El desempleo juvenil en el mundo llegó a los  81  millones, su nivel más alto en la historia. La Organización Internacional del Trabajo (OIT),  proporcionó esta información y predijo que el desempleo seguirá aumentando. La situación tampoco es favorable para aquellos que tienen empleo, la agencia encontró que el 28% de los trabajadores jóvenes, 152 millones, sobreviven en la miseria en hogares donde cada persona vive con $1.25 dólares al día o menos. El número de jóvenes atrapados en el desempleo y el aumento de la pobreza se mantendrá al menos durante otra generación, declaró el portavoz de la OIT. Estas son las cifras oficiales, la realidad seguramente es aún peor. 
 Este cuadro sombrío de degradación social toma formas particulares en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, en México, 7.5 millones de jóvenes no estudian ni trabajan. No hay lugar para ellos en las escuelas, tampoco en el sector productivo. Viven en condiciones inadecuadas para el desarrollo personal y el crecimiento físico saludable, la desesperanza los obliga a emigrar buscando sobrevivir. A menudo se convierten en carne de cañón de la delincuencia organizada. El impacto psicológico junto a la ideología capitalista de perro come perro, desarrolla en estos jóvenes sentimientos de agresión contra otros grupos vulnerables de la sociedad que deberían ser sus aliados: sus familias, mujeres, jóvenes, inmigrantes de otros países, etc. Sin desarrollar su conciencia de clase, estos jóvenes no entenderán que el capitalismo les destruye. La falta de un nuevo movimiento comunista sigue calando profundo en millones de jóvenes.
Desempleo, exclusión escolar, migración, drogas, violencia, delincuencia y muerte. Es la política pública del estado capitalista para millones de jóvenes en México. En gran medida como resultado de la expansión de la industria de las drogas y sus derivados (trafico de armas, trata de personas, comercio sexual, tráfico de emigrantes, secuestro) negocio por el cual los capitalistas mexicanos han optado para maximizar sus ganancias inmediatas. (El narcotráfico en México mueve más 70 mil millones de dólares al año según la ONU) En Nuevo León uno de los centros industriales más grandes de Latinoamérica, el narcotráfico es ahora sus negocios más pujante. Los patrones maximizan sus ganancias como sea. Sirva de lección para los que todavía creen que en el capitalismo se puede vivir trabajando y en armonía. 
Comandos armados han estado llevando a cabo ejecuciones repetidas en fiestas y centros de detención para jóvenes. Reiteradamente, los gobernantes alegan que son asesinatos entre narcotraficantes rivales. Tal aseveración es altamente cuestionada por la población y hasta por la misma prensa capitalista. Todo indica que se trata de escuadrones de la muerte llevando a cabo “operaciones de exterminio” o de limpieza delincuencial como le han llamado algunos grupos empresariales y funcionarios del gobierno, pretendiendo ganar a sectores de la población a que apoyen el genocidio. Primero degradan a los jóvenes con desempleo y pobreza, después los usan como carne de cañón en sus negocios criminales y después los aniquilan. La perversidad y la crueldad del capitalismo no tienen límites.
Miles de jóvenes están cansados de este maldito infierno capitalista.  Miles participan en la lucha de clases con la esperanza de lograr una sociedad más justa. Muchos han expresado su solidaridad con la resistencia de los electricistas despedidos, decenas de miles dirigieron la rebelión contra la opresión racista y la pobreza en Oaxaca, miles de personas se solidarizaron con ellos en la Ciudad de México, y miles de estudiantes se han movilizado contra la exclusión escolar. La participación de los comunistas en estas luchas es vital para aprender a  transformar las rebeliones espontáneas en luchas conscientes por el comunismo. 
Transformar el descontento espontáneo en un movimiento masivo por empleos es una exigencia inmediata y crucial  para hacer conciencia en decenas de miles y en millones de jóvenes que este sistema incapaz de dar empleo debe ser destruido y remplazado por una nueva sociedad comunista que supere las limitaciones y errores del pasado. El PLP debe estar dirigiendo estas luchas para que los jóvenes crean en su capacidad, dedicación y compromiso con un nuevo movimiento revolucionario.
  Todos los miembros del partido deben asumir el reto de construir con estos jóvenes un nuevo movimiento comunista revolucionario. Durante la huelga en la UNAM decenas de estudiantes marcharon con las banderas de PLP identificándose con la lucha por el comunismo. Más recientemente, en la ciudad de Oaxaca decenas de jóvenes también marcharon con bandera comunistas del PLP. Necesitamos aprender como ampliar estos pequeños logros a cientos y después a miles y eventualmente a millones de jóvenes ingresando al PLP para que el día de ponerle fin al capitalismo asesino esté un paso más cerca.