Las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, en Inglés) han anunciado el cierre de 54 escuelas, la reorganización de otras 6 y la co-administración de 11. Este ataque a estudiantes, padres, maestros y otros trabajadores escolares no tiene precedentes y es racista hasta la raíz. En la práctica, todos los afectados por estas acciones son los estudiantes Afro-Americanos, de clase trabajadora, de bajos ingresos. A muchos de estos estudiantes (y maestros) los han estado pasando de escuela a escuela mientras que CPS se dedica a destruir las escuelas públicas. CPS ha estado hambreando sistemáticamente a las escuelas situadas, sobre todo, en la zona sur y oeste de la ciudad, privándolas de los recursos que necesita, y ahora las van a cerrar por completo.
Los ataques contra la educación son parte de los ataques contra los ya escasos servicios que recibe la clase trabajadora, incluyendo los de salud y viviendas. Los capitalistas están apretando NUESTROS cinturones (no los suyos), en la medida que avanza la competencia con los capitalistas en China y en otros países. La clase dominante de EEUU se esta preparando para la inevitable guerra con sus rivales y necesita los fondos públicos para pagar esa guerra. Su plan es hacer que la clase trabajadora pague, como siempre lo ha hecho, con sangre y dinero, por las guerras de la clase patronal.
La directora del sistema escolar, Barbara Byrd-Bennett, está tratando de presentar este ataque a los estudiantes y a la educación como lo opuesto. Promete que los estudiantes van a recibir una mejor educación en sus nuevas y “acogedoras escuelas,” alegando que recibirán iPads, aire acondicionado, y programas especiales. Pero a espaldas habla de la necesidad de cerrar escuelas para ahorrar dinero. Los números no dan y lo más probable es que cuando se abran las escuelas en agosto, las más afectadas estén en total desorden.
Hay una gran marcha, planificada para el 27 de marzo, organizada por el Sindicato de Maestros de Chicago y otros sindicatos, grupos comunitarios, de padres y de estudiantes, que se oponen al cierre de las escuelas. Se están planificando también otras acciones militantes. Sin embargo, es muy poco probable que se de marcha atrás en el cierre de la mayoría de esas escuelas. Este es un ataque que ya hemos visto que se ha llevado a cabo en Detroit, Nueva York y Filadelfia.
Esto es solo el comienzo. La clase patronal nos va a seguir golpeando, una y otra vez. La lucha por reformas, con toda su pasión, como lo es a menudo, no va a ser suficiente. La única manera de detener a estos criminales es quitándoles el poder y reemplazar su sistema racista con afán de lucro por un sistema de la clase trabajadora. Por supuesto que esta será una lucha brutal, pero más brutal todavía es vivir bajo el sistema capitalista si no luchamos para acabarlo.
El Partido Laboral Progresista (PLP) en Chicago y en todo el mundo esta trabajando para hacer que esto sea posible. En Chicago, el PLP ha aumentado las ventas de su periódico DESAFIO, está convenciendo a nuestros amigos para que participen en nuestros eventos del Primero de Mayo, y enfocándose particularmente en el trabajo con los maestros, padres y estudiantes de las escuelas publicas. PLP tiene planes para ponerse a la vanguardia el 27 de marzo promoviendo la lucha por el comunismo como solución al cierre de las escuelas y a los otros crímenes que el capitalismo comete contra la clase trabajadora.