PARIS, 29 de diciembre — En noviembre el desempleo alcanzó un nuevo record en Francia, y el gobierno de los patrones y los mal llamados líderes sindicales están de acuerdo: echarle la carga de la crisis sobre las espaldas de la clase trabajadora, reduciendo horas, rebajándoles el sueldo para garantizar el lucro de los patrones. Pôle emploi, la oficina de desempleo, reporta una tasa “oficial” de desempleo de 10.1% — 2,844,800 desempleados en una población activa de 28,269,000 — un nivel de desempleo que no se había visto en los pasados 12 años. Sin embargo la tasa real llegó al 17.1%.
Las 1,400,000 personas que trabajan medio tiempo pero que activamente buscan trabajo a tiempo completo elevan la tasa al 15.0 %. Un grupo adicional de 589,600 trabajadores que están en las nóminas de los desempleados estuvo enfermo, en capacitación laboral o tenía un trabajo subvencionado por el estado por lo que no se les contó en la tasa “oficial” porque no están obligados a buscar trabajo activamente. Esto eleva la real tasa de desempleo al 17.1 %.
Todo esto golpea duro a los trabajadores negros e inmigrantes árabes del Sub-Sahara y del Norte de África, y a sus hijos, en particular (ver recuadro.) Debido a la discriminación racial, tienen ya los más bajos niveles de empleo y de ingresos y ahora se ven empujados a la extrema pobreza.
El 27 de diciembre, el Ministro de Trabajo dijo que la cumbre laboral del 18 de enero “permitirá… plantear una solución rápida para limitar los efectos de la crisis económica lo más que se pueda”. Cabe destacar que está a favor de facilitar que las compañías pongan a sus trabajadores en tiempo corto. El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, presidirá la cumbre laboral-patronal. El 27 de diciembre, la confederación sindical más grande de Francia, la CGT, dijo que en la cumbre propondrá “la eliminación del sobre tiempo libre de impuestos; reforzar las verificaciones en la asistencia económica que se les otorga las compañías, con un fuerte compromiso para que protejan puestos de trabajo; y el establecimiento de un mecanismo para evitar los despidos trabajando tiempo corto”.
Así, la CGT está tratando de ayudar a que los capitalistas administren la recesión y que los trabajadores carguen con la crisis. Esta tratando de remendar el podrido sistema capitalista en vez de mostrarle a los trabajadores la vía hacia el cambio revolucionario.
La CGT también está haciendo un llamado a una marcha nacional el 18 de enero, demandando más trabajos, más poder adquisitivo para todos, y una lucha unida contra las políticas de austeridad del gobierno. A pesar de que estas demandas reformistas suenan positivas, las marchas (como en el pasado) posiblemente no sean más que una oportunidad para que los trabajadores se desahoguen, especialmente dado que la CGT ha evitado cuidadosamente hacer un llamado a la huelga para apoyar las demandas.
La segunda confederación sindical más grande de Francia, la CFDT (más conservadora que la CGT) va a proponer cuatro puntos en la cumbre: (1) el trabajo a tiempo corto para evitar los despidos; (2) más acceso a los beneficios de desempleo para los trabajadores temporales; (3) acciones estatales para mantener los trabajos de los jóvenes; y (4) contratar a 2,000 trabajadores más en la agencia de desempleo, Pôle emploi, ¡para que se ocupen del esperado aumento del desempleo!
La CFDT ni siquiera está organizando a los trabajadores para que marchen apoyando estas demandas, y ni pensar en una huelga. En otras palabras, les están rogando a los patrones que hagan un gesto simbólico, que es la receta segura para el desastre. El capitalismo depende de que los patrones consigan el máximo de ganancias, lo que no permite que demuestren compasión, aun si la tuvieran.
La cumbre no va a ser más que una oportunidad para que los políticos se tomen fotos en vísperas de las elecciones presidenciales del 22 de abril. Los trabajadores están perdiendo el tiempo si esperan que los patrones, el gobierno, o los líderes sindicales les den soluciones. La iniciativa para la acción va a tener que salir de las bases.
La conclusión es que el gobierno y los líderes sindicales están trabajando juntos para persuadir a la patronal para que pongan a los trabajadores en tiempo corto en vez de despedirlos. Lo que se proponen es evitar el tipo de conflicto social que resulta del desempleo masivo. Pero esto no es una solución inclusive en términos del capitalismo.
El gobierno va a recibir menos rentas públicas por cuenta de ingresos e impuestos a las corporaciones. De antemano, está aumentando los impuestos al gas natural, alimentos y mejoras a la vivienda. La baja en los ingresos y el aumento de los impuestos van a forzar a que los trabajadores reduzcan sus gastos aun más, empujando a Francia a una depresión económica mucho más profunda.
Por último, los patrones y su gobierno sólo ven las aventuras imperialistas cómo la salida de su crisis. La participación de Francia en las guerras en Libia y Afganistán no es un accidente — la clase dominante francesa está depurando la preparación bélica del ejercito francés.
El sistema capitalista empuja al país a un círculo vicioso en el que la austeridad genera estancamiento económico y desempleo, los cuales a su vez conllevan a medidas de austeridad cada vez más represivas. Para la clase trabajadora aquí — como en todo el mundo — la única solución es aplastar la explotación capitalista con la revolución comunista.
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Francia: Patrones Desplazan Crisis Sobre Trabajadores con Ayuda de ‘Lideres’ Sindicales
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- 05 Enero 2012 117 visitas