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La Crisis Económica Creada por el Capitalismo no la Resolverán los Capitalistas

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06 Junio 2013 88 visitas

La crisis económica es letal para los trabajadores. Pero para los capitalistas, las crisis son oportunidades para atacar a la clase trabajadora. Como declaro el Ministro del Tesoro, Andrew Mellon, durante la Gran Depresión, “Durante depresiones, los bienes regresan a los verdaderos dueños.” Para él los “verdaderos dueños” es la clase dominante. (Mellon era un Banquero que amaso una fortuna personal de más de 300 millones.) Las contradicciones internas del sistema crean golpes periódicos para deshacerse de capitalistas más débiles y permitir que los patrones que sobrevivan aumenten sus ganancias quitándoles a los trabajadores todo lo ganado en las luchas.
La actual Gran Recesión no es la excepción. La clase capitalista la ha usado para llevar a cabo una guerra de clases sin cuartel, junto con el desempleo masivo y todos lo que le han quitado a los trabajadores que aún tienen empleo. Este brutal ciclo puede terminar solo cuando los trabajadores luchen – no solo contra los recortes en salarios, pero contra el capitalismo mismo.
Una Historia de Desempleo
En el 2008, cuando Michael fue despedido de su empleo en la construcción, era solo uno entre millones de trabajadores que se encontraron sin empleo debido a la última crisis capitalista Lo que no sabia era que tan profunda seria esta crisis. En su hogar en el estado de Washington había más de 350,000 trabajadores recibiendo un cheque de desempleo mensual. En Seattle, donde trabajaba Michael, había tres desempleados por cada plaza que se abría.
Después de pasar casi dos años desempleado, aplicando por cientos de trabajos, Michael al fin encontró trabajo en una fábrica. Aunque el trabajo era similar a su antiguo empleo, se vio forzado a aceptar un 30% menos en salario; de 16.75 a 12 dólares la hora. No estaba solo. El trabajador común que encuentra trabajo durante esta crisis recibió un 17.5% menos en salario, siendo los trabajadores peor pagados quienes aguantaban los recortes más grandes.
¿A dónde se fueron los salarios perdidos? A los bolsillos de los capitalistas. En el 2010, 93% de todos los aumentos de sueldos en la economía fueron al 1% más rico de la población – el economista Joseph Stiglitz lo llamo “la redistribución de la riqueza más grande en tan corto periodo de tiempo en la historia.” Es más, esta clase de robo simplemente acelero la tendencia de las últimas cuatro décadas. En el 2000, los trabajadores en EEUU recibieron 64% del salario nacional; para el 2012, su parte bajo al 58%. Es decir, la clase capitalista se ha hecho aún más rica a costa de la clase trabajadora.
 Guerra de Clases, a la Moda
Los movimientos por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam de la década de los 60 y 70s lucharon militantemente para empoderar a la clase trabajadora. Rechazando las urnas, trabajadores, estudiantes y soldados se tomaron las calles para demandar justicia. Rebeliones urbanas masivas ayudaron a aplastar la capacidad de los capitalistas de cometer genocidio en Vietnam. Como resultado, sueldos y beneficios entre 1966 y 1972 se elevaron en un record 6.8% por año. En 1966, el desempleo estaba en el nivel más bajo que nunca, 3.8%. En 1969, el desempleo declino al nivel más bajo de tiempo sin empleo; 7.8 semanas.
Este periodo fue una pesadilla para la clase capitalista, aplastados entre la creciente rivalidad inter-imperialista afuera y movimiento pujante de la clase trabajadora en casa. En 1971, en un memo secreto a la Cámara de Comercio de EEUU, el futuro Juez de la Suprema Corte, Lewis Powell advirtió que la izquierda estaba enfrascada en una guerra ideológica contra el sistema de la libre empresa,” y que “casi las mitad de los universitarios estaban a favor de la socialización de las industrias básicas en EEUU.” Dijo que los capitalistas necesitan acabar con esta política de “apaciguamiento” de la clase trabajadora. “Ha llegado el momento – en verdad ya era hora – para que la sabiduría, ingenuidad, y recursos de las empresas americanas se armen de coraje contra todos aquellos que los destruirían.”
En un reporte de la Comisión Trilateral de 1976, Samuel Huntington, hizo eco de la preocupación de Powell. Afirmo que EEUU sufría de un “exceso de democracia” y que “la gente ya no sentía la misma obligación de obedecer a aquellos a quienes anteriormente consideraba superiores a si mismos en edad, rango, estatus, experiencia, carácter o talentos.” Dos años después, otro miembro de la Comisión Trilateral, William Simon, advirtió que EEUU esta “corriendo a gran velocidad hacia el colectivismo.”
La solución de los gobernantes fue un ataque masivo contra los trabajadores. A principios de 1980, Paul Volcker, jefe de la Reserva Federal, subió el índice de interés primario para inducir una recesión. Causando que el desempleo se disparara entre implacables ataques a sindicatos, encabezados por el despido de 11,000 controladores aéreos por Ronald Reagan en 1981. En 1982, en la cúspide de la recesión Volcker, 60% de los sindicatos aceptaron congelar o recortar salarios.
De la mano de estos ataques, los capitalistas lanzaron un asalto político a los trabajadores. Llenaron sus centros de estudios y universidades de intelectuales dedicados al neo-liberalismo, una ideología reaccionaria que enfatiza la total dependencia en los mercados y la eliminación de programas sociales por parte del gobierno. Los Think-Thanks (centros de estudio) y fundaciones, dijo Simon, deberán “servir explícitamente como refugios intelectuales para eruditos y escritores no-igualitarios” – aquellos que sobrepasarían los hechos de los capitalistas mientras que implacablemente atacan a los trabajadores.
Pronto, el dramático revés de la lucha de clases en EEUU era aparente. En 1993, el Wall Street Journal reportaba que la industria “se había distinguido bajando los costos de mano de obra. Los sueldos en EEUU eran más bajos que casi todos [naciones industrializadas],” sobre estos puntos, “se han acortado los trechos” entre EEUU y “naciones emergentes” como México y Taiwán. El Journal califico esta tendencia como “un bienvenido desarrollo de importancia transcendental.”
En 1977 en un testimonio al Congreso, Alan Greenspan, Presidente de la Reserva Federal explico que las renacientes ganancias capitalistas eran el resultado de “restricciones no típicas a aumentos de compensaciones,” y “principalmente la consecuencia del aumento de inseguridad laboral.” En 1991, como se ha dicho, 25% de los trabajadores temían ser desempleados. Para 1996, el número subió a 46%. Explicando como la Ford “domo la bestia,” explícitamente el sindicato United Auto Workers, el Wall Street Journal reporto regocijantemente como “despidos masivos” y “subcontratación” habían forzado “más cooperación” entre trabajadores que ahora estaban dispuestos a trabajar más por menos.
Miseria de Trabajadores no es Accidental
Michael es parte de una creciente tendencia. Entre 1972 y 2011, mientras que la productividad laboral ha aumentado en un 80%, los salarios solo han aumentado un 4%. Recientemente, los trabajadores han perdido más en sus necesidades debido al precio de la inflación. Desde el 2000, los precios de los alimentos han aumentado 25.2%, las primas de seguros de salud han aumentado en 131%, y el precio de la gasolina 286%, permitiendo que el transporte público se deteriore bajo el neo-liberalismo. Michael y millones más gastan gran parte de su sueldo en gasolina viajando 40 millas o más hacia sus empleos.
Aun así, Michael no está entre los más golpeados por la crisis económica. Los capitalistas han creado un grupo de súper-explotados en su intento de exprimir más ganancias de los trabajadores. Mientras la histeria anti-inmigrante es avivada por la prensa y los políticos, los patrones han tomado muchas más libertades en la explotación de trabajadores latinos sobrecargándolos de trabajo y robándoles sueldos. Los trabajadores negros aún siguen en la lista de “ultimo en ser contratado, primero en ser despedido.” Un reciente estudio encontró que un trabajador negro con título universitario tiene las mismas probabilidades de ser llamado a una entrevista para empleo que un trabajador blanco con una convicción de felonía.
La Única Solución es la Revolución
Más que nada, lo que Michael y otros trabajadores en todo el mundo necesitan es conciencia de clase. La clase capitalista está organizada en sus ataques a la clase trabajadora; los trabajadores debemos organizarnos en nuestro contraataque. Organizarnos bajo la única bandera política que constantemente ha luchado por los derechos y la dignidad de la clase trabajadora: el comunismo. Existe una razón por la cual los títeres de los capitalistas etiquetan de comunistas a todos quienes se oponen a la esclavitud, segregación racial, apartheid, sexismo, trabajo infantil, y la guerra imperialista. Es porque los comunistas luchan por los trabajadores. El comunismo es el movimiento político de la clase trabajadora.