Miles de estudiantes, profesores y trabajadores conmemoraron el movimiento de 1968, con una marcha masiva. El Partido presentó su línea comunista con cientos de volantes distribuidos durante las protestas en las ciudades de México y Oaxaca.
En la protesta predominaron los jóvenes y fue notorio que los contingentes de estudiantes de las normales rurales eran liderados por mujeres. Tenemos un gran reto en llevarlos de la lucha reformista a la lucha por una sociedad de igualdad social, el comunismo. La masiva presencia policiaca puso en evidencia que la represión del 68 estará latente mientras se conserve en el poder la misma clase social opresora.
El 2 de octubre de 1968, en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco, fue reprimida violentamente una manifestación pacífica de miles de estudiantes y trabajadores. La oligarquía empresarial y financiera, por medio del presidente Díaz Ordaz y el secretario de gobernación Luis Echeverría dieron la orden para que el ejército, la policía y los grupos paramilitares asesinaran a cientos de manifestantes.
Los estudiantes organizados en el Consejo Nacional de Huelga, llegaron a movilizar hasta a un millón y medio de personas. Una de sus demandas esenciales era la desaparición de los aparatos represivos y las leyes que les dan fundamento. Al ver cancelada la vía política para lograr sus reivindicaciones, muchos jóvenes se incorporaron a la lucha guerrillera de los 70’s.
Los medios de comunicación en su gran mayoría ocultaron la verdad sobre el movimiento, lo que mostró su papel como voceros de la clase patronal. La prensa y la televisión, promueven hasta la fecha, la idea criminal de que no debes protestar, porque las cosas no cambian. Pero la histórica lucha del 68 es una muestra de que las aspiraciones de libertad de los trabajadores solo pueden lograrse si cambiamos el sistema social y económico en el que vivimos. Esa fue una de sus principales aportaciones.
Miles de estudiantes que se movilizaron en el 68, todavía encontraban organización e inspiración en el movimiento comunista de la época. Las células del partido comunista y otras organizaciones revolucionarias, fueron parte de la dirigencia. El capitalismo estaba en una etapa de auge, sin embargo, los estudiantes y los trabajadores participaban en grandes movimientos de masas por todo el mundo.
En la actualidad, las demandas esenciales del 68 siguen vigentes, debido a que el poder todavía sigue en manos de la clase social que masacró a los manifestantes. Si los trabajadores no tomamos el poder no podemos lograr nada. Eventualmente el sistema revierte todas las reformas ganadas. Incluso, aunque le arrebatemos el poder a la burguesía, debemos eliminar las ideas y prácticas capitalistas, para que no ocurra como en la Unión Soviética, que al conservar los salarios y la producción de mercancías, se creo la base para el resurgimiento del capitalismo. No basta con reformar este sistema, debe ser destruido.
Uno de los impulsos de lucha en el 68 fue la defensa de la autonomía. Actualmente las autoridades de la UNAM, intentan crear un ambiente de terror, para extender el cerco policiaco existente en el país hacia dentro de las instalaciones.
Los avances que aporto el movimiento del 68 en contra de un estado represivo y por la libertad de expresión, se perdieron con un par de años del gobierno de Calderón. La democracia solo es una cara del sistema político del capitalismo, el fascismo siempre está latente como la otra cara violenta y represiva. Por esa razón el capitalismo no funciona para los trabajadores y debe ser abolido por medio de la lucha revolucionaria.
En el último sexenio se ha fortalecido el aparato policiaco militar, las supuestas libertades conseguidas por el 68 y otras luchas, se han reducido debido al férreo control ideológico que los medios de comunicación, la educación y la cultura ejercen sobre los trabajadores. El surgimiento de movimientos masivos como las huelgas de la UNAM, los zapatistas, Atenco y Oaxaca no han rebasado el marco de la legalidad burguesa y eventualmente han sido revertidos o reducidos por la clase gobernante. Sin embargo, el potencial de rebelión persiste, para que se haga una realidad debemos desarrollar una organización revolucionaria que guíe a la clase trabajadora hacia la toma del poder. Solo un partido comunista puede ocupar ese papel, estamos en el proceso de construirlo.
El movimiento mostró la unidad y solidaridad de los trabajadores en México y el mundo, en contra de la idea falsa que promueven los gobernantes de que somos apáticos y egoístas. Existe el potencial para luchar y vivir en una sociedad colectiva, libre y justa. Los trabajadores y estudiantes haremos realidad ese potencial.
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