Hoy un numeroso grupo multi-racial  de cerca a mil personas marcharon en contra de SB 590, la legislación anti-inmigrante propuesta que los legisladores de estado están tratando de establecer en Indiana. Esta puede haber sido la protesta más grande en esta parte de Indiana en décadas, demostrando que la clase obrera quiere luchar.
El proyecto de ley, que es similar al proyecto de ley SB 1070 de Arizona, le permitiría a la policía local cuestionar y potencialmente detener las personas que sospechan que sean “ilegales.” De hecho, el proyecto de ley de Indiana excede las medidas  repugnantemente racistas que son propuestas en el proyecto de ley de Arizona; si se aprueba, sería necesario que sólo se utilice inglés en una variedad de contextos públicos y formales. El proyecto de ley también toma mas precauciones para que el estado mantenga su independencia en la cara de la ley federal, algo que frenó la promulgación de SB 1070 casi hace un año.
La demostración, que se llamó “La Gran Marcha”, fue organizada mayormente por varias iglesias y coaliciones de derechos de los inmigrantes en el norte de Indiana. Había un tono distintivamente religioso predominante por todo el evento. Numerosos obispos y líderes religiosos dominaron los micrófonos durante el mitin de apertura, guiando cantos con lemas como “Somos el pueblo de Dios”.
Aunque  las iglesias y sus líderes organizaron el  número impresionante de obreros inmigrantes y sus familias, se sentía el contingente de PL y nuestros aliados que estaban en el evento la necesidad de proyectar una perspectiva comunista en contraste del liderazgo liberal sin resultado de la iglesia. Letros que expresaron la necesidad de la solidaridad internacional de obreros se celebraron con orgullo en marcado contraste a las pocas banderas americanas que se agitaban. Durante pausas de los himnos que se cantaban, cantos de “¡Obreros unidos, jamás serán vencidos!” se gritaban a la reacción positiva.
A pesar de estas acciones, todavía hay unas autocríticas que se deben hacer en la parte de nuestro club. Fracasamos a hacer los acuerdos necesarios que habrían hecho posible a distribuir abiertamente DESAFIO o por lo menos un volante específico a esos obreros en la asistencia. Distribuir la literatura con nuestra línea fuerte comunista definitivamente habría una influencia mucha más profunda que la de nuestros cantos y letreros.
Pero estamos haciendo progreso. Unos miembros del partido son activos en varios grupos de derechos de los inmigrantes y estamos construyendo lazos personales y políticos fuertes mientras profundizamos nuestra participación en esta lucha importante contra la opresión racista. Estas luchas traen a la vida las lecciones de la necesidad por una revolución comunista en Indiana y por todo el mundo.
Con un fuerte liderazgo anti-racista y comunista estas luchas se ampliarán inevitablemente más allá de sus limitaciones actuales en ruta a la revolución internacional de clase obrera.