza baja, la ‘Ndrangheta empezó a dispararle con rifles de aire. El plan de los mafiosos fracasó y la lucha de clases se manifestó abiertamente en Rosarno.

El actual gobierno italiano ha adoptado una línea dura con la inmigración “ilegal”. Ha enviado cerca de 1,200 trabajadores indocumentados a centros de detención. Otros se han ido a regiones cercanas. El xenofóbico ministro del interior, sin embargo, anunció que más de la mitad recibirán permisos de trabajo.

La fruta se pudre en los árboles, pero no es lo único que esta podrido en Calabria. En un pueblo de menos de 16,000 residentes, no es posible que casi 2,000 africanos trabajen en la agricultura y la policía no se de cuenta. Calabria era un ejemplo concreto de la lucha de clases, ilustrando cómo el capitalismo no sólo necesita un ejercito de reserva en los desempleados a escala global, sino que también necesita que su gobierno sirviente y su crimen organizado regulen su fuerza de trabajo.

Lo que pasó en Calabria demuestra que los trabajadores inmigrantes, llamados no-calificados y no sindicalizados, poseen una conciencia de clase militante, y que son los patrones al lucrarse de su trabajo—y no los trabajadores nativos—los que fomentan la violencia racista.

Aunque por ahora modesto en tamaño e influencia, PLP en Italia esta ayudando a forjar un movimiento anti-racista internacional que propone una solución revolucionaria a la opresión que enfrentan por igual los trabajadores explotados y súper-explotados.

ANKARA, TURQUIA, 26 de Feb — La huelga de trabajadores del tabaco de TEKEL  ya lleva más de 10 semanas.  La huelga empezó después de que el gobierno decidiera cerrar todas las bodegas de la compañía, eliminando 12,000 empleos, como parte de la privatización de las compañías de tabaco.  Los huelguistas y sus familias llegaron a la capital y prepararon tiendas de campaña como protesta por los recortes de empleos.

Según las leyes laborales turcas, los trabajadores despedidos debido a la privatización deberán ser empleados en otros sitios con todos los beneficios.  Pero el único empleo que los trabajadores de TEKEL han encontrado es luchar por sus empleos. 

Los huelguistas y sus apoyadores han combatido a la policía, y los matones patronales.  El 16 de diciembre, la policía ataco un plantón frente a las oficinas principales del partido gobernante AKP.  Al siguiente día, en un parque cercano, la policía puso barricadas y ataco a los huelguistas con mangueras de agua, gas lacrimógeno y bates.  Después de eso los trabajadores movieron su campamento a las oficinas del Türk-Is, la Confederación de Sindicatos Turcos, quienes no han nada para responder a los ataques patronales. 

Las leyes laborales capitalistas no sirven para nada, especialmente frente a la crisis financiera mundial que siembra pobreza y guerra en todos lados.  Entre mas trabajadores luchen contra estos ataques, crearemos una mejor atmosfera para aprender que el sistema que no puede proveer empleos debe ser destruido.  La pobreza, guerra y el terror racista son todo lo que los patrones tienen para ofrecernos.  De la única forma como los podemos parar es construyendo un PLP internacional masivo y luchando por el comunismo.  Esa es la más importante victoria que podemos ganar en la lucha de clases.

AD, trabajador de servicios ambientales del Hospital de Brooklyn, falleció a la edad de 54 años, el 28 de diciembre de 2009. Su vida fue acortada por el sistema capitalista de salud. Dedicó su vida al servicio de la clase obrera. Siempre estuvo al frente de la lucha para que hubiera en  el hospital un ambiente seguro y limpio para los pacientes de clase trabajadora. También consagró su tiempo y energía al PLP, ayudó a distribuir Desafío en el hospital y cocinó alimentos para las celebraciones de Primero de Mayo.

 A mediados de diciembre, AD empezó a quejarse de un fuerte dolor de rodillas, tomó un tiempo libre y visitó al médico. Como padecía diabetes estaba preocupado por el nivel de ácido úrico en su sangre que pudiera transformarse en Gota. Un día después de visitar al médico sufrió un derrame cerebral y fue trasladado de urgencia al mismo hospital donde trabajó con dedicación muchos años. La sala de emergencia no le proporcionó la atención que necesitaba y fue trasladado a piso, dejado incluso en el suelo. AD sufrió un segundo derrame, esta vez la sección hospitalaria accionó un código de emergencia a médicos y enfermeras, pero fue demasiado tarde.

 En su funeral, un delegado del hospital pronunció un discurso apasionado, reflexionando sobre la corta vida de AD, de su dedicación al trabajo y de su interés en proporcionar un medio ambiente saludable para los pacientes. Sus compañeros del Hospital de Brooklyn extrañaran su ausencia.