La Marcha de las Millones Mujeres, que inicialmente fue organizada por mujeres blancas, el 21 de Enero con fin de responder al sexismo exhibido por del presidente Donald Trump. (La primera Marcha de la Millones Mujeres fue en 1997 en Philadephia, Pennsylvania organizada por mujeres negras y alrededor de políticas feminista negra nacionalistas).
La lucha contra la marea del fascismo debe ir más allá de simplemente marchar en Washington por un día. Únete con el Partido Laborista Progresista para construir un movimiento que luchar por el comunismo y deshace del sistema capitalista desde la raíz de este sistema sexista y racista.
Mientras que los ataques hacia a la clase trabajadora empeoran por todo el mundo, debemos tomar la energía que vemos en una muchedumbre personas que quieren hacer algo y luchar. Debemos estar en nuestros barrios, escuelas y lugares de trabajo y asumir la lucha de escuelas desiguales, el racismo de la policía y la explotación sexista de mujeres trabajadoras.
La elección de Trump es un síntoma de un sistema que está fracasando en grandes escalas. El racismo y el sexismo que Trump ha demostrado en camino a la Casa Blanca no es nada nuevo. Las deportaciones, los asesinatos racistas por los policías asesinos, los ataques contra las mujeres trabajadoras, la segregación de vecindarios y escuelas, y un embate a nuestros salarios han sido ejercido por ambos partidos políticos a instancias de los mayores capitalistas, sin importar quien ocupe el puesto en la casa blanca.
Por todas las razones que odiamos a Trump, el racismo y el sexismo son inseparables del capitalismo. Esas ideas podridas están profundamente arraigadas en los jefes dividiendo a la clase obrera para mantener a las personas oprimidas.
Clinton hubiera sido la Sexista encargada
Hillary y Bill Clinton y sus aliados han servido de pantalla para las guerras de los patrones capitalistas contra la clase obrera internacional durante dos décadas. Hillary fue la compañera de trabajo de su marido durante su brutal administración contra los trabajadores en la década de 1990. (Como una vez dijo con la famosa frase, “Somos el presidente.”) Ella se hizo oír como defensora de la reforma sexista, racista de la asistencia pública, que arrojó a millones de personas - de manera desproporcionada a las madres y los niños negros- a la pobreza extrema.
Hillary Clinton también respaldó la ley contra el crimen del 1994, incluyendo la regla de “los tres golpes”, que abrió el camino para el encarcelamiento racista en masa y amplió el complejo industrial de prisiones para privatizar la mano de obra esclavizada.
Ella deshumanizó la juventud negra en bandas llamándoles “súper depredadores” “sin conciencia, sin empatía... que tenemos que hacerles entrar en ajuste.” Los 100.000 policías adicionales que inundaron las calles de ciudades por Estados Unidos, otra disposición de la ley de Clinton contra el crimen, fueron entrenados como un ejército de ocupación. La reciente ola de asesinatos racistas por parte de la policía -linchamientos por cualquier otro nombre- son el fruto de esa legislación.
A través de sanciones y bombardeos indiscriminados de Irak, los Clinton mataron a 500.000 niños iraquíes. Más tarde, como senadora de EE.UU., Hillary Clinton, apoyó con entusiasmo las invasiones de Afganistán e Irak para garantizar el control de Estados Unidos sobre el petróleo del Medio Oriente, matando a cientos de miles de civiles en el proceso.
Como Secretaria de Estado de Barack Obama, tomó un papel principal en diseñar los ataques sobre la población civil en Libia y el golpe de Estado en Honduras, que ayudó a que sea la capital mundial del asesinato. Ahora ella está encabezando la carga para una intervención más agresiva de los EE.UU. contra Siria, un conflicto que ya ha matado a cientos de miles de personas y ha dejado a millones a la fuga.
Mientras que Clinton es la candidata favorita del capital financiero, su avaricia sin fondo y la imprudencia arrogante están haciendo a los jefes nerviosos. El escándalo de correo electrónico en el Departamento de Estado, seguido por una reprimenda de primera plana en el New York Times, el principal vocero capitalista, pone de manifiesto un grave problema para la clase dominante.
Clinton inspira tan poca confianza que ella puede ser incapaz de obtener el apoyo de las masas para la amplia guerra con la que cuentan los gobernantes estadounidenses para salvar su inestable imperio.
Fracaso Partido
Demócrata desabarrotados
El Partido Demócrata tiene esperanza que la Marcha de Mujeres reviva su partido, pero el crecimiento de los demócratas sólo nos mantendrá en el mismo camino en el que hemos estado: más racismo, más sexismo y más guerras por el petróleo y el poder. Aun cuando muchos están marchando por justicia y contra el racismo y el sexismo, los jefes quieren usar nuestra energía y espíritu de lucha para pelear en sus guerras depravadas de ganancias. El NY Times, un súper oponente de Trump y partidarios del Partido Demócrata acaba de pedir un proyecto militar (1/7), usando disfraz de “servicio” como pretexto para enviar a mujeres y hombres en todo el mundo a matar a hermanas y hermanos de nuestra clase obrera que viven en otros países.
Podremos liberarnos de los capitalistas cuando nos demos cuenta de que no los necesitamos para dirigir la sociedad. Las batallas contra los ataques en contra de la clase obrera son tanto sobre la luchar por nuestra supervivencia y aprendiendo a liberarnos.
Únete a nosotros, el Partido Laborista Progresista, en la lucha para construir una sociedad basada en las necesidades de las masas del mundo y no de la explotación.
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Para Derrotar el Sexismo, Lucha por el Comunismo
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- 14 Enero 2017 86 visitas