LOS ANGELES, CA, 11 de julio. El Partido Laboral Progresista se unió con los trabajadores de un Campus universitario en su mitin y marcha a la oficina del asistente del vicerrector. Estos trabajadores han estado luchando durante cuatro años para ser contratados por la propia universidad, y no por una empresa subcontratista que ha despedido a trabajadores a su antojo y obligándolos a hacer el doble de trabajo. Recientemente, los trabajadores ganaron la batalla, pero la lucha continúa.
En los últimos tres meses unos 30 trabajadores, casi un tercio del personal, han recibido “notas de orientación”. Esta es una manera elegante de decir que fueron advertidos. Las advertencias se basan en el hecho de que los supervisores no entienden lo que es necesario para poder completar el trabajo. Por ejemplo, un trabajador fue advertido por estar “fuera de su área”. El trabajador no estaba trabajando en el edificio en el que se supone debía estar trabajado, porque la carga de trabajo que se le asignó en otro edificio fue demasiada y no pudo terminar a tiempo. Tres trabajadores han sido recientemente despedidos como resultado de estos ataques.
Los supervisores también han estado hostigando a los trabajadores de otras maneras, como dándoles sus cheques tarde. Se trata de un descarado intento de intimidar a los trabajadores activistas, sobre todo mujeres latinas. Los jefes y supervisores tienen miedo de estos trabajadores porque se han negado a dar marcha atrás.
Hoy no fue la excepción. Los trabajadores entonando consignas se negaron a esperar y entraron al edificio y a la oficina de asistente del vicerrector, para entregarle por escrito sus exigencias: alto al acoso, recontratación de los trabajadores despedidos, cancelación de las “notas de orientación”, y reducción de las cargas de trabajo a un tamaño razonable para cada trabajador.
El asistente del vicerrector dijo que iba a “leer la petición”. Estos trabajadores han oído eso antes. Así que le pidieron una respuesta favorable en menos de una semana o continuaran la lucha.
Los jefes de la universidad y sus burócratas deben tener miedo, porque los trabajadores tienen la voluntad de luchar y los comunistas están de su lado. Tenemos que transformar esta lucha reformista que intenta mejorar las condiciones laborales. La reforma por si sola mantiene al sistema que hace que la clase obrera luche una y otra vez por las mismas circunstancias. En esencia, le da vida al capitalismo y engaña a los trabajadores al pensar que el capitalismo puede reformarse en beneficio de los trabajadores. Tenemos que plantear la necesidad de la revolución en cada lucha. Necesitamos un sistema que funcione para todos los trabajadores: el comunismo